A
Mervyn LeRoy se le recuerda hoy en día sobre todo por sus duras películas de
temática social de principios de los años 30, pero también consiguió una gran
reputación como director competente y fiable para prácticamente todo tipo de
películas de entretenimiento. En muchos sentidos Le Roy fue el modelo de director
de Hollywood contratado por un estudio.
Le
Roy nació en San Francisco el 15 de
octubre de 1900. Su familia, que tenía unos grandes almacenes, se arruinó con
el terremoto de 1906 en esa ciudad. Para ganar dinero vendió periódicos y luego
empezó a cantar y trabajó en el campo de
las variedades. Con su primo Jesse Lasky, luego fue a Hollywood y comenzó a
trabajar en el cine mudo (vestuario, laboratorios, asistente del cámara,
escritor de gags). Comenzó su carrera en el cine como actor a comienzos de los
años 20. A finales de la década dirigió complementos de programa para la First
National Pictures, y entre sus colegas figuraban Archie Mayo, Roy Del Ruth y
Lloyd Bacon.
Su
primera película como director en La frontera del amor (No
Place to Go, 1927). Comedia romántica donde una rica heredera no está muy
contenta con su vida amorosa puesto que considera que su prometido es demasiado
sofisticado y educado. En realidad, ella busca al típico machote que la ofrezca
emociones y la trate con dureza. Tiene suerte, porque lo encontrará en su
propio novio, cuando ambos quedan atrapados en una isla desierta con caníbales
y todo. La pareja protagonista –Mary Astor y Lloyd Hughes– dan bastante juego,
en el debut en la dirección de Mervyn LeRoy. Está basada en la historia Isles
of Romance del escritor Richard Connell (1893-1949), cuyas novelas, ideas o
guiones fueron adaptados al cine, como atestiguan El malvado Zaroff (1932), La
vía láctea (1936) y Juan Nadie
(1941).
Junto
con cientos de técnicos, actores, guionistas y directores, Le Roy pasó a la
Warner Brothers cuando ésta absorbió a la First National en 1928. A partir de
entonces empezó a rodar una película detrás de otra, ateniéndose a las
necesidades, limitaciones y estilo del estudio:
El hacha de la clase (Harold Teen, 1928). Adaptación de una famosa tira cómica creada por
el dibujante Carl Ed en 1919. En ella, el adolescente Harold vivía un montón de
aventuras estudiantiles con su novia Lillums y sus particulares amigos Shadow
Smart y el propietario de la bolera Pop Jenks. A medida que Harold fue
creciendo, sirvió en la Marina durante la II Guerra Mundial y buscó algunos
trabajos. Finalmente la tira se canceló cuando murió Ed en 1959. Dirigida por Mervyn LeRoy, se llevó al cine en
esta versión muda donde Harold llega a un nuevo instituto y, rápidamente,
consigue ser el chico más popular al contribuir a ganar el campeonato de fútbol
americano. Igualmente con el título original de Harold Teen regresó al cine en un musical de 1934.
Flying Romeos (1928). El actor
George Sidney, tío del director de mismo
nombre, adquirió fama en los Estudios Universal mediante una serie de comedias
disparatadas donde encarnaba a un peculiar personaje llamado Cohen, siempre
envuelto en líos de familia y empleo. Tras el primero de estos títulos, Rivalidad comercial (1927), a sus
peripecias se unió la familia Kelly con el también cómico Charlie Murray al
frente. Juntos, los conocidos como 'Cohen y Kelly',
intervinieron en cintas cómo The Cohens
and the Kellys in Paris (1928), The
Cohens and the Kellys in Atlantic City (1929) y The Cohens and the Kellys in Africa (1930). En
Flying Romeos, ambos actores encarnan
a dos barberos enamorados de la misma chica, la experta en manicuras Minnie
(encarnada por la pizpireta Fritzi Ridgeway). Para impresionarla, se meten a
aviadores y, entre gags más o menos afortunados, llegan hasta Europa.
La señorita sin miedo (Oh Kay!, 1928). Esta película muda tiene su origen en un musical de
Broadway llamado 'Oh, Kay!, con canciones de los hermanos George e Ira
Gershwin, entre ellos su gran éxito Someone
to Watch Over Me (mítica canción empleada como leit motiv en el thriller de Ridley Scott, La sombra del testigo, 1987). Con libreto de Guy Bolton, su
argumento nos presenta una sucesión de enredos que comienzan cuando la atrevida
Kay se niega a contraer matrimonio con un lord inglés. Desobedeciendo los
designios de su padre, su fuerte y decidido carácter le hace cambiar de nombre
y encontrar trabajo de doncella. En teatro el protagonismo recaía en la actriz
Gertrude Lawrence, aunque en cine la sustituyó Colleen Moore.
Yo quiero un millonario (Naughty Baby, 1928). Última película
muda de la actriz Alice White, en un título producido y distribuido por la
First National, y donde ya comenzaban a escucharse algunos efectos de sonido y
música de fondo en su pista de audio, gracias al sonoro descubierto ese mismo
año en El cantante de jazz. En su
argumento White encarna a una chica que siente un interés especial por un
millonario, a pesar de que éste puede caer en cualquier momento en los
tentáculos amorosos de la cazafortunas Bonnie LeVonne. Dirige sin muchos
artificios Mervyn LeRoy, en una comedia intrascendente que tiene como único
aliciente al trío de actores cómicos secundarios George E. Stone, como un
gángster, Benny Rubin y Andy Devine.
Hot Stuff
(1929). Una comedia interpretada por Alice White.
Broadway Babies (1929). Tras el hallazgo del sonoro, los distintos estudios comenzaron a llamar la atención del espectador mediante una serie de musicales con la palabra 'Broadway' en su título. Éste, producido por la Warner a través de su filial First National, fue el primero de ellos, aunque los que se llevaron la palma fueron los de la Metro con la saga de La melodía de Broadway (1929). Por supuesto, la trama argumental no es sino una mera excusa para incluir todo tipo de canciones y números musicales, la mayoría interpretados por la bella rubia Alice White en su primera película sonora: Wishing and Waiting for Love, que canta en un club nocturno; Jig, Jig, Jigaloo y Broadway Baby Dolls, que tienen lugar en el espectáculo del que ella es la estrella. Aquí interpreta a una muchacha que quiere ser artista al tiempo que ha decidir entre dos amores.
Broadway Babies (1929). Tras el hallazgo del sonoro, los distintos estudios comenzaron a llamar la atención del espectador mediante una serie de musicales con la palabra 'Broadway' en su título. Éste, producido por la Warner a través de su filial First National, fue el primero de ellos, aunque los que se llevaron la palma fueron los de la Metro con la saga de La melodía de Broadway (1929). Por supuesto, la trama argumental no es sino una mera excusa para incluir todo tipo de canciones y números musicales, la mayoría interpretados por la bella rubia Alice White en su primera película sonora: Wishing and Waiting for Love, que canta en un club nocturno; Jig, Jig, Jigaloo y Broadway Baby Dolls, que tienen lugar en el espectáculo del que ella es la estrella. Aquí interpreta a una muchacha que quiere ser artista al tiempo que ha decidir entre dos amores.
Little Johnny Jones (1929). Adaptación de un
musical de Broadway escrito por George M. Cohan en 1904, y cuyo argumento ya
había sido llevado al cine con el mismo título en 1923. Cuenta la historia de
un jockey norteamericano que ganó el Gran Derby con un caballo llamado “Yanquee
Doodle”. Todo ello se adorna con unas tramas paralelas donde el jinete se ve
atrapado por dos mujeres: una que realmente le quiere y una vampiresa que busca
su perdición. El
propio Cohan escribió dos canciones nuevas para esta versión cinematográfica,
aunque la más célebre pertenece al musical original: Give My Regards to Broadway'.
La película, sin pertenecer del todo al género musical ni al melodrama
sentimental, no fue bien aceptada por el público y fracasó en taquilla.
(cont.)
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