Sólo cuando expiró su contrato con la First National pudo
Chaplin rodar su primer largometraje para que lo distribuyera la United Artists,
la organización que había fundado junto a Douglas Fairbanks, Mary Pickford y D.
W. Griffith cuatro años antes. Una mujer
de París (A Woman of París, 1923)
fue su primer intento de rodar una película dramática y seria, y se trataba de
un proyecto que llevaba mucho tiempo acariciando. Con él pretendía lanzar a la fiel
Edna Purviance como actriz dramática, y es innegable que su interpretación
sobria y elegante merecía ese esfuerzo, aunque su carrera posterior fuese más
bien efímera. Adolphe Menjou le dio la réplica y se convirtió en una gran estrella.
El propio Chaplin sólo apareció en un par de planos, haciendo de transeúnte. El
argumento de la película parecía extraído de un melodrama victoriano: la
tragedia de una sencilla chica de pueblo convertida en “mantenida” e incapaz de
decidirse entre un artista y un “playboy”,
pero Chaplin aplicó a esa historia un tratamiento visual extremadamente sutil y
sofisticado, que influiría decisivamente en la comedia cinematográfica como
género.
Sin embargo, para desconcierto y humillación de Chaplin, y a
pesar de una entusiasta acogida por parte de la crítica. Una mujer de París fue un desastre comercial, aunque recuperaría
las pérdidas que le originó y su confianza en sí mismo con sus dos películas
siguientes, La quimera del oro (The Gold
Rush, 1925) y El circo (1928),
que merecen figurar entre las mejores de su filmografía.
A partir de los 30, Chaplin redujo drásticamente su
producción, dedicando hasta cinco años a cada película. Cuando se embarcó en Luces de la ciudad (City Lights, 1931), el sonoro era ya una realidad, y Chaplin había sido
testigo de la caída de otras grandes estrellas cómicas del mundo. Decidió no
poner en peligro el personaje por él creado, y que le había valido un amplio público
internacional, haciéndole hablar. Por tanto, Luces de la ciudad es una película muda con acompañamiento musical. Consiste en una serie de variaciones
cómicas en torno a una situación melodramática, la de una florista ciega y el
pobre vagabundo, cuyos esfuerzos por devolverle la vista la permiten comprobar
al fin la patética realidad de su benefactor.
En Tiempos modernos,
la última de las películas de Charlot, se arriesgó a pronunciar unos divertidos
trabalenguas; pero, en general, basó toda la película en la mímica y la
pantomima, por lo que sigue siendo esencialmente una obra muda. Un alegato contra la pobreza y el orden injusto que impone un capitalismo feroz. Con esta película,
Chaplin atrajo sobre sí las iras de los conservadores y puritanos
norteamericanos, que le acusaron de “sacar los pies del plato”, e intentar
convertirse en un “filósofo”.
Estas críticas aumentaron de tono cuando Chaplin realizó El gran dictador (The Great Dictator, 1940), una sátira cómica sobre el
totalitarismo. A pesar de la indignación que subyace bajo la comicidad de la
película, el propio Chaplin dijo posteriormente que, de haber sabido la verdad sobre
los campos de concentración de Hitler, no habría tenido nunca la osadía de
realizarla. Círculo de críticos de Nueva York: mejor actor (Chaplin).
En el cine de Chaplin había estado siempre presente una
cierta afición a lo lúgubre y macabro, que salió a la superficie en Monsieur Verdoux (1947), basada en hechos reales, esta obra maestra del genio Chaplin cuenta la
historia de Henri Verdoux, un hombre de doble vida. Por un lado es un
respetable hombre casado padre de un hijo, pero por otro es un seductor
que, bajo otra identidad, se dedica a casarse con viudas ricas a las que
posteriormente asesina para quedarse con su fortuna, una especie de Barbazul francés de entreguerras, que se dedica a matar mujeres
para poder mantener a su familia. El contraste filosófico que hace Verdoux entre sus propios
crímenes y los asesinatos masivos cometidos durante las guerras no gustó demasiado
en los años de la Guerra Fría, y esta película se convirtió en uno de los
pretextos de la campaña de descrédito y persecución contra Chaplin, que le
llevó a exilarse permanentemente de Estados Unidos en 1953.
La última película americana de Chaplin fue un homenaje
nostálgico a su propia infancia y juventud en las callejas y teatros de
variedades de Londres. Llena de referencias autobiográficas, Candilejas (Limelight, 1952) contaba la amistad y mutuo apoyo que se prestan un
viejo y alcoholizado actor cómico y una bailarina aquejada de parálisis
psicosomática. Oscar: mejor banda sonora; Premios BAFTA: Mejor promesa (Claire Bloom). Nominada a mejor película y Círculo de críticos de Nueva York: Nominada a Mejor Actor (Charles Chaplin).
Invirtiendo el proceso, en Gran Bretaña rodó una película
sobre Estados Unidos, Un rey en Nueva
York (A King in New York, 1957), una
amarga y feroz comedia sobre la paranoia y las persecuciones de la era
maccarthista. La película alcanza su máxima calidad en las escenas patéticas,
en las que Chaplin utilizó a uno de sus hijos, Michael, como una especie de
equivalente de los años 50 de El chico,
presentando cómo la mente y la conciencia del niño se ven tan castigadas y deformadas
por la sociedad como el cuerpo del personaje de Jackie Coogan en El chico.
En 1957, a los 77 años de edad, Chaplin rodó su última
película, una agradable comedia romántica titulada La condesa de Hong Kong (A Countess
From Hong Kong), que podría haber resultado mejor y tenido más éxito de no haber recurrido
a dos grandes estrellas internacionales, Marión Brando y Sofía Loren, que no se
adecuaban a su estilo y forma de trabajar.
Hasta casi el final de su vida, Chaplin trabajó en los
preparativos dé una película que habría de titularse The Freak. Sin embargo, nunca se retiró del todo. Había compuesto
la música de todas sus películas sonoras (aunque la de Luces de la ciudad fue un plagio, al parecer involuntario, de La violetera, del maestro Padilla); y,
en su vejez, se dedicó a componer nuevas partituras para el reestreno de sus
películas mudas.
Apenas un año antes de su muerte, ocurrida en 1977, Chaplin
había decidido ponerle música a Una mujer
de París para su reposición, a pesar de los malos recuerdos que le traía
esa película. Había trabajado durante más de ochenta años, y los 62 que le
dedicó al cine constituyen todo un «récord» que será difícilmente superable.
Glosario
Music hall fue una forma de espectáculo muy popular en Gran Bretaña entre 1850 y 1960, pero que luego entró en decadencia. Es similar al vaudeville americano y a la revista española presentando entusiastas canciones y actos cómicos-
Sketch: historieta,escena o pieza breve independiente,por lo común de carácter humorístico o sarcástico,que forma parte de un espectáculo o de una obra de teatro,cine o televisión.
Slapstick: (traducido del inglés como "bufonada" o "payasada") es un subgénero de la comedia que se caracteriza por presentar acciones exageradas de violencia física que no derivan en consecuencias reales de dolor.
Bibliografía
Charles Chaplin (1965): Historia de mi vida. Madrid: Taurus.
VV. AA. (1990): Historia Universal del Cine. Barcelona: Planeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario