(cont.)
Duro de
pelar (Hard to Handle, 1933). Al
igual que hizo con Paul Muni en ¿Qué hay
Nellie?, el director Mervyn LeRoy también prescindió del registro
gangsteril de James Cagney en esta comedia donde es un agente de prensa que se
convierte en promotor de un maratón de baile. Lo cual está muy bien para ir conociendo las
historias de los diferentes personajes que intervienen en el mismo, entre ellos
el de la ganadora Mary Brian (1906-2002), una secundaria que comenzó en el cine
mudo y se retiró del espectáculo a finales de los 50, sirviendo en todo tipo de
géneros y estilos. Cagney está muy enérgico en su papel, y en un momento
determinado se autoparodia al hacer un anuncio de pomelos (que era la fruta que
estrellaba en el rostro de la chica en El
enemigo público (1931)). Broma que volvería a repetir en Uno, dos, tres, de Billy Wilder (1961).
Elmer, the Great (1933). Adaptación de la obra teatral
de George M. Cohan y Ring Lardner en la que el cómico Joe E. Brown es Elmer
Kane, el mejor jugador de béisbol de los Chicago Cubs. Para que no se distraiga
con líos amorosos, el entrenador del equipo le esconde las cartas que, durante
años, le ha estado enviando su novia Nellie desde su pueblo. Cuando ella llega
a la ciudad para verle jugar, le descubre en brazos de otra mujer.
Desconsolado, Elmer, se convierte en un jugador compulsivo. Ello le llevar a
estar en manos de prestamistas e incluso da con sus huesos en prisión. Elmer the Great –que tuvo un remake en
1939 como Cowboy Quarterback– forma
parte de una trilogía donde Brown ejerce de jugador de béisbol y que completan ¡Hola, bombero! y Alibi Ike.
Vampiresas
1933 (Gold Diggers of 1933, 1933).
El empresario de Broadway Barney Hopkins contrata a cantantes y bailarinas en
paro para un nuevo musical. A la función se une el compositor Brad Roberts,
rico heredero de Boston. Para desesperación de su familia, Brad se enamora de
la corista Polly (Ruby Keeler). Uno de los muchos filmes de los 30 con Joan
Blondell y Dick Powell, grandes estrellas de la época, que acabaron casándose.
Películas desenfadadas como ésta transmitían alegría a la población, gravemente
afectada por la Gran Depresión, con canciones como We're in the Money y Remember
My Forgotten Man.
Ana la del
remolcador (Tugboat Annie,
1933). Uno de los grandes éxitos de taquilla de 1933 fue esta tragicomedia
donde se cuenta la vida de Ana (Marie Dressler), que lleva un remolcador
mientras ha de soportar a su marido borracho (Wallace Beery). Mientras, su hijo
Alec (Robert Young) se involucra sentimentalmente con la propietaria de la
línea de ferry. En 1940 tuvo una secuela titulada Tugboat Annie Sails Again, con Marjorie Rambeau de actriz
principal, desembocando el personaje en una serie de televisión durante los
años 50. Película basada en varias historias de Norman Reilly Raine
(1894-1971), que hacía así su debut en el cine. Luego dio mucho juego al ganar
el Oscar con su guión para La vida de
Emile Zola (1937) y escribir otras producciones Warner de carácter
aventurero, como Robin de los bosques
(1938) y El capitán Kidd (1945).
El mundo cambia (The World Changes, 1933). Ambicioso largometraje que engloba a tres
generaciones de la familia Nordholm en sesenta años de historia. Una saga que
arranca con cierto toque de western, al presentar una granja de Dakota del Sur,
donde el joven Orin marcha en busca de mejores oportunidades de vida. Una vez
instalado en Chicago alcanza un gran éxito al inventar un sistema de
refrigeración para automóviles. Cuando todo parece irle sobre ruedas (nunca
mejor dicho), el crack del 29 le golpea duramente. Además del western antes
mencionado, también contiene elementos de melodrama y cierto mensaje
crepuscular sobre el paso del tiempo. Paul Muni está muy bien acompañado por
Aline MacMahon, Mary Astor, Donald Cook y Patricia Ellis, todos ellos miembros
de la familia Nordholm.
¿Qué hay,
Nellie? (Hi, Nellie!, 1934). Nueva
colaboración entre el director Mervyn LeRoy y Paul Muni tras Soy un fugitivo (1932) y El mundo cambia (1933). En esta ocasión,
el actor –especializado en papeles de gángster– intentó un cambio de registro
al encarnar al editor de un periódico que, firmando con el pseudónimo de
Nellie, comienza a investigar por su cuenta el asesinato de un banquero. Sus
pesquisas le llevarán hasta los bajos fondos, donde conoce a algunos mafiosos y
a la rubia de rigor (Glenda Farrell). Narrada con cierto estilo, es cierto que
su condición de comedia le resta algo de credibilidad a los acontecimientos.
Eso sí, el argumento del periodista que se oculta con un apodo y descubre al
asesino también sirvió para tres películas más: Love Is on the Air (1937), You
Can´t Escape (1942) y House Across
the Street (1949).
Heat
Lightning (1934). Melodrama que entronca con el estilo de cine negro que su
director había adoptado en otras cintas como Soy un fugitivo (1932). Su argumento proviene de una obra teatral
escrita por Leon Abrams y George Abbott, que se estrenó en Broadway en 1933.
Considerada un antecedente de otra producción Warner, El bosque petrificado (1936), su acción transcurre en una perdida
estación de servicio en California. Allí, durante 24 horas, una serie de
personajes van a cruzar sus caminos con el nexo en común de Olga, la dueña del
local. Ella se va a relacionar con una pareja de criminales, uno de ellos un
antiguo amante. El ambiente es de lo más sórdido, especialmente por las
apariciones femeninas de la protagonista Aline MacMahon, Ann Dvorak como la
hermana de uno de los malhechores y Glenda Farrell. En 1941 dicha obra tuvo una
nueva versión para el cine con el título de Highway
West.
En pos de la
aventura (Happiness Ahead, 1934). Comedia
repleta de lujo y canciones, con producción de Sam Bischoff, un adecuado
reparto con Josephine Hutchinson y Dick Powell al frente, y una dirección de
LeRoy que se asemeja a otras sofisticadas tramas como las de Mitchell Leisen. Todo
comienza en la celebración del Nuevo Año, cuando una dama de la alta sociedad
se enamora de un limpiacristales. Ocultando su identidad, ambos mantienen una
relación que se rompe cuando él descubre que, gracias a los contactos de la
chica, ha ido escalando posiciones. En una circunstancia no muy usual, durante
los títulos de crédito Powell interpreta la canción que da título original a la
cinta, There Must Be Happiness Ahead,
escrita por Dixon y Wrubel.
Bella
Adelina (Sweet Adeline, 1934). Película
a mayor gloria de la cantante de opereta Irene Dunne, tan sofisticada como de
costumbre. Ella es la Adelina del título, una artista del entretenimiento de
1898, enamorada de un escritor de canciones, a la vez que partícipe de una
intriga de asesinato donde aparece una espía española llamada Elysia (encarnada
por Wini Shaw). Todo proviene de un célebre musical de Broadway escrito por los
talentosos Jerome Kern y Oscar Hammerstein II en 1929. Esto hace que la trama
sea lo de menos y que el público valorase las dotes de cantante de Dunne así
como los números de baile del coreógrafo Bobby Connolly. Entre las canciones se
encuentran algunas de las melodías más reconocidas del dúo Kern–Hammerstein
como Here Am I, We Were So Very Young y Out
of the Blue.
Luz
a Oriente (Oil for the
Lamps of China, 1935). Las miradas de Hollywood hacia China solían estar
repletas de tópicos, exotismo rodado en estudio y actores norteamericanos que
intentaban pasar por orientales. Algunos de esos ejemplos los encontramos en La buena tierra (1937) y Estirpe de dragón (1944). Al igual que
en éstas, Luz a Oriente habla de
relaciones comerciales, que comienzan cuando el vendedor Stephen Chase es
enviado a China para abrir este mercado a través de una compañía petrolífera.
Su ingenio le hace fabricar una lámpara de queroseno que puede interesar a los
compradores chinos, pero esto le produce enemigos entre empresas rivales. El
exceso de trabajo hace que desatienda a su esposa embarazada. Costosa
producción de la Cosmopolitan y First National –sobre todo por los decorados
orientales de Robert M. Haas– que no funcionó demasiado bien en taquilla.
Basada en una novela de Alice Tisdale Hobart (1882-1967), escritora también
adaptada al cine en Esta tierra es mía
(1959).
Divina
gloria (Page Miss Glory, 1935).
Comedia
ligera según la obra teatral de Joseph Schrank y Phillip Dunning (estrenada en
Nueva York en 1934), versionada para cine con un guión de Delmer Daves y Robert
Lord. Su dirección corrió a cargo de Mervyn LeRoy, pero su exceso de trabajo
hizo que Robert Lord le ayudase en dichas tareas. Fue la primera de las cuatro
cintas que Marion Davies –la amante protegida del magnate de la prensa Randolph
Hearts– rodó para la Warner, mostrándose como una más que aceptable comediante.
Ella es la típica chica de pueblo, que llega a la gran ciudad y gana un
concurso de belleza. Repleta de gags y ritmo ágil, lo cierto es que no tuvo
mucha aceptación.
Su vida privada (I Found Stella Parish, 1935). Stella Parish es una actriz
londinense que, de repente, en la cima de su éxito, abandona su profesión. Un
periodista será el encargado de seguir la pista de este hecho, descubriendo que
detrás de todo el asunto se oculta un tormentoso pasado de Stella, que tiene
que ver con una hija secreta y una condena carcelaria por asesinato. Lacrimógeno
melodrama, en la mejor tradición de la Warner, especialmente escrito para el
estrellato de Kay Francis (1899-1968), de peculiar belleza y que tras algunos
destacados papeles en los años 30 acabó retirándose del cine a mediados de la
década de los 40. Brillante vestuario a cargo de Orry-Kelly, sobre todo en lo
que a las funciones interpretadas por Stella se refiere.
El caballero
Adverse (Anthony Adverse, 1936).
Basada
en la novela de aventura y romance de la época napoleónica escrita por Hervey
Allen y publicada en 1933. Nada más comenzar el film, se dicen las palabras que
identifican a nuestro misterioso personaje: “sin padre, ni madre, ni nombre”.
Efectivamente, Anthony Adverse crece huérfano en un convento enamorándose de la
hija del cocinero. Sin embargo, la felicidad le dura poco tiempo, pues el
muchacho se verá envuelto en un sin fin de aventuras que le llevarán de Cuba a
África, hasta que regresa a París para ver a su amada convertida en una
estrella de la ópera y descubrir los secretos de su pasado. Considerada la
película más larga –141 minutos– y costosa producida por el Hollywood sonoro
hasta el momento, tuvo que pasar primero el filtro de la censura ya que en su
guión inicial le fueron eliminadas 40 páginas al mostrar desnudo al niño
protagonista. Consiguió nominaciones al Oscar a la mejor película, decoración
de interiores (Anton Grot) y ayudante de dirección (William Cannon); resultando
ganadora en las categorías de actriz secundaria (Gale Sondergaard), fotografía
(Gaetano Gaudio), montaje (Ralph Dawson), y banda sonora para el jefe de
Estudio de la Warner Leo Forbstein cuando, en realidad, el impresionante score había sido compuesto por Erich
Wolfgang Korngold.
Three
Men on a Horse (1936). Adaptación de la obra teatral que George Abbott y John
Cecil Holm escribieron en 1935 y que estuvo dos años en cartel con más de 800
representaciones. Su argumento versa sobre un hombre bastante vulgar que, de
repente, descubre que tiene una rara habilidad para descubrir los caballos
ganadores en las carreras. Esto hace que cambie su relación con todos los que
le rodean, incluido su esposa y jefe. Las cosas se complican cuando tres
jugadores compulsivos deciden aprovecharse de ese don. La producción para First
National fue supervisada por Sam Bischoff, que introdujo elementos de acción
que no estaban previstos y que ayudaron a que funcionase en taquilla. A
destacar la comicidad de su reparto con Joan Blondell, Edgar Kennedy y Eddie
'Rochester' Anderson.
Una
chica con suerte (The King and
the Chorus Girl, 1937). Un monarca europeo queda prendado de una corista
americana que trabaja en el Folies Bergere de París. Incluso está dispuesto a
renunciar a su trono por casarse con ella. En Inglaterra se comparó el caso con
el de Eduardo y la señora Simpson. Tiene algunos momentos interesantes y un
buen trío protagonista, con Fernand Gravet y Joan Blondell como los enamorados,
y Jane Wyman como una divertida amiga de la pareja. Producida y dirigida por
Mervyn LeRoy, la película es más conocida por pertenecer a una historia llamada
en principio Grand Passion, escrita por Norman Krasna y...
¡Groucho Marx!. Aunque no hay mucho del humor disparatado del cómico del puro y
bigote, ya que más bien se trata de una comedia romántica con bastantes tópicos
y números musicales como la canción For
You and On the Rue De La Paix.
They Won't
Forget (1937). Un fiscal políticamente ambicioso, un periodista sin escrúpulos
y los prejuicios provincianos se combinan para acusar a un profesor de la
muerte de uno de sus estudiantes.
Fools for
Scandal (1938). Comedia de enredos, repleta de gags y picardía a cargo de su
protagonista femenina, que tiene como fondo la ciudad de París. En ella, el
marqués francés René Viladel se encuentra totalmente arruinado, aunque no por
ello ha dejado de tener clase y elegancia. Es por ello que embauca a una rica
actriz norteamericana, de vacaciones en la capital francesa, y se marcha con
ella con la intención de llegar al matrimonio. La única película que Carole
Lombard rodó para la Warner. Tuvo unas críticas nefastas, donde la tachaban de
pastosa y aburrida. Basada en la obra teatral Return Engagement, de Nancy Hamilton y James L. Shute, tuvo algunos
problemas en su producción y las canciones que Rodgers y Hart escribieron para
el film acabaron siendo desechadas.
En
1938, tras demostrar que podía sacar adelante producciones de prestigio con
grandes presupuestos y con sustanciosos beneficios, como había hecho con El caballero Adverse (Anthony Adverse, 1936), Le Roy se pasó a la
MGM, donde los presupuestos eran bastante mayores y empezó a trabajar como
productor y director [anteriormente había trabajado ya dos veces para la Metro,
“prestado” por la Warner; la primera vez en 1931, para dirigir El destino de un caballero (Gentleman's Fate), y la segunda en 1933
para dirigir Ana, la del remolcador
(Tugboat Annie)]. Su nuevo salario era de 300.000 dólares al año, tan alto para
su época que se dijo que era sólo de 150.000 dólares con el fin de que ninguno
de los restantes productores de la MGM pidiese un aumento.
Las
películas dirigidas por Le Roy en la MGM eran en su mayor parte melodramas
sentimentales basados en best-sellers
y obras de teatro adaptables como “vehículos” para sus estrellas favoritas,
Creer Garson y Lana Turner. Fue Le Roy quien descubrió a la Turner y la dirigió
en su primera película, They Won't Forget,
rodada para la Warner en 1937, llevándosela consigo a la MGM, donde empezó su
carrera como una de las estrellas más importantes de los años 40.
El puente de
Waterloo (Waterloo Bridge, 1940). Roy
es un soldado inglés que regresa a su hogar antes de empezar la Segunda Guerra
Mundial. La llegada le recuerda sus años de juventud y cómo conoció a Myra, una
bailarina de la que se enamoró en pleno conflicto de la Primera Guerra. La
cruenta batalla hace que los jóvenes se separen y una errónea nota de prensa
hace pensar a Myra que Roy ha muerto. Precioso melodrama romántico sobre dos
jóvenes enamorados que son separados por el destino cruel de la guerra. El galán
Robert Taylor encaja muy bien en su personaje, y la bella Vivien Leigh,
sobreponiéndose aún a la resaca de Lo que
el viento se llevó, hace lo propio en un personaje hecho para ella. La excelente música y la inolvidable fotografía fueron
nominadas a los Oscar.
Escape (1940). A pesar de que
Estados Unidos todavía no había entrado en guerra, algunos productores de
Hollywood comenzaron a tomar claramente partido contra el fascismo imperante en
Europa, en especial después de estallar la guerra civil española. Este es uno
de sus casos más representativos, ya que se trata de una producción MGM con dos
grandes estrellas en su reparto –la protegida de los Estudios Norma Shearer y
el galán Robert Taylor–, además de Conrad Veidt, Alla Nazimova y Bonita
Granville. Para ello se adaptó una novela de Grace Zaring Stone, que tuvo que
firmar como Ethel Vance para que los nazis no tomasen represalia contra ella.
Por la misma razón, algunos actores también utilizaron nombres falsos. En pleno
régimen nazi, un americano llega a Alemania para buscar a su madre
desaparecida. Tras algunas pesquisas y la observación del clima que se respira
en el país, descubre que está en un campo de concentración y que se ha fijado
fecha para su ejecución. Sólo una viuda americana que vive en Berlín podrá
ayudarle a salvarla.
De corazón a corazón (Blossoms in the Dust, 1941). Edna ha perdido un hijo, pero asume su
dolor y decide, junto a su marido Sam, abrir un orfanato en Texas para ayudar a
niños desvalidos o sin padres. Esto le causará problemas entre los grupos más
conservadores, que no ven con buenos ojos la creación de una institución de
acogida a niños nacidos fuera de matrimonios. Edna luchará con uñas y dientes
para conseguir la legalidad del orfanato. Mervyn LeRoy dirige este melodrama
biográfico, candidato a los Oscar, con una valiente y emprendedora Greer Garson.
(cont.)
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