El 30 de septiembre de 1937 se estrenó la película estadounidense Amor en la oficina (Danger-Love at Work), dirigida por Otto Preminger. Protagonizada por Ann Sothern, Jack Haley, Mary Boland, Edward Everett Horton, John Carradine, Walter Catlett, Benny Bartlett, Maurice Cass, Alan Dinehart, Etienne Girardot, E.E. Clive. Productora y distribuidora: Twentieth Century-Fox.
Sinopsis argumental: Un joven abogado es el encargado de tramitar la venta de un terreno. A pesar de todos sus esfuerzos y tras numerosos problemas y enfrentamientos, resulta ser incapaz de hacer firmar el contrato a los propietarios. En realidad, ellos son todos los miembros de la familia Pemberton, una familia de estrafalarios personajes. Hasta que la hija Pemberton, la única que parece ser "normal" en el clan, se enamora del abogado...
Comentario: Tercer largometraje de Preminger. La película es una comedia alocada y cómica (screwball comedy), género característico del cine americano de humor de los años 1930. Incorpora elementos de romance y de crítica social. Enfrenta la mentalidad urbana (interesada, pragmática e individualista) con la cultura rural (poco formalista, espontánea, sincera y dada a comportamientos de grupo). Dibuja un cuadro de personajes singulares y excéntricos, como la madre dominante y manipuladora, el padre dominado y distraído, las tías chismosas, el tío naturista, el pintor surrealista, el niño sabelotodo, el pretendiente vanidoso, la hija sensata y normal (Ann Sothern). El ritmo del largometraje es vertiginoso. Los diálogos están llenos de expresiones ingeniosas y chocantes, la acción resalta episodios que sitúan el absurdo en la vida cotidiana, esboza la lucha de sexos, ironiza sobre la indolencia de los ricos, parodia a personajes célebres (Howard Hughes), recuerda hechos históricos singulares (desacuerdos de Theodor Roosevelt y la Corte Suprema de Justicia). Muestra con orgullo localizaciones emblemáticas de Nueva York (Empire State, Central Park). La tensión pícara, erótica y sexual puntea con discreción y elegancia la cinta y alcanza un punto culminante en la escena fuera de campo de la noche en el establo. Resulta interesante ver una obra festiva y cómica de un Preminger que destacaría más adelante por su trascendentalismo, seriedad y grandilocuencia. Preminger había dirigido comedias cómicas en Alemania antes de firmar (1934) con la Fox el contrato que le lleva a Hollywood.
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