Adaptación de la conferencia impartida en el IES. Juan Antonio Fernández Pérez, el 23 de abril de 2010, con motivo de la celebración su semana cultural, denominada"El sobor de la cultura".
Cuando no se tiene nada que comer siempre se puede leer un libro de cocina. Honoré de Balzac.
Preliminares:
Si hay algo fascinante para los amantes del cine, es todo aquello que
nos pueda sugerir olores, tactos, sabores... es decir, ese universo que de
forma mágica pueda traspasar la pantalla y llegar hasta nuestra butaca, para
dejarnos seducir, poco a poco. Para ello que mejor que unir cine y gastronomía
de forma que todo se vuelva más sugerente si cabe; para que nos emocionemos aún
más, entre las luces apagadas y en medio de esa soledad “acompañada”, que todos
los que vamos al cine necesitamos sentir de vez en cuando.
Como señala Carlos
Domínguez Morano, en su
conferencia Comer y beber: salvación o condenación. Un análisis
cinematográfico, de alguna manera, el cine juega al modo de una
madre nutricia. La experiencia del espectador es la de un alimentarse,
incorporando o devorando imágenes, sonidos e historias. Un comer con los ojos que, en muchas ocasiones, parece reclamar como
apoyo la ingestión compulsiva de un alimento material (las palomitas). Cine y comida parecen funcionar como dos
placeres que se acompañan y mutuamente se sostienen.
En este trabajo se tratará de cocinar como si fuera una única receta
todos los ingredientes que macerados, especiados, bien guisados y muy bien
presentados, nos harán rememorar buenas y suculentas películas, incluso
aquellas que no se esperan. Ya saben que un ingrediente insustituible para
seducir es un buen plato: entren y disfruten. Y espero que esta no sea su
última seducción. ¡Sólo me queda desear que les aproveche!
Gastronomía y cine:
historia de una relación
Aunque aparentemente tengamos la sensación que ambos, cine y
gastronomía, no tienen mucho en común, en el transcurso de esta charla
trataremos de demostrar lo contrario. A lo largo del tiempo, como veremos, han
ido confluyendo estas dos artes que parecen vivir, en la actualidad, el momento
álgido de su idilio, acaparando conferencias, proyectos y libros.
Desde el mismo nacimiento del cine, a finales del siglo XIX, hasta Julie
y Julia (2009) de Nora
Ephron, la estrenada en
España Soul Kitchen (2009) de Fatih
Akin o Come, reza, ama
(2010) de Ryan Murphy y protagonizada por Julia Roberts y
Javier Bardem, las delicias culinarias han estado presentes
en la gran pantalla, intentando conquistar a los espectadores.
Si bien no aparece en los créditos de las películas ni al lado de las
grandes estrellas, nos atrevemos a decir que la gastronomía es, y ha sido,
desde los primeros momentos de la historia del séptimo arte, uno de sus
elementos más importantes. Cómodamente sentados en nuestra butaca, hemos visto
desfilar los banquetes de exquisitos chefs y disfrutar a hambrientos
comensales, desde los platillos más universales hasta los más extraños e
impensables manjares. En muchas ocasiones, los ojos se nos van hacia guisos y
platos que aparecen en la ficción y nos hacen la boca agua… Y es que la
imaginación para un artista de la cocina o del cine no tiene límites. La
gastronomía y el cine han ido y van siempre de la mano, compartiendo
tecnología, creatividad, emoción… En una palabra, arte. He aquí un breve recorrido
de la sabrosa relación entre los ojos y el paladar.
Hay películas cuyo propio título nos lleva de la mano al tema que hoy
tratamos: Cena a las ocho (1933), La cena de los acusados (1934), Cena de medianoche (1937), Cena en el Ritz (1937), Cena de matrimonios (1962), La cena de los cobardes (1964), El pollo de mi mujer (1968), Pato a la naranja (1975), Cena de asesinos (1989), Salsa rosa (1991)…
Este binomio casi inseparable que forman cine y gastronomía se dio,
como ya hemos señalado, desde los primeros pasos del séptimo arte. De hecho, el
mismo día de la presentación oficial del cine, el 28 de diciembre de 1895, la
comida también estuvo presente en el acto, donde los hermanos Lumière
proyectaron las primeras escenas comiendo ante las cámaras e invitando al espectador
a compartir su plato. En 1896, un año más tarde, los Lumière nuevamente filmaron
en su casa El desayuno del bebé.
Y casi de inmediato, aparecieron las cáscaras de plátano con las que el inocente de turno se resbalaba y terminaba con sus huesos en el suelo o aquellas tartas que se arrojaban contra alguien (La batalla del siglo, 1927) de Clyde Bruckman con Stan Laurel y Oliver Hardy, más conocidos por el Gordo y el Flaco). Eran los primeros gags.
Y casi de inmediato, aparecieron las cáscaras de plátano con las que el inocente de turno se resbalaba y terminaba con sus huesos en el suelo o aquellas tartas que se arrojaban contra alguien (La batalla del siglo, 1927) de Clyde Bruckman con Stan Laurel y Oliver Hardy, más conocidos por el Gordo y el Flaco). Eran los primeros gags.
El gran Charles Chaplin impulsó a su manera la gastronomía en el cine.
Todavía guardamos en nuestras retinas -los de cierta edad, por supuesto-
aquellas imágenes mudas en blanco y negro en las que veíamos a Charlot comer
las tortitas preparadas por su hijo adoptivo en El Chico (1921); guisar y comer su propia bota en La quimera del
oro (1925): el protagonista desesperadamente hambriento procede
a comerse su zapato (aclarar que para esta película se confeccionó un zapato de
regaliz). O la escena de Tiempos modernos (1936) en la que representaba
a aquel operario que se convertía en víctima de la máquina cuando tan sólo pretendía
comerse su almuerzo.
Tampoco podemos dejar en el tintero a los disparatados hermanos Marx en
títulos tan inolvidables como Sopa de
ganso (1933) de Leo
McCarey, en la que, curiosamente, el ganso no está como
ingrediente. Es una magistral sátira política que aborda, además de los
tejemanejes gubernativos inherentes a la trama principal, otros temas en tono
surrealista, absurdo y anárquico sobre el poder, los líderes, la diplomacia, la
guerra o las normas. O Una noche en la
ópera (A Night at the Opera, 1935) de Sam Wood, otra divertidísima película de estos inigualables
cómicos del cine sonoro, en la que se celebran dos banquetes, que dan envidia
cada vez que se ven: el protagonizado por toda la compañía operística en el
barco que les lleva a Nueva York, con platos rebosantes de carne, marisco,
fruta... y el disparatado desayuno que toman en un apartamento ya en la ciudad
de los rascacielos. Sin olvidar, la famosa escena de "y también dos huevos
duros".
Según lo dicho hasta ahora, puede que fuese algo anecdótico, pero desde
entonces no hay película que se precie que no haga referencia o no tenga alguna
escena en la que la gastronomía esté presente o bien que sea el hilo conductor
sobre el que se teje un argumento.
No obstante, el cine en blanco y negro todavía no mostraba la fuerza
que tiene el arte culinario. Eran
imágenes y escenas aún poco atractivas, ya que los directores de aquella época
no prestaban demasiada atención a este capítulo. Todo esto llegó más tarde con
el color, a partir de 1935. Con él, los alimentos y la comida mostraron todo su
esplendor. Como en La reina de África (The African Queen, 1951) de John Huston, Humpphrey
Bogart y Katherine Herpburn comienzan a hablar frente a una taza de té y unos
pasteles.
O en El hombre que sabía demasiado (The Man Who Knew Too Much, 1956) de Alfred Hitchcock, interpretada por James Stewart y Dorys Day, los cuales van a cenar a un restaurante de Marruecos y son los espectadores fascinados de las costumbres locales como el ritual de lavarse las manos o la forma correcta de comer el pollo. Era -recordando una frase legendaria dicha en otra gran película como Casablanca-, el comienzo de una gran amistad entre el cine y la gastronomía.
O en El hombre que sabía demasiado (The Man Who Knew Too Much, 1956) de Alfred Hitchcock, interpretada por James Stewart y Dorys Day, los cuales van a cenar a un restaurante de Marruecos y son los espectadores fascinados de las costumbres locales como el ritual de lavarse las manos o la forma correcta de comer el pollo. Era -recordando una frase legendaria dicha en otra gran película como Casablanca-, el comienzo de una gran amistad entre el cine y la gastronomía.
El rey del suspense, Alfred Hichtcock, sentía una gran pasión por la comida (además del cine y las actrices rubias). Según se dice fue una gran gourmet y lo demuestra en diversas escenas de sus películas, en las que aparecen diversos platos. Veamos unos ejemplos: el bizcocho de la señora Newton en La sombra de una duda (1943); la cena de La soga (1948); un filete snob en Alarma en el expreso o un filete de ternera Constantine en La ventana indiscreta (1954); los Blueberry Muffins de Pero ¿quién mato a Harry? (1955); el coctel Margarita de la Sra. Oxford, interpretado por Vivien Merchant, en Frenesí (1972), sólo por citar algunas. Hitchtcock utilizó la comida como un modo de marcar las diferencias entre las clases de sus personajes.
En la gran mayoría de sus películas está presente la comida con diversas acepciones: mesas inmensas, mesa para dos (restaurante, vagón-restaurante, casa), mesas con especial atención a algún alimento (generalmente dulces, sopa, pollo, perdices... y bebidas, vino, champagne, ginebra, cocktails, coñac, café, agua de selzt con su sifón, leche, la memorable escena de la leche en Sospecha (Suspicion, 1941)), mesas sencillas, mesas lujosas, o bien meriendas, picnics....la comida siempre presente de alguna manera, como las porciones de un pastel. He aquí unos ejemplos:
En la gran mayoría de sus películas está presente la comida con diversas acepciones: mesas inmensas, mesa para dos (restaurante, vagón-restaurante, casa), mesas con especial atención a algún alimento (generalmente dulces, sopa, pollo, perdices... y bebidas, vino, champagne, ginebra, cocktails, coñac, café, agua de selzt con su sifón, leche, la memorable escena de la leche en Sospecha (Suspicion, 1941)), mesas sencillas, mesas lujosas, o bien meriendas, picnics....la comida siempre presente de alguna manera, como las porciones de un pastel. He aquí unos ejemplos:
- El jardín de la alegría (1925), primera película oficial como director.
- El enemigo de las rubias (The Lodger (A Story of the London Fog), 1927).
- El ring (The Ring, 1927).
- Cuesta abajo (Downhill AKA When Boys Leave Home, 1927).
- Vida alegre AKA Dudosa virtud (Easy Virtue, 1928).
- Champagne (1928).
- La mujer del granjero (The Farmer's Wife, 1928).
- La muchacha de Londres AKA Chantaje (Blackmail, 1929).
- El hombre de la isla de Man (The Manxman, 1929).
- Juno y el pavo real (Juno & the Paycock, 1930).
- Lo mejor es lo malo conocido AKA Ricos y extraños (Rich and Strange, 1931).
- Valses de Viena (Waltzes from Vienna AKA Strauss Great Waltz, 1933).
- 39 escalones (The 39 Steps AKA The Thirty-nine Steps, 1935).
- Inocencia y juventud (Young and Innocent AKA The Girl Was Young, 1937).
- Alarma en el expreso (The Lady Vanishes, 1938),
- Posada Jamaica (Jamaica Inn, 1939). Su última película inglesa.
- Enviado especial (Foreign Correspondent, 1940).
- Rebeca (Rebecca, 1940).
- Matrimonio original (Mr. and Mrs. Smith, 1941).
- Sospecha (Suspicion, 1941).
- Sabotaje (Saboteur, 1942).
- La sombra de una duda (Shadow of a Doubt, 1943).
- Recuerda (Spellbound, 1945).
- Encadenados (Notorius, 1946).
- El proceso Paradine (The Paradine Case, 1947).
- La soga (Rope, 1948).
- Atormentada (Under Capricorn, 1949).
- Pánico en la escena (Stage Fright, 1950).
- Extraños en un tren (Strangers on a Train, 1951).
- Yo confieso (I Confess, 1953).
- La ventana indiscreta (Rear Window, 1954).
- Crimen perfecto (Dial M for Murder, 1954).
- Pero... ¿quién mató a Harry? (The Trouble With Harry?, 1955).
- Atrapa a un ladrón (To Catch a Thief, 1955).
- Falso culpable (The Wrong Man, 1956).
- El hombre que sabía demasiado (The Man Who Knew Too Much, 1956)
- Vértigo AKA De entre los muertos (Vertigo, 1958).
- Con la muerte en los talones (North by Northwest, 1959). Nace una historia de amor en el vagón-restaurante, a través de la trucha de río.
- Psicosis (Psycho, 1960). Exigua cena: pan con mantequilla, queso, leche...
- Los pájaros (Alfred Hitchcock's The Birds, 1963).
- Marnie la ladrona (Marnie, 1964).
- Cortina rasgada (Torn Curtain, 1966).
- Topaz (1969).
- Frenesí (Frenzy, 1972).
- La trama (Family Plot, 1976). Su última película.
(cont.)
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