Siempre tan poético y conmovedor, el cineasta de 85 años Jean-François Laguionie firma su séptima película de animación. Habla allí, por primera vez, de su infancia muy libre a orillas del Marne, de su padre que le hacía soñar a lo grande... Jean-François Laguionie firma una delicada y bella obra sobre el viaje metafórico de una familia de tres miembros que construye un barco en su jardín durante la posguerra.
1 de julio de 1895. El capitán Joshua Slocum parte del puerto de Boston a bordo del "Spray" para dar la primera vuelta al mundo en solitario. 1 de julio de 1950, Pierre comienza a construir una réplica del "Spray" en el jardín de su casa de las afueras, a orillas del Marne. Geneviève y su hijo François, de 11 años, son reclutados para el proyecto en cuestión.
Un barco en el jardín (Slocum et moi, 2024), que fue presentada en la competición oficial del 77.º Festival de Cannes y también proyectada en competición en el 43.º Festival de Cine de Animación de Annecy, no es otra cosa que una guía de navegación interna, una carta astral que traza las formas en que la vida cotidiana puede transformarse mediante el poder de la imaginación, pero también una afectuosa exploración de las cosas que quedan sin decir en las relaciones familiares y los recuerdos —no nostálgicos— de momentos compartidos en la intersección de trayectorias individuales.
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