viernes, 5 de abril de 2013

Biografías de cine: Éric Rohmer

Éric Rohmer, seudónimo de Maurice Henri Joseph Schérer (Nancy, 4 de abril de 1920- París, 11 de enero de 2010) fue un crítico y director de cine, además de periodista, novelista, guionista y profesor
francés. Figura intelectual importante de la llamada Nouvelle vague (Nueva Ola) francesa de posguerra y editor de la prestigiosa revista de cine Cahiers du Cinéma, es recordado sobre todo por tres series de películas: Seis cuentos morales, las seis Comedias y proverbios y los Cuentos de las cuatro estaciones.
La publicación Quién es Quién en Francia, afirma que su nombre es Maurice Henri Joseph Schérer, nacido el 20 de marzo de 1920 en Tulle. Otras fuentes dan el nombre de Jean-Marie Maurice Schérer, nacido el 1 de diciembre de 1920 en Nancy.
Hijo de Lucien y Mathilde Schérer, después de terminar sus estudios, en la década de 1940 se trasladó a Paris donde trabajó como profesor de literatura y reportero de un periódico. En 1946, y bajo el seudónimo de Gilbert Cordier, publicó su única novela, Élizabeth.
Durante esos años se convirtió en asiduo asistente a la Cinemateca francesa y adoptó el nombre por el que se lo conocería desde entonces, Éric Rohmer, en referencia a dos de sus personas favoritas: el director de cine austrohúngaro Erich von Stroheim y el novelista británico Sax Rohmer, autor de la serie Fu Manchú.
Se casó en 1957 con Thérèse Barbet, con quien tuvo dos hijos. Es hermano del filósofo René Schérer y padre del periodista Denis Schérer, conocido con el seudónimo de René Monzat.
Fue galardonado en el Festival Internacional de Cine de Berlín 1967, 1983 y 1992, en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián 1970, en el Festival de Cine de Cannes 1976, y en el Festival de Cine de Venecia 2001, junto a otros importantes premios cinematográficos internacionales.
Como crítico de cine, llegó a ser jefe de redacción de la prestigiosa revista francesa Cahiers du Cinéma entre 1956 y 1963, junto a quien fue uno de sus grandes maestros, André Bazin. En 1950, mientras filmaba su primer cortometraje, Journal d'un scélérat, fundó junto a Jean-Luc Godard y Jacques Rivette la revista de crítica cinematográfica Gazette du Cinema. En esa época también trabó una relación intelectual constante con directores como Claude Chabrol, Alain Resnais y François Truffaut. Él y Claude Chabrol escribieron el libro Hitchcock, sus primeros cuarenta y cuatro filmes. Escribió además un ensayo erudito sobre La organización del espacio en el 'Fausto' de Murnau.
Su primer largometraje fue El Signo del León (Le Signe du Lion,1959), que obtuvo una buena recepción por parte de la crítica, pero que no fue bien recibido por el público. Al inicio estuvo muy marcado por el existencialismo (por ejemplo, el Jean-Paul Sartre de Situaciones I), y en esta película todavía se refleja; pero como señaló en El gusto por la belleza, tras ver películas de Roberto Rossellini, y en especial Stromboli, adoptó otro punto de vista sobre el mundo. Entre los franceses considera a Jean Renoir el más grande de todos, aunque el cine de Marcel Carné le llamó la atención de muy joven.
En 1962, junto al director alemán Barbet Schroeder y la productora Margaret Menegoz, creó una empresa productora de películas llamada Les Films du Losange, que hasta la actualidad ha realizado más de 80 películas.
El cine de Eric Rohmer se caracteriza por su sencillez y por su agudeza intelectual. Hay un clima de profunda sintonía con los ambientes en los cuales se desarrolla la acción, y con aquellos personajes que definen el sentido moral de cada una de sus historias, muchas de ellas constituidas sobre relaciones triangulares. Los diálogos intensos y continuos, la alambicada expresión de los sentimientos definen su denominado "cine de prosa".
Probablemente, la separación de su carrera en tres grandes etapas aporte claridad, desde los temas y títulos de sus filmes, a aquellos que no hayan visto su cine. En la década de 1960 comenzó su famosa serie de filmes Seis cuentos morales, en los que aborda una temática que atraviesa toda su carrera: el rescate de la banalidad de la vida desde las palabras más habituales en apariencia, las acciones que llevan a cabo los individuos por canales que desafían a su propia identidad y voluntad. Esta etapa está caracterizada por sus filmes depurados de amores y desamores, y por el énfasis en la palabra puesta en boca de sus personajes, no para aportar información, sino para definir sus personalidades mediante la charla cotidiana, siempre sin música de fondo (que evitará). Los Seis cuentos morales fueron concebidos originalmente como una novela; sin embargo, Rohmer desistió de seguir escribiendo cuando descubrió que algunas situaciones podían definirse por medio de imágenes y no de palabras. En referencia a estas ideas, Rohmer declaró: "Yo no digo cosas en mis películas, muestro gente que habla y se mueve como los paisajes, las caras, los gestos y sus comportamientos".
La serie se compone de las siguientes películas:
  • La panadera de Monceau (La boulangère de Monceau, 1962). Con esta película se inicia el proyecto de Seis cuentos moralesplaneado muchos años atrás, en base al esquema ya citado de “un hombre que ama a una mujer conoce a otra, se interesa por ella, para volver después con la primera”.

  • La carrera de Suzanne (La carrière de Suzanne, 1963). Mediometraje en blanco y negro, cuya complejidad es muy superior a la del primer cuento moral, y que se mantiene como la más secreta de las películas de su autor, y como aquella en que los móviles y los comportamientos de los personajes responden a unos planteamientos más materialistas y mezquinos. En este sentido el segundo cuento es un film sobre gente bastante antipática y el autor no muestra ninguna solidaridad hacia los protagonistas de esta historia.



  • El primer reconocimiento a su trabajo en un festival de cine fue en 1967, cuando su película La coleccionista (La Collectionneuse), cuarta entrega de la serie. Integró la nómina de filmes en la competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Berlín y obtuvo dos distinciones, una a la mejor película para público joven, y el Premio especial del jurado. 

  • Mi noche con Maud (Ma nuit chez Maud, 1969). Esta película es fundamentalmente un esfuerzo de guión, un tratado filosófico llevado a imágenes en el que no importan tanto los encuadres como el enfrentamiento entre las distintas posiciones morales que sostienen los personajes. Nominada al Oscar: mejor película de habla no inglesa y al año siguiente, este largometraje fue candidato al Oscar como mejor guion original.
  • La rodilla de Clara (Le genou de Claire, 1970). El origen de la historia oral contada por Rohmer en su “cuento moral” número 5 se remonta a septiembre de 1951, cuando publica en Cahiers du Cinéma el guión de La Roseraie, escrito junto a Paul Gégauff. En aquella versión, el personaje de Laura se llamaba Charlotte y Claire todavía era Clara. Charlotte y Clara se llaman, igualmente, las protagonistas de Présentation/Charlotte et son steak (1951-1960), un cortometraje de Rohmer interpretado por Godard y del cual, hasta cierto punto, La rodilla de Clara también puede considerarse una lejana reminiscencia. Festival de San Sebastián: Concha de Oro; Globos de oro: Nominada mejor película extranjera; Círculo de críticos de Nueva York: Nominada a mejor guión.
  • El amor después del mediodía (L'amour, l'apres-midi, 1972). Después de las tres incursiones fuera de París que supusieron Mi noche con Maud (Clermont-Ferrand), La coleccionista (Saint Tropez) y La rodilla de Clara (Talloires), Rohmer regresa a los escenarios de la capital francesa para filmar la sexta y última entrega de los “cuentos morales”.



Entre 1981 y 1987 —y tras su éxito con adaptaciones de época La Marquesa de O (La Marquise d'O, 1976), basada en la novela de Heinrich von Kleist (1976) -Cannes: Premio Especial del Jurado (ex aequo con Cría Cuervos)-, y de Perceval le Gallois (1978), inspirada en la novela de Chrétien de Troyes, Perceval o el cuento del grial (siglo XII), narra las andanzas de Perceval desde que fue armado caballero por el rey Arturo y se adiestró con los Caballeros de la Mesa Redonda.—, rodó otra saga actual y variada, Comedias y Proverbios, que cuenta con seis producciones, entre las que se cuenta:
  • Una irónica La mujer del aviador (La Femme de l'aviateur, 1980).

  • La buena boda (Le beau mariage, 1982), comedia dramática.

  • Y la rica en matices amorosos de jóvenes y menos jóvenes, Pauline en la playa (Pauline à la plage, 1983) -Festival de Berlín: Oso de Plata, mejor director, FIPRESCI-.

  • Las noches de la luna llena (Les nuits de la pleine lune, 1984).

  • Aunque destaque un film más personal y con mayor éxito tanto a nivel comercial como artístico, El rayo verde (Le rayon vert, 1986), quinta y penúltima parte de la serie Comedias y proverbios. 

  • El amigo de mi amiga (L'ami de mon amie, 1987). La serie de "Comedias y Proverbios" se cierra con este juego amoroso a cuatro bandas desarrollado entre la arquitectura funcional de la ciudad y el sereno paisaje de un lago. Blanche es una chica tímida y callada. Léa es extrovertida e impulsiva. Un día se conocen y se hacen amigas. Blanche no tiene novio.
Esta etapa está marcada por una posición más optimista, con sabores que remiten a un cine post nouvelle vague, con una amargura constante que finaliza en filmes esperanzadores, en donde los personajes buscan llegar a un objetivo y esa misma búsqueda resulta ser el punto central de la mirada de Rohmer.
Con muchos puntos en común con las precedentes Comedias y proverbios, en 1990 comenzó su última saga, llamada Cuentos de las cuatro estaciones, en donde se interna en historias de relaciones humanas, de las que el amor es, una vez más, el principal protagonista, y también pues el engaño, presente de manera notable en sus Seis cuentos morales, le deja su lugar a una sensación ambigua de inseguridad y deseo contenido ausente en los primeros años de la década de 1980. Las películas que componen esta serie son: 
  • Cuento de primavera (Conte de printemps, 1989). El control emocional se ve afectado por la convivencia personal fuera del lugar habitual. Infructuosos manejos para manipular las relaciones de pareja de otras personas. El hecho casual es la caída accidental de un collar en una caja de zapatos.

  • Cuento de invierno (Conte d'hiver, 1992). La acción tiene lugar en Bretaña, París y Borgoña, en las 3 últimas semanas de diciembre de 1992, con final antes de la celebración de la Nochevieja en familia. Narra la historia de Felicia (Charlotte Véry), que 5 años atrás tuvo un apasionado romance de verano en Bretaña con Charles (Frédéric van den Driessche), joven apuesto, cocinero titulado, que iba a realizar una estancia en EEUU de ampliación de estudios. A causa de una distracción, ella le facilita mal su dirección y no toma nota de la de él. Por ello hasta le fecha no se han vuelto a ver. Festival de Berlín: Premio Internacional de la Crítica FIPRESCI.

  • Cuento de verano (Conte d'été, 1997). Tercera entrega de Las cuatro estaciones de Rohmer. El joven Gaspard llega de vacaciones al balneario francés de Dinard. Su idea es encontrarse allí con Lena, la muchacha que lo tiene loco. Pero en esos días soleados y calmos conoce a otra chica, una morena atractiva y sensual que le sugiere nuevos rumbos a su corazón. Sin embargo, tal vez la respuesta no esté en ella, sino en Margot, la dulce camarera con la que Gaspard hace amistad sin darse cuenta.
  • Cuento de otoño (Conte d'automne, 1998).Ésta, último de los cuentos dedicados a las cuatro estaciones, es una muestra depurada de su estilo: desamores en la edad madura, jovencitas con vocación de casamenteras y una bella localización -una casa de campo en el mediodía francés- que es a la vez paisaje moral y sentimental de la historia.
Las últimas películas:
  • La inglesa y el duque (L'Anglaise et le duc2000), reconstrucción de las memorias de Miss Grace Eliott, una inglesa monárquica que vivió durante la Revolución Francesa y que fue ama de llaves del Duque de Orleans;
  • Triple agente (Triple Agent, 2004), libremente inspirada en una historia real, no totalmente dilucidada, "Triple agente" es un relato de espionaje pero también una narración moralista sobre el disimulo y la mentira.
  • El romance de Astrea y Celadón (Les Amours d'Astrée et Céladon,2007),  adaptación al cine la más loca historia de amor de la literatura barroca del siglo XVII, "L’Astrée", de Honoré d’Urfé (1607-1628).
fueron muy dispares, pero retomaron aspectos particulares de su cine.
Rohmer intentó trabajar a lo largo de 40 años con un acotado equipo de trabajo, por lo que repitió colaboradores, actores y técnicos. Entre ellos puede destacarse la delicada y compleja labor de Marie Rivière como actriz en nueve de sus producciones y el trabajo de Néstor Almendros en la dirección de fotografía. Desde que, en 1992, Almendros falleció, Rohmer comenzó a trabajar con la directora de fotografía Diane Baratier, con quien realizó todos sus trabajos desde ese momento, dotando a filmes realizados en formato digital de una profundidad y complejidad visual sorprendentes.
Mary Stephen editó las últimas nueve producciones de Rohmer y Françoise Etchegaray produjo siete de sus últimas diez películas. Mientras que la actual presidenta de Unifrance, Margaret Ménégoz, produjo once filmes de Eric Rohmer, y Pascal Ribier realizó el sonido de todos sus filmes de la década de 1990. Solía tener un equipo de trabajo inamovible, los mismos colaboradores y técnicos durante años, personas de su entera confianza, tanto en lo personal como en lo profesional.
De esta manera se comprende mejor la personalidad del director francés, que era introvertido y que no daba demasiadas entrevistas a la prensa, porque prefería caminar tranquilo por París sin ser reconocido. Tampoco asistió a entregas de premios o a festivales de cine. Una excepción notable es su aceptación del premio "Cuyutlán/Museo de la Sal" concedido por el gobierno de Colima (México) en 1988. En este contexto, poco se sabe de su vida privada, salvo que desde joven amó la naturaleza. Una prueba de ello es la granja de ciervos que fundó en su pueblo natal. En los últimos años esta granja se ha distinguido por la producción de ejemplares de singular rareza (cfr. E. Lemaitre, 'Les merveilleux cerves naines de Nancy', Le Monde, 2 Juin 1965). Su interés constante por el catolicismo, y su conservadurismo político (su no izquierdismo declarado, como dice en Cine de poesía contra cine de prosa) son pequeños atisbos de un personaje que sólo se dio a conocer con sus películas.

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