El joven Donald Trump, todavía un novato en política, aprende todo sobre el arte de los trucos sucios del abogado Roy Cohn. Una historia mordaz y actores deslumbrantes.
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El mentor y su potro. Antes de que el alumno superará al maestro… Jeremy Strong y Sebastian Stan |
Una canción marca el tono y teníamos que encontrarla. Yes Sir, I Can Boogie, del dúo Baccara, éxito mundial olvidado de 1977, proporciona una puntuación musical ideal, llena de entusiasmo conquistador; un coro antiguo de basura para personajes tan ofensivos como moralmente bajos. En esencia, esta pieza hace referencia, a través de su título, a una de las influencias de la película, Boogie Nights (1997), de Paul Thomas Anderson, otra historia de arrivismo y excesos al estilo americano. Y hay, ¡oh, muchísimos!, en este mordaz doble retrato del joven Donald Trump y su mentor de entonces, el abogado Roy Cohn. La trama se centra en un momento poco conocido: la transmisión de viles preceptos y tácticas. Cohn ve en Trump al protegido perfecto: alguien con una ambición desmedida, sed de éxito y dispuesto a hacer lo que haga falta para ganar
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