jueves, 18 de abril de 2013

Biografías de cine: Charles Chaplin (II)

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Sólo cuando expiró su contrato con la First National pudo Chaplin rodar su primer largometraje para que lo distribuyera la United Artists, la organización que había fundado junto a Douglas Fairbanks, Mary Pickford y D. W. Griffith cuatro años antes. Una mujer de París (A Woman of París, 1923) fue su primer intento de rodar una película dramática y seria, y se trataba de un proyecto que llevaba mucho tiempo acariciando. Con él pretendía lanzar a la fiel Edna Purviance como actriz dramática, y es innegable que su interpretación sobria y elegante merecía ese esfuerzo, aunque su carrera posterior fuese más bien efímera. Adolphe Menjou le dio la réplica y se convirtió en una gran estrella. El propio Chaplin sólo apareció en un par de planos, haciendo de transeúnte. El argumento de la película parecía extraído de un melodrama victoriano: la tragedia de una sencilla chica de pueblo convertida en “mantenida” e incapaz de decidirse entre un artista y un “playboy”, pero Chaplin aplicó a esa historia un tratamiento visual extremadamente sutil y sofisticado, que influiría decisivamente en la comedia cinematográfica como género.
Sin embargo, para desconcierto y humillación de Chaplin, y a pesar de una entusiasta acogida por parte de la crítica. Una mujer de París fue un desastre comercial, aunque recuperaría las pérdidas que le originó y su confianza en sí mismo con sus dos películas siguientes, La quimera del oro (The Gold Rush, 1925) y El circo (1928), que merecen figurar entre las mejores de su filmografía.
A partir de los 30, Chaplin redujo drásticamente su producción, dedicando hasta cinco años a cada película. Cuando se embarcó en Luces de la ciudad (City Lights, 1931), el sonoro era ya una realidad, y Chaplin había sido testigo de la caída de otras grandes estrellas cómicas del mundo. Decidió no poner en peligro el personaje por él creado, y que le había valido un amplio público internacional, haciéndole hablar. Por tanto, Luces de la ciudad es una película muda con acompañamiento musical. Consiste en una serie de variaciones cómicas en torno a una situación melodramática, la de una florista ciega y el pobre vagabundo, cuyos esfuerzos por devolverle la vista la permiten comprobar al fin la patética realidad de su benefactor.
En Tiempos modernos, la última de las películas de Charlot, se arriesgó a pronunciar unos divertidos trabalenguas; pero, en general, basó toda la película en la mímica y la pantomima, por lo que sigue siendo esencialmente una obra muda. Un alegato contra la pobreza y el orden injusto que impone un capitalismo feroz. Con esta película, Chaplin atrajo sobre sí las iras de los conservadores y puritanos norteamericanos, que le acusaron de “sacar los pies del plato”, e intentar convertirse en un “filósofo”.
Estas críticas aumentaron de tono cuando Chaplin realizó El gran dictador (The Great Dictator, 1940), una sátira cómica sobre el totalitarismo. A pesar de la indignación que subyace bajo la comicidad de la película, el propio Chaplin dijo posteriormente que, de haber sabido la verdad sobre los campos de concentración de Hitler, no habría tenido nunca la osadía de realizarla. Círculo de críticos de Nueva York: mejor actor (Chaplin).
En el cine de Chaplin había estado siempre presente una cierta afición a lo lúgubre y macabro, que salió a la superficie en Monsieur Verdoux (1947), basada en hechos reales, esta obra maestra del genio Chaplin cuenta la historia de Henri Verdoux, un hombre de doble vida. Por un lado es un respetable hombre casado padre de un hijo, pero por otro es un seductor que, bajo otra identidad, se dedica a casarse con viudas ricas a las que posteriormente asesina para quedarse con su fortuna, una especie de Barbazul francés de entreguerras, que se dedica a matar mujeres para poder mantener a su familia. El contraste  filosófico que hace Verdoux entre sus propios crímenes y los asesinatos masivos cometidos durante las guerras no gustó demasiado en los años de la Guerra Fría, y esta película se convirtió en uno de los pretextos de la campaña de descrédito y persecución contra Chaplin, que le llevó a exilarse permanentemente de Estados Unidos en 1953.
La última película americana de Chaplin fue un homenaje nostálgico a su propia infancia y juventud en las callejas y teatros de variedades de Londres. Llena de referencias autobiográficas, Candilejas (Limelight, 1952) contaba la amistad y mutuo apoyo que se prestan un viejo y alcoholizado actor cómico y una bailarina aquejada de parálisis psicosomática. Oscar: mejor banda sonora; Premios BAFTA: Mejor promesa (Claire Bloom). Nominada a mejor película y Círculo de críticos de Nueva York: Nominada a Mejor Actor (Charles Chaplin).
Invirtiendo el proceso, en Gran Bretaña rodó una película sobre Estados Unidos, Un rey en Nueva York (A King in New York, 1957), una amarga y feroz comedia sobre la paranoia y las persecuciones de la era maccarthista. La película alcanza su máxima calidad en las escenas patéticas, en las que Chaplin utilizó a uno de sus hijos, Michael, como una especie de equivalente de los años 50 de El chico, presentando cómo la mente y la conciencia del niño se ven tan castigadas y deformadas por la sociedad como el cuerpo del personaje de Jackie Coogan en El chico.

En 1957, a los 77 años de edad, Chaplin rodó su última película, una agradable comedia romántica titulada La condesa de Hong Kong (A Countess From Hong Kong), que podría haber resultado  mejor y tenido más éxito de no haber recurrido a dos grandes estrellas internacionales, Marión Brando y Sofía Loren, que no se adecuaban a su estilo y forma de trabajar.
Hasta casi el final de su vida, Chaplin trabajó en los preparativos dé una película que habría de titularse The Freak. Sin embargo, nunca se retiró del todo. Había compuesto la música de todas sus películas sonoras (aunque la de Luces de la ciudad fue un plagio, al parecer involuntario, de La violetera, del maestro Padilla); y, en su vejez, se dedicó a componer nuevas partituras para el reestreno de sus películas mudas.
Apenas un año antes de su muerte, ocurrida en 1977, Chaplin había decidido ponerle música a Una mujer de París para su reposición, a pesar de los malos recuerdos que le traía esa película. Había trabajado durante más de ochenta años, y los 62 que le dedicó al cine constituyen todo un «récord» que será difícilmente superable.

Glosario

Music hall fue una forma de espectáculo muy popular en Gran Bretaña entre 1850 y 1960, pero que luego entró en decadencia. Es similar al vaudeville americano y a la revista española presentando entusiastas canciones y actos cómicos-
Sketch: historieta,escena o pieza breve independiente,por lo común de carácter humorístico o sarcástico,que forma parte de un espectáculo o de una obra de teatro,cine o televisión.
Slapstick(traducido del inglés como "bufonada" o "payasada") es un subgénero de la comedia que se caracteriza por presentar acciones exageradas de violencia física que no derivan en consecuencias reales de dolor.

Bibliografía

Charles Chaplin (1965): Historia de mi vida. Madrid: Taurus. 
VV. AA. (1990): Historia Universal del Cine. Barcelona: Planeta.



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