Hace unos días en nuestra ciudad, Melilla, concretamente el 18 de enero de 2013, en el Museo de Historia, Arqueología y Etnografía, se presentó la obra El sonajero del chamán de Cristina Hernández González, publicado por GEEP ediciones.
Cristina Hernández González (Melilla, 1977), tras obtener la licenciatura en Filología Hispánica y el DEA en la Universidad de Granada, es profesora de Lengua y Literatura en su ciudad natal. Después de colaborar en diversas revistas filológicas y culturales, ha publicado La Muerte Fértil. Mitos, símbolos y arquetipos sobre una paradoja recuperada (Bibliofilia Montillana, Córdoba, 2010), Plan de Igualdad en Secundaria (coord., Consejería de Educación/GEEPP Ediciones, Melilla, 2011), Ofelia entre las flores (GEEPP Ediciones, Melilla, 2012), Astropoemas. Antología lírica y visual (Consejería de Educación/GEEPP Ediciones, Melilla 2012) y espera para 2013 la publicación de Las lágrimas del ciervo. Lo sagrado en la poesía de Miguel Fernández (UNED, Madrid, 2013), trabajo con que recibió la Beca de Investigación de Poesía Española Actual en 2010, y Sabores de Sidel. Ruta Literaria por Melilla (GEEPP Ediciones, Melilla, 2013). Aparece en la antología Etcétera (GEEPP Ediciones, Melilla, 2012), grupo poético al que pertenece. Es autora de las introducciones críticas a tres obras de Antonio César Morón: Retórica del sueño de poder (Consejería de Educación/GEEPP Ediciones, Melilla, 2011), Estado antimateria. Pentarquía de dramaturgia cuántica (Consejería de Educación/GEEPP Ediciones, Melilla, 2011) y Monólogos con maniquí (Dauro, Granada, 2012). El Sonajero del Chamán es su primer poemario, aunque más que poeta, se considera una arqueóloga de palabras. De palabras capaces de transformar la realidad.
La existencia de El Sonajero del Chamán, incluso en sus tres dimensiones, no se debe únicamente a los versos que lo componen. El prólogo del profesor y dramaturgo Antonio César Morón prepara al lector como si este fuera el iniciado a un rito de paso. De manera magistral, Morón nos introduce en El Sonajero mostrándonos las claves interpretativas, aun sin desvelarlas por completo, dejándonos ese espacio de descubrimiento intuitivo. La bella y elegante maquetación de Elena Estruch confiere al poemario el revestimiento perfecto al conjugar los tonos del manto de Proserpina y de la hiedra. La musicalidad y la magia chamánica de la voz ha sido posible gracias a Onda Cero Melilla, que nos prestó su estudio para la grabación del CD con los poemas recitados. Y, por supuesto, El Sonajero no sería El Sonajero sin el cuerpo que le ha otorgado la genial editorial Geepp Ediciones.
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