13. La llama sagrada (Keeper of the Flame, 1942)
Christine Forrest es una mujer que se ha quedado viuda tras perder a su marido en un accidente de coche. El periodista Steven O'Malley escribirá sobre el caso y Christine le ayudará en la investigación ya que su difunto marido era un consumado patriota. Una de tantas películas que George Cukor dirigió con su pareja preferida: el dúo Tracy-Hepburn. En este caso, la cinta es un drama con un buen guión y unos protagonistas que no decepcionan.
Película basada en una obra radiofónica titulada Double Furlough, que había sido emitida con las voces en directo de James Cagney y Gertrude Lawrence. Sólido melodrama, exalta el valor de la familia como terapia ante el sufrimiento humano. Se alimenta de un excelente trío protagonista: Ginger Rogers y Joseph Cotten como la pareja trastornada, y Shirley Temple como la hermana de ella. Fue un éxito de público, al que ayudó la canción que da nombre a su título original, I'll Be Seeing You, escrita por Sammy Fain e Irving Kahal.
Te volverá a ver (1944) |
Luz que agoniza es un excelente thriller dirigido por George Cukor en el que la intriga y el suspense están presentes en todo momento gracias a una elaborada estructura narrativa, acompañada de una inquietante banda sonora y unos magníficos actores. Tal impacto causó en su día que popularizó la expresión 'hacer luz de gas', como forma de presionar a alguien haciéndole creer que algo ocurre de modo distinto a lo que sucede en realidad. Ingrid Bergman se alzó con un Oscar en la categoría de mejor actriz, con un papel de esposa frágil y enferma que le serviría en los títulos posteriores de Alfred Hitchcock Encadenados y Atormentada. Junto al dúo protagonista hay que destacar un Joseph Cotten en el papel de un eficiente inspector de Scotland Yard y de Angela Lansbury que debutaba en la gran pantalla en el papel de una joven criada.
Interesante melodrama de George Cukor, en el que el director americano demostró su conocimiento del mundo teatral. Partiendo del Otello de William Shakespeare, Cukor planteó una historia en la que la ficción va introduciéndose en el seno de la vida real, hasta provocar la tragedia. Con esta película, el cineasta demostró su capacidad para la dirección de actores, especialmente de su protagonista, Ronald Colman, que gracias a este papel consiguió el Oscar y el Globo de Oro a la mejor interpretación masculina en 1948 así como a la mejor música (Miklós Rózsa).