domingo, 16 de junio de 2013

Biografías de cine: Luis García Berlanga (II)

(cont.)
Berlanga en su obra relata la vida agridulce de la realidad, del vivir de unas gentes en las que la fábula, la ensoñación, a la vez que se les hace irresistible, no le servirán para solucionarles sus pequeños-grandes problemas, se convierte así, la plástica cinematográfica, en una forma artística de plasmar, a través de unos fotogramas, la crónica sencilla y diaria de una pareja, de un pueblo, un personaje, a los que rodea y sitúa en un ambiente tierno, escéptico, cruel, irónico. La vida de sus personajes son el resultado del análisis personal de todas aquellas cosas, mundos, gentes, ambientes por los que deambula a diario el realizador. Sin embargo, en cada una de sus películas no trata directamente ese entorno, esa realidad que ve, sino que la arropa de una fina comicidad e ironía que raya en gran medida la sátira.
El cine de Berlanga es sugerente en sus manifestaciones. Las secuencias no son aisladas en las complejas situaciones, sino que persisten en esa complejidad aprovechando lo que pudiese entenderse como desacierto: pluralidad de sonidos, travellings envolventes, una sencilla planificación, planos secuencia que conservan las unidades de tiempo, lugar y acción, profusión de espontaneidad y simultaneidad de los hechos. Berlanga fue dando estilo a su obra y sus siguientes trabajos van a ahondar más en su carácter personal.
Tras unos años, Berlanga realiza otra película en el extranjero. Tamaño natural (1973), varios años prohibida en España por la censura, es estrenada en un ambiente preparado por toda la publicidad que se genera ante un título problemático. El tratamiento de la mujer-objeto abre un nuevo campo plasmado, en esta ocasión, en la vida de un odontólogo que pretende sustituir a su mujer por una muñeca de “tamaño natural”, que ha de ser su compañera en sus juegos eróticos. Precisamente, sobre como presenta este erotismo, Berlanga señaló en cierta ocasión que “en mí película nunca me he planteado que aparezca en algún grado la pornografía o el erotismo. La película es una pequeña reflexión sobre la soledad, la marginación, la incomunicación, sobre si el hombre está en condiciones de ejercer este derecho a la soledad, y en este sentido la película es pesimista; es decir, trato de mostrar que no estamos capacitados para ello por una serie de circunstancias ajenas quizá a nosotros”.
Después de este paréntesis, Berlanga retoma aquellos temas que le son más conocidos y próximos, que nacen de la realidad en la que vive. Colaborando una vez más con Rafael Azcona, guionista con el que trabaja desde 1961 y que, sin lugar a dudas, provoca un cambio importante en su obra, escribe el guión de La escopeta nacional (1978), comedia que narra las peripecias de un industrial catalán, fabricante de porteros automáticos, que organiza una cacería con la intención de que la Administración, de la mano de su ministro al que asalta desde el primer instante con sus propuestas, dicte una Ley que le ayuda en sus propósitos comerciales. Berlanga, con una crítica aguda y mordaz, se constituye en cronista cinematográfico de la vida española. Los entresijos de pasillos, la decadente sociedad que se desmorona con sus palacios, se refleja en una trilogía que se va a completar, de momento, con títulos como Patrimonio nacional (1981) y Nacional-lll (198), influidos por la llegada de la democracia y la evasión de capitales.

Patrimonio nacional presenta las aventuras y desventuras de la familia Leguineche, extemporánea, que desea reencontrarse con el mundo aristocrático de la capital, al que perteneció, demostrando estar totalmente alejada de su realidad.
En Nacional-III, los marqueses de Leguineche, que continúan falseando su realidad, no pudiendo soportar las deudas contraídas, se proponen evadir su menguado capital, utilizando fórmulas arcaicas y trasnochadas.
Otra vez el tándem Berlanga-Azcona (trabajó en siete ocasiones con el guionista Rafael Azcona, y de esta asociación surgieron algunas de las películas más célebres del cine español).
  • La vaquilla (1985), comedia sobre la guerra civil española. En el frente, un grupo de soldados se limita a escribir cartas o a dormitar. Pero la tranquilidad se rompe cuando un altavoz de la zona nacional anuncia que, con motivo de la Virgen de Agosto, se va a celebrar en un pueblo cercano una corrida. Cinco combatientes de la zona republicana deciden robar la vaquilla para arruinarle la fiesta al enemigo y conseguir la comida que necesitan.
  • Moros y cristianos (1987). El punto de partida de esta película es el turrón de Jijona. Una familia, propietaria de una fábrica de turrones, va a Madrid para promocionar sus productos en una feria gastronómica. Esta decisión la toman contra la opinión del patriarca y creador de la empresa, don Fernando Planchadell, que, fiel a sus principios, se resiste a toda innovación. Los maestros Berlanga y Azcona, aunque lejos de su mejor época artística, se vuelven a rodear de excelentes actores para conseguir uno de los mayores éxitos comerciales de su carrera. Goya a la mejor actriz de reparto (Verónica Forqué).


Todos a la carcel (1993), otra comedia de Berlanga. En la cárcel Modelo de Valencia se va a celebrar el Día Internacional del Preso de Conciencia. Gentes de la política, la cultura y la farándula asistirán al acto y aprovecharán la ocasión para hacer lucrativos negocios. 3 Premios Goya: mejor película, mejor dirección, mejor sonido.

Para televisión realiza en 1997 Blasco Ibañez, biografía de un republicano visceral, de sus comienzos literarios y políticos en Valencia hasta que la fama lo lleva a recorrer el mundo y a disfrutar de los placeres de la vida.

Sus últimas películas fueron:
  • Paris-Tombuctu (1999). La frustración y el hastío vital de Michel des Assantes, un prestigioso cirujano plástico parisino, llega a ser insoportable: tiene una esposa a la que no ama, un hijo que le resulta ajeno y unos amigos a los que desprecia; Sin ánimo para quitarse la vida, le compra la bicicleta a un estrafalario ciclista que iba a hacer la travesía París­-Tombuctú y se lanza a hacer esa ruta: en su afán por dejar su vida atrás, Tombuctú se convierte para él en la Tierra Prometida. Goya: Mejor actor de reparto (Juan Diego).
  • El sueño de una maestra (2002), un cortometraje sobre como una maestra explica a sus alumnos, paso a paso y con todo tipo de detalles y ejemplos en vivo, cómo son los distintos tipos de ejecuciones: la silla eléctrica, el garrote vil, la horca...
Berlanga, sin lugar a dudas, fue un maestro de la cinematografía española. Su humor negro, su indescriptible genio sarcástico, lo convierten en un autor ágil, de narrativa fluida y abierta a todas las sensibilidades, conocedoras del presente más actual de la sociedad en la que vivió.
Su cine se caracterizó por su mordaz ironía y sus ácidas sátiras sobre diferentes situaciones sociales y políticas. En la etapa de la dictadura franquista despuntó su habilidad para burlar la censura de la época con situaciones y diálogos no excesivamente explícitos pero de inteligente contralectura y consiguió llevar a cabo proyectos tan atrevidos como Los jueves, milagroSu película Plácido fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1961. 
En 1980 obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía, en 1981 la Medalla de Oro de las Bellas Artes, en 1986 el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. El 25 de abril de 1988 fue elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, e ingresó al año siguiente con un discurso titulado El cine, sueño inexplicable.
Obtuvo premios y galardones internacionales en los más importantes festivales, como Cannes, Venecia, Montreal y Berlín). En el Festival de Karlovy Vary fue elegido como uno de los diez cineastas más relevantes del mundo. Además, poseía un incontable número de reconocimientos nacionales.
Berlanga fue uno de los 25 primeros cieneastas españoles elegidos por la Junta Directiva de la Academia del Cine Español que tuvieron su estrella en el paseo de la fama de Madrid, situado en la calle de Martín de los Heros, y realizada por Oscar Mariné.

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