22 de febrero de 1951: en España, Camilo José Cela publica la
novela La colmena.
Editada en Buenos Aires en 1945/1946. No pudo publicarla en España hasta 1951,
debido a la censura de la época ya que en la novela hay bastantes
alusiones al sexo y al ambiente homosexual y carcelario de la época.
Estos temas y la época en la que se publicó, (estando Franco en el poder
en España), provocaron la censura. Durante el mismo franquismo, Manuel Fraga -cuando fue nombrado ministro del interior-, autorizó la primera edición en España. Esta novela fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX del periódico español El Mundo (Sábado, 13 de Enero de 2001) .
La estructura externa está compuesta de seis capítulos y un epílogo.
Cada capítulo consta de un número variable de secuencias de corta
extensión, que desarrollan episodios que están mezclados con otros que
ocurren simultáneamente. De esta manera el argumento
se rompe en multitud de pequeñas anécdotas. Lo importante es la suma de
las mismas, que conforma un conjunto de vidas cruzadas, como las celdas de una colmena.
El marco espacio-temporal es muy preciso: Madrid en unos días de 1942,
en plena posguerra. El autor intentó reflejar con el máximo verismo la
realidad social de la época adoptando un punto de vista objetivista,
pero, como es lógico, tuvo que realizar una selección dentro de ese
inmenso conjunto. La historia se basa en un espacio novelesco no muy
amplio pero con bastantes personajes que intervienen poco en el
transcurso de la obra.
De entre los trescientos personajes que aparecen, apenas
encontraremos representantes de las clases más acomodadas, y del mismo
modo no tienen relevancia los pertenecientes a la clase obrera o a los
sectores marginados. Lo que predomina es la clase media baja, la pequeña
burguesía venida a menos, es decir, gentes en situación inestable, que
tienen un futuro incierto y han de vivir a salto de mata. Sus ilusiones y
proyectos de futuro son engañosos: sus miradas «jamás descubren
horizontes nuevos», y su vida es una «mañana eternamente repetida». Este
tipo de personajes se ajusta muy bien a la visión de la vida subyacente
en la novela, primera parte de una serie que había de llevar el
significativo título de «Caminos inciertos».
La voluntad de reflejar con exactitud la realidad no supone la
absoluta neutralidad del autor, que interviene de dos formas
contradictorias. En la mayoría de los casos utiliza la técnica
objetivista, es decir, se limita a mostrar, a describir desde fuera, sin
penetrar en el interior de los personajes. Otras veces, sin embargo,
adopta una actitud omnisciente y comenta irónicamente las actitudes de
los personajes.
El estilo de La colmena presenta una apariencia de
espontaneidad que esconde un cuidadoso trabajo de perfeccionamiento. La
prosa contiene efectos rítmicos, paralelismos, repeticiones. Predomina
el tono cortado, brusco y directo, pero a veces se abren paso fragmentos
líricos, que nos recuerdan que Cela comenzó su carrera literaria
escribiendo poesía. En La colmena
los componentes temporal (tres días) y espacial (una ciudad) son muy
reducidos, ello hace que los elementos que componen la intriga (sucesos,
episodios, etc.) queden supeditados a los elementos del comentario
(valoración subjetiva). Existe, por tanto, un predominio del discurso.
La colmena abrió nuevas perspectivas a
la novela española. Esas nuevas perspectivas vienen dadas por la unión
de dos tradiciones literarias:
- La tradición realista, representada por Pío Baroja.
- La renovación formal del género que se venía realizando desde principios del siglo XX y que le llegará a Cela a través de diferentes corrientes: por un lado los novelistas españoles anteriores a la Guerra Civil (la novela del 98, sobre todo Valle-Inclán, y la novela novecentista, sobre todo Ramón Pérez de Ayala), y por otro, la novela renovadora europea y americana (James Joyce, Marcel Proust, William Faulkner, John Dos Passos).
La novela de Cela presenta una serie de rasgos que le permite enlazar con las dos tradiciones citadas:
- Es una de las primeras novelas de posguerra que se enfrenta con la realidad de la sociedad española con la intención de denunciarla. Este hecho la pone en relación con Jean Paul Sartre y la novela social que se hace en Europa en la década de los 50.
- Recoge influencias de los novelistas españoles anteriores a la Guerra Civil:
- Baroja: «La novela debe reflejar la vida».
- Valle-Inclán: Personaje colectivo, técnicas deformadoras de la realidad.
- Su visión humorística de la vida enlaza con la obra de Ramón Gómez de la Serna y Wenceslao Fernández Flórez.
- Incorpora técnicas renovadoras propias de la novela occidental contemporánea:
- Objetivismo de la Generación Perdida norteamericana.
- Realismo crítico: no solo presentar la realidad, sino también explicarla y denunciarla (Faulkner).
- Complejidad estructural y temática: Joyce, Proust, Thomas Mann, Aldous Huxley.
- Actualización de viejos motivos de la tradición literaria española.
- De la novela picaresca utiliza la moral de la supervivencia y la visión social dominada por la insolidaridad.
- El tratamiento del sexo, que la pone en relación con el Libro de buen amor y La Celestina.
Todas las innovaciones que Cela introduce en La colmena" serán aprovechadas por los novelistas de la Generación del 50, y esa es la razón que convierte a esta novela en un acontecimiento fundamental en la literatura española de posguerra.
La colmena y el cine
Mario Camus dirigió en 1982 La colmena, basada en la novela que estamos comentando. El escritor tiene un pequeño papel en la película interpretando a Matías. Coproducida por Televisión Española.
Camilo José Cela escribe en el prólogo a la primera edición de la
novela: "La Colmena no es otra cosa que un pálido reflejo, que una
humilde sombra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad
(...) no aspira a ser más que un trozo de vida narrado sin reticencias,
sin extrañas tragedias, sin caridad, como la vida discurre, exactamente
como la vida discurre. Queramos o no queramos. La vida es lo que vive
-en nosotros o fuera de nosotros-; nosotros no somos más que su
vehículo, su excipiente como dicen los boticarios (...) Su acción
discurre en Madrid -en 1942- y entre un torrente, o una colmena, de
gentes que a veces son felices, y a veces, no".
A partir de una colmena de personajes y con el centro neurálgico del
café de Doña Rosa (que fuera anteriormente cementerio, pues las mesas de
mármol no son sino lápidas una vez descubiertas por el hambriento grupo
de poetas que allí se reunen; una audaz metáfora de la situación del
momento, pues no se equivocaba mucho Dámaso Alonso cuando escribía
aquello de "Madrid es una ciudad de un millón de cadáveres...") como
hilo narrativo más importante se hace una radiografía, una fotografía
impecable de la situación económica, política y social del momento, un
justísimo y soberbio documento histórico, como lo era, en mayor medida y
mérito, la novela.
Intérpretes y personajes
- José Sacristán (Martín Marco López)
- Victoria Abril (Julita)
- Francisco Algora (Ramón Maello)
- Rafael Alonso (Julián Suárez)
- Ana Belén (Victorita)
- José Bódalo (Don Roque)
- Mary Carrillo (Doña Asunción)
- Camilo José Cela (Matías)
- Queta Claver (Doña Matilde)
- Luis Escobar (Don Ibrahim)
- Fiorella Faltoyano (Filo)
- Agustín González (Mario de la Vega)
- Emilio Gutiérrez Caba (Ventura Aguado)
- Rafael Hernández (Padilla)
- Charo López (Nati Robles)
- José Luis López Vázquez (Leonardo Meléndez)
- Antonio Mingote (señor de luto)
- Mario Pardo (Rubio Antofagasta)
- Encarna Paso (madre de Victorita)
- María Luisa Ponte (doña Rosa)
- Elvira Quintillá (doña Visitación)
- Francisco Rabal (Ricardo Sorbedo)
- Antonio Resines (Pepe El Astilla)
- José Sazatornil (Tesifonte Ovejero)
- Elena María Tejeiro (Señorita Elvira)
- Ricardo Tundidor (Roberto)
- Concha Velasco (Purita)
- Manuel Zarzo (Consorcio)
- Imanol Arias (Tísico)
- Luis Barbero (Pepe)
- Luis Ciges (Don Casimiro)
- Marta Fernández Muro (Amparito)
- Miguel Rellán
- Ana María Ventura
- Festival Internacional de Cine de Berlín: Oso de Oro a la mejor película.
- Fotogramas de Plata 1982: mejor actor (José Sacristán).
- Círculo de Escritores Cinematográficos: mejor director, mejor actor (Rafael Alonso), mejor actor de reparto (Luis Barbero), mejor actriz de reparto (Mary Carrillo), mejor guión (José Luis Dibildos), mejor música (Antón García Abril) y mejor ambientación (Ramiro Gómez).
- Premios de la ACE (Nueva York): mejor película, mejor actor (José Sacristán), mejor actor de reparto (Rafael Alonso), mejor actriz de reparto (María Luisa Ponte).
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