Muerte de Val Kilmer, un actor con una ambición salvaje cuya carrera nunca despegó (II)

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Caprichos y excentricidades

Le está costando mucho recuperarse de ello. Las historias lo siguen, describiéndolo como un actor de exigencias abrumadoras. Culminaron con él poniéndose el traje de Batman, solo para abandonarlo inmediatamente y negarse a hacer una secuela de Batman Forever (1995). El tipo de decisión rara que pone a Hollywood en tu contra. Rumores persistentes describen a una estrella temperamental que quemó a un técnico con su cigarrillo durante el rodaje de El santo (1997), exigió que se encontrara el traje adecuado al otro lado del mundo para que calzara en los zapatos de Simon Templar y exigió saber los signos astrológicos de todos los miembros del equipo antes de contratarlos.

Val Kilmer y Nicole Kidman en Batman Forever (1995)

En  Val, se muestra un altercado con John Frankenheimer en el set de La isla del Dr. Moreau (1996). El actor expresa toda su frustración como actor embarcado en una aventura que ya nadie controla. A Val Kilmer no le gusta el sistema y el sistema lo odia. "Hay dos cosas que no haré, dirá el realizador de El mensajero del miedo (2004). Escalar el Everest o volver a trabajar con Val Kilmer. Nadie jamás me pagará lo suficiente por esto". "Creo que necesita apoyo psicológico", dijo Joel Schumacher, otro veterano de Hollywood. ¿Debería callarme? ¿Poder trabajar con él? No, a estos actores se les pagan enormes sumas para aparecer en estas películas. Me alegré cuando aceptó interpretar a Batman, y me alegré aún más cuando dijo que no quería volver a interpretarlo."

Val Kilmer en La isla del dr. Moreau (1996)

Mecanismo roto

En  Val, el actor describe desde dentro esta tensión infernal que se ha colado en su carrera. La presión por triunfar y rendir nunca lo abandonó. Creció en Los Ángeles, en las afueras de Hollywood, y la mitología del lugar moldeó su carácter. El cantante y actor de westerns Roy Rogers y el gurú asesino Charles Manson vivían cerca de él. Las películas eran parte de su vida y todos sus juegos estaban imbuidos de ellas. Ya era artista y actor con su hermano, quien murió repentinamente cuando tenía 15 años. Llevó su sombra consigo, y el papel de Batman se convirtió en la trampa hacia la que había estado corriendo desde la infancia. "Estaba en África, dice en Val, cuando mi agente me llamó. Me buscaba por todas partes porque me habían ofrecido el papel de Batman. Estaba en shock. Todo niño sueña con ser Batman. No es un superhéroe, sino un tipo normal que hace cosas increíbles usando su inteligencia. Cuando estaba en el instituto, invitaron a mi familia al rodaje de una serie de televisión de los años 1960, y uno de mis recuerdos más preciados es cuando mi padre me sentó en el Batimóvil".

Val Kilmer en Heat (1995)

En el universo de Hollywood de los años de las superproducciones, Batman es el papel por excelencia, el ascensor a la fama. Val Kilmer ni siquiera se molesta en leer el guión antes de firmar su contrato. "Al empezar el rodaje, descubrí la realidad del traje de Batman. Al ponértelo, apenas te puedes mover, no oyes nada, apenas puedes respirar, estás aislado del mundo". Incapaz de interpretar ni de expresar nada. La frustración es inmensa. "Me di cuenta de que mi único papel era ir al set e ir adonde me dijeran." Él quiere todo lo contrario. Por suerte, llegó a filmar Heat (1995), de Michael Mann, junto a Al Pacino y Robert De Niro, pero el mecanismo del éxito estaba roto. Se le escapan los grandes papeles y la gloria inmensa. Val Kilmer permanecerá para siempre en ese punto intermedio que retrata su película. Una vida rica y un narcisismo devastado.