domingo, 3 de febrero de 2013

Biografías de cine: John Ford (I)

John Ford

El 1 de febrero de 1894 nace John Forden una granja de Cape Elizabeth (Maine) y fue bautizado con el nombre de John Martin Feeney, hijo de dos emigrantes irlandeses que le transmitieron su natal gaélico y el amor a su Irlanda de origen. Actor, director y productor cinematográfico estadounidense, cuatro veces ganador del Premio de la Academia. Con una carrera profesional de más de 50 años, en la que participó en casi todas las facetas del arte cinematográfico antes de dedicarse a la dirección, Ford dirigió más de 140 películas, muchas de ellas de cine mudo, y está ampliamente considerado como uno de los cineastas más importantes e influyentes de su generación, siendo muy respetado por otros colegas de su profesión como Ingmar Bergman y Orson Welles quienes lo consideraban como uno de los grandes directores de cine de todos los tiempos.
Fue también marino y militar, participando en la Segunda Guerra Mundial como oficial de los servicios cinematográficos de la Armada de los Estados Unidos y siendo herido en combate durante la Batalla de Midway. Tras el final de la guerra continuó siendo reservista, colaboró en la realización de documentales en la Guerra de Corea y en la de Vietnam y alcanzó el grado de contraalmirante.

Primer contacto con el cine

Su hermano mayor, Frank O'Feeney, se había desplazado a Hollywood en 1911. Allí, con el nombre artístico de Francis Ford, inició una prometedora carrera en la naciente industria cinematográfica. El joven Jack se uniría a él en 1913, trabajando a sus órdenes en diversos oficios: regidor, doble de acción, atrezzista, asistente de su hermano y actor. Pronto adoptó el apellido artístico de Francis y se hizo llamar Jack Ford, para disgusto de sus padres a quienes no agradaba esa actividad profesional. Estos años le sirvieron al joven Jack para familiarizarse con el cine desde diversos ángulos y en diferentes géneros. Su hermano fue no sólo la primera influencia, sino quizá la más importante en su forma de hacer cine, lo que siempre provocó cierta envidia en Jack. Fuera de la tutela de su hermano, Ford participó como extra en el rodaje de El nacimiento de una nación, lo que le permitió conocer la forma de trabajar de David W. Griffith, director por el que Ford siempre sintió respeto. Estos años junto a su hermano le sirvieron a Ford para conocer la industria, pero todavía no tenía conciencia de las posibilidades reales de la labor de dirección cinematográfica.

El periodo del cine mudo

El paso a la dirección de Ford parece una evolución lógica en su carrera, aunque el azar tuvo mucho que ver en tal tránsito. Se suele considerar que su primera película como director es The Tornado (El tornado) en 1917, en la que también figura como guionista. Se trataba de un western corto protagonizado por su hermano Francis, y resulta dudoso si John ya era el director o se limitaba todavía a ayudar a su hermano asumiendo cada vez más responsabilidades. La película, de la que no se conserva copia alguna, debió limitarse a una sucesión de acrobacias hechas por los especialistas, pero supuso el comienzo de una larga y brillante carrera profesional. Desgraciadamente, de las sesenta y dos películas de diverso metraje que Ford rodó durante la época muda, sólo se conservan entre quince y veinte (algunos mutilados), lo que dificulta hacer una valoración global de su obra en este período de formación.

Harry Carey y la Universal

Afortunadamente para Ford, las películas del Oeste no gozaban de mucho prestigio entonces y los directores de los estudios Universal eran reacios a dirigirlas. Eso provocó un vacío que su hermano Francis aprovechó recomendándole al estudio. Ford rodaría un total de 37 films para Universal en cinco años. De allí nació una relación profesional y de amistad entre John Ford y el actor Harry Carey, quienes rodarían juntos un total de veinticinco películas mudas de apresurada realización y creciente rentabilidad. Carey fue la respuesta de Universal a actores como Tom Mix o Broncho Billy y, de la mano de Ford, compuso un héroe alejado de los arquetipos tradicionales. Su personaje habitual recibió el nombre de Cheyenne Harry (Cayena, en ciertas versiones hispanas), aunque no era muy diferente cuando recibía otros nombres. El actor fue la segunda influencia en importancia en el cine de Ford tras su hermano Francis. El éxito en taquilla de Carey permitió subir poco a poco el salario de Ford. Parece que las películas tenían una excelente fotografía y unos escenarios exteriores que resaltaban la trama violenta. Sólo se conservan Straight Shooting (A prueba de balas, 1917) y Hell Bent (El cowboy vengador o El barranco del diablo, 1918).
En enero de 1920, Ford rueda The Prince of Avenue A, reseñable por ser su primera película ajena al western. En el verano de ese año, Ford contrajo matrimonio con Mary France McBride Smith, con quien tendría dos hijos: Patrick (1921), quien llegaría a ser productor y realizador de cine de bajo presupuesto; y Barbara (1922), que trabajaría con el tiempo como montadora. En ese mismo año, su hermano Francis abandona definitivamente la dirección y se centra en el trabajo como actor.

Twenty Century Fox

A finales de 1920, Ford filma Just Pals (Buenos amigos), su primer trabajo con la productora Fox, con la que mantendrá una relación casi en exclusiva hasta 1931 y con la que rodaría más de cincuenta películas a lo largo de su vida. Se trata de un western "moderno" ambientado en su propia época y que narra la relación entre un vagabundo y un niño en tono de comedia. Aunque Ford siguió rodando algunas películas con Universal y Carey, la nueva productora le permitió trabajar también con Tom Mix. Por esa época realiza un viaje a la Irlanda de sus ancestros, donde estableció contacto con el Sinn Féin y con el duro conflicto anglo-irlandés. Volvió a casa habiendo reforzado sus lazos con la tierra de sus padres.
En 1923, Ford rueda su película de mayor presupuesto hasta entonces. Se trata de Cameo Kirby (Sota, caballo y rey), protagonizada por la estrella John Gilbert y coloreada en algunas secuencias. Probablemente la importancia del encargo motiva que por primera vez firme con su definitivo nombre de John Ford.

Caballo de hierro

En 1924, Ford rueda su mayor producción hasta la fecha, el western de tonos épicos The Iron Horse (El caballo de hierro). La película no estaba concebida inicialmente como una superproducción, pero la Fox no reparó en gastos conforme avanzaba el rodaje, desarrollado durante el primer trimestre del año. El film narra en tono de epopeya la construcción del ferrocarril Transcontinental por las compañías Union Pacific y Central Pacific entre los años 1863 y 1869, trama acompañada de una relación sentimental entre los protagonistas, encarnados por George O'Brien y Madge Bellamy.
El rodaje se desarrolló en difíciles condiciones, pues el numeroso equipo no fue a Nevada preparado para el duro clima propio de la estación. Hubo que improvisar alojamientos adecuados para el numeroso equipo. La productora hizo un importante esfuerzo económico encaminado a potenciar el tono épico. Hubo que construir dos ciudades enteras para las tomas generales. Dado que uno de los ejecutivos de la Fox se había encaprichado de la actriz protagonista, se añadieron posteriormente escenas rodadas sin el concurso de Ford para realzar su papel.
Quizá El caballo de hierro no sea la mejor película de la época silente de Ford, pero el director demostró saber hacer frente a las adversidades y dirigir a un numeroso equipo en condiciones difíciles. El resultado fue un éxito de taquilla que permitió que la compañía recuperase con creces su elevada inversión. Ello reforzó la posición de Ford en Fox y en la industria de Hollywood, en general. El tono grandioso de la película es compensado con cierta ironía, en la que colaboran, como no, los personajes de tres viejos borrachines irlandeses (tipo que se hará habitual en posteriores películas de Ford).

Otros géneros


El éxito de El caballo de hierro garantizó a Ford la continuidad como director, realizando a continuación películas de diversa temática con las que experimentó géneros distintos al western. Tras la desaparecida Hearts of Oak, melodrama de ambiente marítimo, Ford rodó Ligtnin (Don Pancho, 1925), amable comedia sin pretensiones aunque excesivamente larga, cuya acción se desarrolla en el peculiar Hotel Calivada, situado justo sobre el límite fronterizo entre los Estados de California y Nevada. La ubicación dará lugar a diversas situaciones cómicas, en las que destacan el matrimonio que regenta el hotel, personajes que prefiguran otros que poblarán más tarde la obra fordiana (como el Jeeter Lester de Tobacco Road). 
Kentucky Pride (Sangre de pista, 1925) permitió a Ford introducirse en el ambiente para él grato de las carreras de caballos. La comedia se inicia desde el punto de vista subjetivo del equino protagonista hasta que pasa a contarnos las historias paralelas de su dueño, un hombre acaudalado que pierde su fortuna y su montura, y el mozo de cuadras, un irlandés interpretado por J. Farrel McDonald y que anticipa futuros personajes de Ford. The Fighting Heart (Corazón intrépido) es un desaparecido melodrama que gira en torno a las consecuencias del alcoholismo, reseñable por suponer la primera aparición de un joven Victor McLaglen en el cine de Ford, del que el actor llegaría a convertirse en un emblema. The Shamrock Handicap (La hoja de trébol, 1926) permite a Ford retomar el tema de la equitación. Narra la historia de un bondadoso aristócrata irlandés arruinado por ser generoso con sus arrendatarios. Ello le obliga a vender su mejor caballo para que compita en los Estados Unidos. Lo que podría haber sido una tragedia, adquiere visos de una optimista historia de superación personal en la que el noble, su hija y su mejor jockey emigrarán a Norteamérica, triunfarán en las carreras y regresarán a la patria victoriosos. Tema muy grato a un emigrante de segunda generación como Ford. También narra una emigración desde Irlanda Mother Machree (¡Madre mía!, 1928), una película con la que la Fox experimentó la sincronización de música e imágenes y cuyo estreno se retrasó dos años. Sólo conservada parcialmente, la película es excesivamente sentimental y discursiva y, aunque cercana a la temática habitual de Ford, está lejos en resultado.

Regreso al western

3 Bad Men (Tres hombres malos, 1926) está considerada por muchos críticos como la mejor película del período silente de Ford. Basada en un hecho histórico, la carrera por la disputa de las tierras libres del Territorio de Dakota, podría haber dado lugar a otra superproducción épica como El caballo de hierro. Sin embargo, aunque la memorable secuencia de la carrera responde a ese planteamiento, el resto de la película se aparta de él. Oscilando con habilidad entre la comedia y el drama, el film presenta a tres bandidos de buen corazón que deciden defender a una joven huérfana y enfrentarse a un malvado sheriff. Los forajidos, conscientes de que su tiempo ha pasado, se sacrificarán por la muchacha y su novio, al que ellos mismos han ayudado a elegir, en lo que constituye un indudable anticipo del western crepuscular. La película no fue un éxito de taquilla pese a estar incluida en el género en el que Ford inició su carrera y con el que había conseguido su mayor éxito. Pasarían años hasta que el director volviera a dirigir su mirada hacia el oeste.

El drama

Tras la encorsetada The Blue Eagle (El águila azul, 1926), película de ambiente castrense, Ford conocerá su mayor éxito de la era silente gracias al drama bélico Four Sons (Cuatro hijos, 1928). En este caso, público y crítica caminan de la mano al considerarla una gran película. Aunque hoy permanezca casi olvidada, supuso el encumbramiento de Ford a la misma altura de figuras de la época como el mismísimo Griffith. La película trata temas habituales en Ford, como la guerra, la nostalgia de la patria perdida (Baviera en este caso sustituye a la habitual Irlanda) y la emigración como forma de reconstruir la propia vida.

Fin de la época muda

Ford se despediría del cine silente con tres películas muy diferentes. The Hangman's House (El legado trágico, 1928) supone una vuelta a Irlanda desde la perspectiva nacionalista que le caracterizó tras su contacto con el IRA, así como a las carreras de caballos. El film es reseñable por suponer la primera colaboración acreditada de John Wayne a las órdenes de Ford, además de contar de nuevo con Victor McLaglen. Riley the Cop (Policías sin esposas o El policía sin esposas, , nuevamente protagonizada por J. Farrell McDonald, es una comedia sin pretensiones relacionada con el slapstick en torno a un agente que se vanagloria de no haber efectuado nunca una detención y es enviado en misión al extranjero. Strong Boy (¡Viva la ambición!) estaba también protagonizada por McLaglen y parece haberse perdido. Los dos últimos films fueron estrenados como películas mudas pero con sincronización musical, una técnica utilizada por los estudios en la fase de transición al sonoro.
Ford dirigió más de sesenta películas durante la era silenciosa del cine. Aunque su carrera se hubiera truncado con la llegada del sonido, como ocurrió con grandes creadores como D.W. Griffith, Erich von Stroheim o Buster Keaton, su obra sería digna de consideración en la historia del cine. Pero Ford tenía todavía muchas más cosas que aportar.

(cont.)

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