viernes, 12 de septiembre de 2014

Efemérides de cine: Corredor sin retorno

El 11 de septiembre de 1963 se estrenó la película estadounidense Corredor sin retorno (Shock Corridor), escrita y dirigida por Samuel Fuller. Protagonizada por Peter Breck, Constance Towers, Gene Evans, James Best, Hari Rhodes, Larry Tucker, Philip Ahn, William  Zuckert. Productora: Leon Fromkess-Sam Firks Productions. 
Sinopsis argumentalEl ambicioso periodista Johnny Barrett (Peter Breck) se propone ganar el Premio Pulitzer. Su plan consiste en ingresar en un hospital psiquiátrico, haciéndose pasar por loco, con el fin de investigar un asesinato cometido en el centro. Con la ayuda del doctor Fong (Philip Ahn) y de su novia Cathy (Constante Towers) logra engañar a los médicos, que firman su reclusión. Una vez en el hospital, trata de obtener información de los tres únicos testigos del crimen: tres internos a los que no ha logrado hacer hablar ni la policía ni los médicos del centro psiquiátrico. 
Nominaciones y premiosValladolid: Espiga de Oro. Globos de Oro: Nominada nueva promesa masculina (Larry Tucker).
ComentarioLa película muestra a través de las incidencias de la vida de Johnny en el centro una sucesión delirante de hechos protagonizados por los internos y por el personal sanitario, que sumen su ánimo en la angustia, hieren su espíritu, afectan a su mente y lo introducen en una senda de horrores. Las sesiones de electroshock y las lobotomías son práctica habitual, pese a su inconveniencia terapéutica, porque reducen la agresividad de los enfermos a costa de sus capacidades. El drama psicológico de Johnny pone a prueba su capacidad de resistencia mental en un ambiente de reclusión sin asistencia externa. Mientras sus indagaciones avanzan y rinden resultados esperanzadores, el duro y cruel tratamiento que recibe hacen emerger en él problemas de afasia, a los que siguen otros. La cinta explica mediante voz superpuesta los recuerdos, pensamientos, razonamientos, sueños y alucinaciones del protagonista. La fotografía construye una narración visual sobrecogedora, de planos breves y rápidos, encuadres de detalle (block de notas), ambientes claustrofóbicos, proyección de sombras, superposición de imágenes (baile de la ninfa), espacios de angustiosa profundiad (corredor de paseo) y la presencia de barrotes, rejas, rectángulos, ángulos y sombras lineales cruzadas, que exhalan aires de reclusión, indefensión y muerte. La película propone una seria reflexión sobre los límites del periodismo de investigación, la desmesura de cierto periodismo sensacionalista y las prácticas inhumanas de algunos centros psiquiátricos.
La música incluye fragmentos orquestales que provocan desasosiego, canciones de internos desafinadas y troceadas, como Dixie, evocación del bando confederado de la Guerra Civil y arias del Barbero de Sevilla. La fotografía realiza una narración realista, sincera, desgarradora y convincente. El guión habla de segregacionismo, Ku-klux-klan, comercio erótico ("striptease" de Cathy) y otros temas, en un afán de crítica global a la sociedad americana. La interpretación de Peter Brek sobresale en intensidad y expresividad. La dirección demuestra una extraordinaria habilidad narrativa.
Película de culto, de imágenes inolvidables y de inusual profundidad dramática.

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