Su siguiente película, La mujer del año (Woman of the Year, 1942) de George Stevens, resultó crucial tanto para su carrera como para su vida privada, pues marcó el inicio de su larga relación con el coprotagonista de la misma, Spencer Tracy, y fue como un borrador de las posteriores y mejor conocidas comedias de la pareja sobre el tema de la igualdad entre los sexos, La costilla de Adán (Adam's Rib, 1949) y La impetuosa AKA Pat y Mike (Pat and Mike, 1952), ambas dirigidas por George CUkor.
El significado del amor
Esta última, junto a La reina de África (The African Queen, 1951) de John Huston, en la que la Hepburn trabajó al lado de Humphrey Bogart, constituyen interesantes estudios sobre el lugar de la mujer en la sociedad. No sólo exploran el tema de la capacidad y el papel de la mujer como ser igual al hombre y las posibilidades de unas relaciones heterosexuales en esas circunstancias, sino que lo hacen sin traicionar la lucha de sus heroínas por conseguir autorrealizarse y sin falsos finales felices en en los que triunfe la tradicional moral machista.
Por si fuera poco, Pat
y Mike y La reina de África nos
muestran a la Hepburn como una mujer desprovista de las ventajas de la riqueza,
educación o la posición social, elementos que habían favorecido la adopción de
una postura independiente en títulos anteriores, tales como Hacia las alturas, La fiera de mí niña e
Historias de Filadelfia. En Pat y Mike,
la Hepburn interpretaba a una mujer deportista cuyo prometido destruye su confianza
en sí misma. Un promotor deportivo (Tracy) la trata como un ser humano y
contribuye a devolvérsela, lo que hace que se enamore de él.
En La reina de África,
un rudo y alcoholizado capitán de barco (Bogart) se encuentra huyendo de los
alemanes durante la primera guerra mundial al lado de una solterona (la
Hepburn). El crecimiento del respeto y afecto mutuos es mostrado de manera
inteligente y sensible. La película evita cualquier sugerencia de que el
despertar de ella a la sexualidad sea un “don” otorgado por Bogart y deja bien
claro que se trata de una consecuencia de la interrelación entre los
protagonistas en pie de igualdad.
Las nueve películas de la Hepburn y Spencer vienen a ser
algo así como un paréntesis dentro de su carrera, de la que constituyen
indudablemente el núcleo, haciendo que todas las demás parezcan periféricas y
subordinadas a ellas. Tras La mujer del
año, rodaron juntos La llamada sagrada (Keeper of the
Flame, 1942) de George Cukor, basada en la novela de I.A.R. Wylie, en la que la Hepburn interpretó su primer papel directamente
político. Como Christine Forrest, la viuda de una figura nacional, intenta
proteger el buen nombre de su marido de las investigaciones de un periodista
(Tracy), que sospecha con razón que su marido era un fascista. La película
pretendía alertar a los Estados Unidos
contra el peligro del fascismo interior, pero, desgraciadamente, resulta
melodramática y “liberal” en el peor sentido de la palabra.
Estado
de la Unión (), dirigida por Frank Capra en 1948, era otra película política,
en la que la Hepburn ayudaba a su marido, un candidato a la presidencia (Tracy),
a reconocer que estaba siendo manipulado por políticos corruptos.
Un duro despertar
Tras Pat y Mike,
la carrera de la Hepburn se caracterizó por realizar excelentes
interpretaciones en películas mediocres. En Locuras
de verano (Summertime, 1955) de David Lean, basada en la obra de Arthur Laurents, interpretó a una solterona reprimida que encuentra el amor
en Venecia en la figura de Rossano Brazzi. Nunca estuvo la soledad del ser humano tan bien reflejada como en la primera parte del film y nunca resultó tan dolorosa.
En El farsante (The Rainmaker, 1956) de Joseph Anthony, adaptación de la obra de N. Richard Nash, en la que encarnaba a Lizzie, otra desgraciada solterona
de provincias enamorada sin querer reconocerlo de Starbuck (Burt Lancaster).
Tras la desastrosa Faldas
de acero (The iron petticoat,
1956) de Ralph Thomas, prácticamente una copia de Ninotchka,
y de la agradable pero poco notable Su
otra esposa (Desk Set, 1957) de Walter Lang, centrada nuevamente en las
relaciones hombre-mujer y coprotagonizada por Tracy, la Hepburn intervino en
una adaptación de la audaz obra teatral de Tennesee Williams, De repente el último verano (Suddenly, Last Summer, 1959) dirigida por Joseph L. Mankiewicz. En
ella interpretaba a una acaudalada viuda que intentaba borrar las
circunstancias del asesinato de su hijo homosexual consiguiendo que le
practicaran una lobectomía frontal al único testigo, su sobrina (Elizabeth
Taylor). La película destacó en su momento por abordar el tema de la
homosexualidad y por mostrar a una madre demoníaca y destructiva, secretamente enamorada
de su hijo. Considerada escandalosa en su momento, De repente el último verano contribuyó a que en títulos posteriores
se pudieran abordar temas considerados tradicionalmente como “tabú”.
La Hepburn realizó también una magnífica interpretación como
madre drogadicta en Largo viaje hacia la
noche (Long Day's Journey Into Night, 1962) de Sidney Lumet, adaptación del drama teatral homónimo de Eugene O'Neill, que tiene un carácter claramente autobiográfico. Describe un ambiente familiar deprimente y explosivo: una madre, que después de una larga estancia en un hospital, se ha vuelto adicta a la morfina; un hermano sumido en el alcoholismo e incapaz de encontrar trabajo, y un padre insensible y mezquino que ha fracasado como actor, llevando la familia a la ruina. Pero luego se retiró cinco años del cine para dedicarse a
cuidar a Spencer Tracy, que cayó gravemente enfermo.
Durante una breve
recuperación de éste interpretaron juntos Adivina
quién viene esta noche (Guess Who's Coming to Dinner, 1967) dirigida por Stanley Kramer, se trataba de una película algo ingenua, pero
que abordaba con sinceridad y desde un punto de vista progresista el tema de
los prejuicios raciales. Gracias a ella, la Hepburn obtuvo su segundo Oscar.
Aunque llegó a obtener un tercero por su interpretación en El león en invierno (1968) realizado por Anthony Harvey. Se basa en la obra de teatro "The Lion In Winter", de James Goldman, adaptada por él. La acción tiene lugar en el Castillo de Chinon (Arlés, Francia), residencia habitual de Enrique II (Peter O'Toole), en la Navidad de 1183. El rey convoca a su esposa Leonor de Aquitania (Katharine Hepburn), los tres hijos de ambos (Ricardo, Geofredo y Juan), su amante Alais (Jane Merrow) y Felipe II de Francia (Timothy Dalton), de 17 años, hermanastro de Alais. El motivo de la reunión es debatir sobre el nombramiento de un nuevo heredero, condición a la que aspiran los tres hermanos. Ricardo (Anthony Hopkins), de 25, es colérico, ambicioso, inteligente y ha vivido algunas experiencias homosexuales. Geofredo, de 20, es manipulador y bribón. Juan, de 16, cargado de espaldas, indeciso y lento de reflejos, es el preferido del padre. La película muestra el ambiente opresivo de reproches, traiciones, envidias, celos, odios, engaños y deslealtades, que envuelven la vida de la familia durante la reunión.
Sin embargo, su mayor logro
como actriz durante la década de los sesenta no fue en el cine, sino en el
teatro, con el musical Coco, basado
en la vida de Coco Chanel.
En 1969 interpreta La loca de Chaillot (The Madwoman of Chaillot) de Bryan Forbes, basada en la obra de Jean Giraudoux. Katharine Hepburn encarna magistralmente a una aristócrata que ha perdido la cabeza. Su vida se desarrolla en un mundo completamente irreal, pues su locura le lleva a pensar que vive en otra época.
En 1971 paratcipa en Las troyanas (The Trojan Women) de Mihalis Kakogiannis (AKA Michael Cacoyannis), basada en la obra de Eurípides. Tras la caída de la ciudad de Troya en manos de los ejércitos aqueos, las mujeres troyanas deberán afrontar el doloroso hecho de ser convertidas en esclavas y trasladadas a las cortes de los príncipes griegos.El director pudo contar para el papel de Hécuba, protagonista de la historia, con Katherine Hepburn, con la por entonces, nominada a 2 Oscar, Vanessa Redgrave y con su musa Irene Papas.
Dos años más tarde, protagonizó Un equilibrio delicado (A Delicate Balance, 1973) de Tony Richardson. Agnes (Katherine Hepburn) y Tobias (Paul Scofield) son un matrimonio de mediana edad cuya vida se verá alterada por los problemas de amigos y familiares. Sus mejores amigos, Harry (Joseph Cotten) y Edna (Betsy Blair), perturbados por un temor desconocido, se refugian en su casa. Pero eso no es todo: está a punto de volver su hija Julia (Lee Remick) tras el fracaso de su cuarto matrimonio. Y, por otra parte, está Claire (Kate Raid), la omnipresente y alcohólica hermana de Agnes.
En 1975 interpretó junto a Laurence Olivier Amor entre las ruinas (Love Among the Ruins), una deliciosa
comedia sobre dos amantes que se encuentran al cabo de muchos años. Dirigida
por George Cukor para la televisión, se trata de una amable revisión de la
problemática de las relaciones hombre-mujer explorada ya en anteriores títulos de
su filmografía, que abordaba en tono de comedia el redescubrimiento del amor
por dos personas de avanzada edad.
Ese mismo año interpreta El rifle y la Biblia (Rooster Cogburn) de Stuart Millar, con John Wayne. Continuación de la memorable Valor de ley, con dos de las estrellas más populares de la industria cinematográfica, mostrando admiración mútua entre sí, y un enorme sentido del humor.Al igual que años atrás en la premiada La reina de África, la Hepburn interpreta a una recta y tenaz mujer que se ve envuelta en un largo y peculiar viaje en este caso no es Bogart quién le da la réplica, sino John Wayne: un hombre rudo, sarcástico y bebedor empedernido.
El siguiente título de la Hepburn fue Amor, fantasía y aventura (AKA La gran aventura en globo) (Olly, Olly, Oxen Free, 1978) de Richard A. Colla, una película de aventuras que recuerda a La Bruja Novata.
Ese mismo año interpreta El trigo
está verde (1978) fue realizado también para la televisión y dirigido por George Cukor. Desgraciadamente, esta historia sobre una maestra de escuela que ayuda a
un joven minero a obtener una beca para estudiar en Oxford resultó algo
simplista y pobremente realizada. Nueva adaptación de la obra de Emlyn Williams, que ya en 1945 conoció una versión protagonizada por Bette Davis.
Un espíritu libre
Aparte de sus tres Oscar (la Hepburn fue nominada otras
nueve veces, la última por su interpretación al lado de Henry y Jane Fonda en En el estanque dorado (On Golden Pond) de Mark Rydell, obteniéndolo por cuarta vez), Katharine Hepburn es
considerada como una de las mayores, sino la mayor, de todas las actrices
norteamericanas; aunque, sorprendentemente, apenas se ha escrito sobre ella. Su
extraordinaria personalidad y su poco convencional vida privada (viste con
frecuencia ropas de hombre), combinadas con su apasionado deseo de intimidad,
sobre todo durante su larga relación amorosa con Tracy, le dieron un aura de
libertad e independencia.
Sus últimas aparaiciones tanto en el cine como en la televisión fueron:
- La última solución de Grace Quigley (The Ultimate Solution of Grace Quigley, 1984) de Anthony Harvey. Entretenida historia de una ancianita que, junto a un joven asesino, se dedica a un lucrativo negocio de eutanasia. Comedia negra poco conocida pero realmente divertida.
- Dorado despertar (AKA La señora Delafield quiere casarse) (Mrs. Delafield Wants to Marry, 1986) (TV) de George Schaefer. La señora Delafield (Katherine Hepburn), una viuda acomodada, sobresalta a su familia cuando les anuncia que se ha enamorado de su médico, que es judío. La pareja tendrá que luchar no sólo contra los prejuicios de sus respectivas familias, sino también con los de sus intolerantes vecinos.
- Mi vecino es un ladrón (The Man Upstairs, 1992) (TV), también dirigida por George Schaefer. Un convicto escapa de la cárcel y se refugia en el altillo de una vieja casa de campo. La propietaria descubre al intruso pero decide no denunciarlo porque encuentra en él un alivio para su soledad. El conflicto estallará cuando cada uno demuestre quien es realmente.
- Un asunto de amor (Love Affair, 1994) de Glenn Gordon Caron. Remake que no añade una coma a las de McCarey en sus versiones de Irene Dunne-Charles Boyer de 1939, y de Cary Grant-Deborah Kerr de 1957.
Según lista del American Film Institute (AFI), es
considerada la primera estrella femenina más importante de los primeros cien
años del cine norteamericano, delante de Bette Davis (nº 2), Audrey Hepburn
(nº 3), Ingrid Bergman (nº 4) y Greta Garbo (nº 5).
No hay comentarios:
Publicar un comentario