(cont.)
Unholy
Partners (1941). Historia de sensacionalismo periodístico en el Nueva York de
1920. El editor Bruce Corey hará lo que sea con tal de que su publicación salga
adelante. Incluso aliarse con un peligroso gángster que financie su proyecto.
Esto hace que sus editoriales sean bastante benévolos con las actividades de
dicho individuo. Cuando Bruce va descubriendo más cosas sobre su nuevo socio,
su código ético comienza a resentirse. El problema se agrava cuando su joven
ayudante comienza a enamorarse de la novia del gángster. Gran película, a medio
camino entre la denuncia y el cine negro, que ofrece distintos puntos de vista
sobre la libertad de prensa y el papel de los medios de comunicación para
mantener su autonomía. Cuenta con un inspirado Edward G. Robinson en el papel
principal, que lleva con vigor y energía todo el peso de la acción.
Senda prohibida (Johnny Eager, 1941). Robert Taylor es el Johnny Eager del título
original, cabecilla de una banda de delincuentes que, camuflados en operaciones
legales, ha conseguido burlar la acción de la justicia hasta el momento. Sus
problemas comenzarán cuando se enamore de Lisbeth (Lana Turner), una joven
estudiante de psicología que resulta ser la hijastra de un abogado del distrito
que persigue sus actividades delictivas. Dominando a la perfección los
mecanismos del género, el papel más jugoso de la función recayó en Van Heflin
como Jeff Hartnett, un alcohólico que es la mano derecha del gángster. El actor
consiguió un Oscar por su trabajo.
Niebla en el pasado (Random Harvest, 1942). Un hombre que padece amnesia a causa de una
herida de guerra, se casa con una mujer a la que no podrá recordar cuando
recupere la memoria. La sufrida esposa pondrá todo su empeño en hacer revivir
su amor por ella. Basada en el relato de James Hilton, este excelente melodrama
dirigido por Mervyn LeRoy, es una apasionante historia de amor, no exenta de
suspense. Ronald Colman y Greer Garson dan vida a este singular matrimonio, con
gran convicción. Sin duda la fuerza de sus interpretaciones contribuye al
magnífico resultado final. La película obtuvo siete nominaciones a los Oscar,
incluidas las de mejor película y mejor director.
Madame Curie (1943). Etapa de la vida de
la científica polaca Marie Curie que tras casarse con Pierre Curie, inician
juntos experimentos en su laboratorio, alcanzando fama mundial por lograr
aislar dos nuevos elementos químicos: el polonio y el radio. Ganó el Premio
Nobel de Física en 1903 pero años después, Pierre murió trágicamente al ser
atropellado por un camión. Marie Curie prosiguió sus investigaciones,
asumiendo, además, la cátedra de su marido en la Universidad. Años más tarde
recibió el Premio Nobel de Química. Siete nominaciones a los Oscar, obtuvo este
film, incluyendo película, actriz y actor, entre otros. Mervyn LeRoy reemplazó
en la dirección a Albert Lewin, que iba a llevar la batuta del film en un
primer momento.
Treinta segundos sobre Tokyo (Thirty Seconds Over Tokyo, 1944). Inteligente cine de propaganda,
rodado en plena Segunda Guerra Mundial. Basado en el libro de Robert Considine
y el oficial del ejército Ted W. Lawson, fue convertido en guión
cinematográfico por Dalton Trumbo, después defenestrado en las "listas
negras" al ser acusado de comunista. El film se centra en la misión
supersecreta del ejército estadounidense, que debe servir como respuesta al
cobarde ataque japonés a Pearl Harbor. Durante una temporada los pilotos
entrenarán con los Mitchell B-25, para poder lograr despegar en pistas de tan
sólo 150 metros. Y es que, en efecto, su misión consistirá despegar de un
portaviones cercano a la costa japonesa, para bombardear objetivos militares en
Tokio y otras ciudades, todo un golpe al corazón de la moral nipona. Entre los
protagonistas destacan Spencer Tracy, como el oficial Doolitle, y Van Johnson,
cuyo personaje, el Lawson antes mencionado, llega a sufrir la amputación de una
pierna. Rodeada de gran aceptación popular -es magnífico el retrato del
enamorado matrimonio Lawson, que esperan un niño, una mirada a cómo afecta la
guerra a los civiles-, logró un Oscar a los mejores efectos especiales (A.
Arnold Gillespie, Donald Jahraus, Warren Newcombe y Douglas Shearer) y una
nominación para la fotografía en blanco y negro de Robert Surtees y Harold
Rosson. Y es que en efecto, las escenas de los ataques aéreos y en China son
sobresalientes, y se utilizó en parte auténtico material documental.
Sucedió en el tren (Without Reservations, 1946). Kit Madden es una novelista que se
dirige en tren hacia Hollywood para colaborar en la película en la que se basa
su nuevo libro 'Aquí está el mañana'. Durante el trayecto conoce al marine Rusty
Thomas, un caballero con el que comentará las ideas del libro sin saber que
ella es la autora. Pronto, Kit comprobará que Rusty no está del todo de acuerdo
con lo que dice la novela. Al igual que en Sucedió
una noche de Frank Capra, en esta comedia romántica dos desconocidos hacen
amistad en el transcurso de un viaje. John Wayne dejó por un momento las
espuelas y el caballo para meterse en la piel de un marine que conquista a la
alegre escritora Claudette Colbert, preocupada por no encontrar al actor de la
película, pues Cary Grant ha rechazado el papel. La Colbert vuelve a demostrar
que en la comedia se mueve como pez en el agua.
La rival (Homecoming, 1948). Melodrama que volvía a reunir a la pareja Clar Gable-Lana
Turner tras Quiero a este hombre
(1941) y una vez había salido a la luz un supuesto romance entre ambos. Esta
vez dirigidos por Mervyn LeRoy y bien acompañados por Anne Baxter, Gladys
Cooper y Cameron Mitchell. El filme sigue las constantes del cine de posguerra,
intentando mostrar cómo este conflicto había cambiado la vida de millones de
personas trágicamente. A pesar de sus buenas intenciones, lo cierto es que
nunca acaba de arrancar del todo y sus casi dos horas son algo excesivas. Gable
es un reputado médico, felizmente casado, que es llamado a filas. Durante la
guerra se enamora de una enfermera, por lo que se replantea toda su existencia
y su felicidad conyugal.
¡Hagan
juego! (Any Number Can
Play, 1949). Melodrama sobre la adicción al juego en el cual el
propietario de un casino con problemas de conciencia intenta arreglar las cosas
con su mujer e hijo. Cuando éste comienza a tener malas compañías y entra en
prisión, su padre le hace recapacitar para que no pierda la vida como él en
negocios sucios y deudas de juego. La novela de Edward Harris Heth fue
transformada en un recio guión por Richard Brooks, quien debutaría en la
dirección un año después con Crisis.
La cinta cuenta con una atractiva pareja protagonista: Clark Gable –en otro de
sus personajes ambiguos pero de buen corazón– y Alexis Smith, que representan
un matrimonio, aun con la notable diferencia de edad que existía entre ambos:
mientras ella era una moza de 28 años, la estrella del bigote ya rozaba la
cincuentena y estaba en el declive físico de su carrera.
Mujercitas (Little Women, 1949). A mediados de siglo
XIX, cuatro hermanas muy diferentes entre ellas (Meg, Jo, Amy y Beth) viven
felices con su madre y esperando noticias de su padre que se encuentra en la
guerra. Meg es la responsable hermana mayor, Jo es la rebelde que quiere ser
escritora, Amy es la más presumida y amante de la pintura y la pequeña Beth es
la dulce y frágil, al mismo tiempo. La película narra el paso de los años de
estas muchachas, su madurez, sus preocupaciones, deseos, alegrías y tristezas.
Sus vecinos y amigos siempre están al lado de estas jovencitas de gran corazón.
Deliciosa película clásica protagonizada por Janet Leigh, Elizabeth Taylor,
Margaret O'Brien y Peter Lawford, entre otros. El film es una adaptación de la
novela de Louisa May Alcott, que ya contaba con una versión en 1933 de George
Cukor con Katharine Hepburn. El film de Mervyn LeRoy con el agradable technicolor
se ha convertido en una maravillosa película.
Mundos
opuestos (East Side,
West Side, 1949). Una mujer (Barbara Stanwyck) cree que su marido (James
Mason) no es sólo un adúltero sino que también ha cometido un crimen en la
persona de su amante (Ava Gardner). Fallido melodrama de la Metro a pesar de
que contaba con todos los alicientes de éxito de la compañía: excelente
director como Mervyn LeRoy, un equipo técnico de primera categoría con el
vestuario de Helen Rose y la música de Miklós Rózsa, y un reparto increíble con
nombres como los de James Mason, Barbara Stanwyck, Ava Gardner, Van Heflin y
Cyd Charisse. Además, su trama provenía de una conocida novela de Marcia
Davenport. Rodada durante ocho semanas con una gélida relación entre Stanwyck y
Ava Gardner, en su estreno el público no respondió y la crítica no fue nada
magnánima definiéndola como: “Un cero como triángulo amoroso y un film
equivocado que no sabe si es melodrama o cine negro.
En
los 50, coincidiendo con la decadencia del sistema de producción, coproduciendo
y distribuyendo primero a través de la MGM y luego de la Warner. A finales de
la década no producía y dirigía nada más que una película al año, sistema que
mantuvo durante la primera década de los 60:
Quo Vadis? (1951). Marco Vinicio es un
guerrero que regresa a Roma después de tres años de batalla. A su llegada
conoce a Lygia, una cristiana de la que se enamora, y pide al emperador Nerón
que se la ceda, porque ella es una esclava de Roma. A pesar de su condición de
guerrero, Lygia no puede evitar enamorarse de él. Entre medias, tendrá lugar
los acontecimientos históricos de Roma y lo que aconteció al pueblo cristiano. Superproducción
de la Metro sobre los primeros cristianos, basada en la novela de Henryk
Sienkiewicz, que obtuvo ocho nominaciones a los Oscar, incluyendo mejor
película, mejor actor de reparto, y mejor fotografía. Los guapos protagonistas
Robert Taylor y Deborah Kerr fueron el principal reclamo, actores de moda, que
estuvieron bien respaldados por un cínico y algo extravagante Peter Ustinov, en
el papel de Nerón. Sophia Loren y Elizabeth Taylor hacen un cameo. La mezcla
entre religión, cine histórico y romance eran los ingredientes perfectos para
el buen cine de la época, y si a eso se le añaden grandes interpretaciones, el
resultado es estupendo. Escenas gloriosas y decorados majestuosos que dejan
huella en la retina, y convierten el film en una de las mejores producciones
bíblicas de todos los tiempos. Ya en 1902, el pionero del cine francés
Ferdinand Zecca hizo una primera versión muda de Quo Vadis?, y posteriormente se rodó una adaptación italiana, de
Enrico Guazzoni. En 1949 la novela se volvió a poner de moda, y MGM decidió
hacer una versión sonora y en color, en principio con Elizabeth Taylor y
Gregory Peck. También se habló de Lana Turner y Alec Guinness recomendó a
Mervyn LeRoy fichar a una actriz europea prometedora, que finalmente fue
descartada porque no la conocía nadie. Se llamaba Audrey Hepburn.
El
amor nació en París (Lovely to Look at, 1952). Un empresario de
musicales recibe como herencia de su tía la mitad de una tienda de modas en la
ciudad de París. Así que hasta allí viaja en compañía de sus dos socios, para
intentar convencer al otro dueño que compre su parte y poder financiar así un
show en Broadway. Cuando descubren que la otra mitad pertenece a dos atractivas
jovencitas y que, además, el negocio está casi en la quiebra, los tres amigos
deciden quedarse y reflotar la tienda. Mucho lujo, diversión y números
musicales, rodados a todo color, en una nueva versión de un clásico de Fred
Astaire y Ginger Rogers llamado Roberta (1935). En esta ocasión se contó con un
gran reparto compuesto por Kathryn Grayson, Howard Keel, Ann Miller y la
exuberante Zsa Zsa Gabor. Mantiene las canciones del original de Broadway, obra
de Jerome Kern y Otto Harbach, entre ellas Smoke
Get in Your Eyes (El humo ciega tus ojos), que sería
popularizada por The Platters en una
melosa versión.
La primera sirena (Million Dollar Mermaid, 1952). Convencional
biopic sobre la nadadora australiana Annette Kellerman (1887-1975), todo un
hito en el mundo de las piscinas al convertir en deporte olímpico la natación
sincronizada, y que además fue actriz y escritora, y realizaba números en las
ferias. Por supuesto, Hollywood aportó las dosis necesarias de romance,
superación personal, canciones y final feliz a la historia, contando para ello
con el protagonismo de su particular "sirena" Esther Williams. El
film contiene espectaculares secuencias acuáticas de ballet de tipo
caleidoscópico, coreografiadas por Busby Berkeley. Candidatura al Oscar para la
fotografía en color de George J. Folsey. Annette Kellerman fue desde muy joven
una campeona de natación en su país. Cuando su familia se trasladó a Londres,
comenzó a mostrar sus habilidades recorriendo a nado el río Támesis. Esto la
llevó a Boston, donde protagonizó un singular escándalo para la época al llevar
un bañador que dejaba las piernas al descubierto, lo que era necesario para
nadar, pero que para las costumbres de entonces resultaba indecente. El film
muestra la preocupación paterna por el futuro de su hija nadadora, y el
interés, también amoroso, del feriante James Sullivan, que sabe valorar las
cualidades acuáticas de Annette y sacarles rendimiento económico.
Mi amor brasileño (Latin Lovers, 1953). Romántica comedia musical de cambio de
parejas, donde una rica y atractiva heredera cree que todos los hombres que la
cortejan lo hacen por su dinero. Cuando su última conquista tiene que viajar a
Brasil por cuestiones de negocios, ella decide seguirle al exótico país
sudamericano. Una vez allí, el clima sensual de baile y playa hace que mientras
ella se siente atraída por un millonario latino, su novio encuentre otra pareja
en la persona de una secretaria. El cuarteto principal es ciertamente
atractivo, con Lana Turner, Ricardo Montalbán, John Lund y Jean Hagen. La cinta
iba a ser protagonizada por otro latin
lover como Fernando Lamas, por aquel entonces amante de Lana Turner. Pero
tras romper, la estrella femenina eligió a otro actor para el papel.
Rose Marie (1954). Colorista
adaptación cinematográfica de una opereta de gran éxito en Broadway, estrenada
en 1924 y escrita por Rudolf Friml y Oscar Hammerstein, que ya contaba con dos
versiones homónimas en el cine: una muda de 1928 dirigida por Lucien Hubbard,
con Joan Crawford y James Murray; y otra en 1936, con los célebres Nelson Eddy
y Jeannette MacDonald de protagonistas. En esta ocasión, se rodó en cinemascope
y produjo con todo lujo MGM, lo que hizo que se cambiaran algunas cosas con
respecto al original, aligerando las canciones y colocando un magnífico prólogo
instrumental de nueve minutos dirigido por Alfred Wallenstein. Lo más reseñable
resultó el número musical de sacrificio indio protagonizado por Rita Moreno. La
historia sigue siendo la misma, el romance entre un trampero canadiense y una mestiza.
La pelirroja indómita (Strange Lady in Town, 1955).
Aunque la mayoría de títulos del oeste tenían protagonismo masculino, en esta
ocasión es una mujer –la pelirroja del título, que no es otra que Greer Garson–
el auténtico motor de la historia. Todo arranca en el Nuevo México de 1880,
cuando dicha localidad recibe su nuevo residente médico en la figura de Julia
Winslow, que ha conseguido el puesto gracias a los avances del movimiento
sufragista norteamericano. Los recelos de la gente a que sea una mujer quien
les diagnostique –y no digamos que les osculte–, también aparecen en el otro
doctor de la zona, Rourke O’Brien, que no cree que esta sea una profesión
adecuada para una mujer. La aparición de un pistolero, hermano de la doctora, y
de los indios, acabará por darle a la película el tono aventurero deseado.
Aunque
sus métodos no cambiaron gran cosa, a Le Roy le fue comercialmente mejor a finales
de los 50 y comienzos de los 60, período en que se dedicó a adquirir los
derechos de novelas y obras de teatro de éxito reconocido para su adaptación al
cine:
Al borde del infierno (Toward the Unknown, 1956). Película filmada con gran realismo y
donde se contó con la colaboración de las Fuerzas Armadas Norteamericanas, en
especial en sus arriesgadas secuencias aéreas. Además, su guionista Beirne Lay
Jr. fue piloto de un B-17 durante la II Guerra Mundial y su director Mervyn
LeRoy ya era un maestro en películas de exaltación del ejército, como la
notable Treinta segundos sobre Tokyo
(1944). El mayor Lincoln Bond (William Holden) es un piloto caído en desgracia
desde que fue mentalmente torturado durante la guerra de Corea. Su intención es
recuperar el prestigio perdido y volver a volar, con lo que deberá probar su
valía y honestidad. Le ayuda su novia, a la sazón secretaria del general. El
largometraje supuso el debut en pantalla del actor James Garner.
Mala semilla (The Bad Seed, 1956). Rhoda es una niña lista y sibilina con cara de ángel, pero tras esa
tierna faz y esas trencitas rubias se esconde un ser malvado. Cuando una serie
de accidentes se van sucediendo, donde incluso un niño de su colegio muere
ahogado, Christine, la madre de Rhoda, empieza a sospechar que su hijita esté
posiblemente detrás de todo. Thriller inquietante protagonizado por Nancy Kelly, en el papel de
la madre, que fue nominada al Oscar como mejor actriz. En general, los niños y
el cine de terror forman una combinación perfecta para imbuir en el espectador
ese suspense y escalofrío que se quiere conseguir. Esta película no se queda
atrás y la pequeña Patty McCormack trasmite esa mezcla de dulzura y malicia al
mismo tiempo; por ello consiguió ser nominada a la estatuilla como actriz de
reparto. También Eileen Heckart logró ser candidata al Oscar como la madre del
chiquillo ahogado.Es cierto que a veces domina cierta teatralidad en la puesta
en escena, pero también hay momentos de puro cine, con un estupendo uso de la
tonadilla que la niña suele tocar al piano, en el momento en que muere
carbonizado cierto personaje, y en el clímax de una noche de tormenta.
Después de la oscuridad (Home Before Dark, 1958). Melodrama
de suspense en el cual Charlotte Bronn regresa al hogar junto a su marido,
después de superar una de sus crisis nerviosas. Allí también vive en compañía
de su hermanastra Joan, de quien Charlotte sospecha que puede haber mantenido
un romance con su esposo durante su ausencia. Esto la lleva de nuevo a dudar de
su salud mental. Adaptación de una novela de Eileen Bassing donde se pretende
profundizar en la personalidad psicológica de los personajes, sin juzgar del
todo sus acciones y dejando tal tarea al sentido común del espectador. La
crítica alabó principalmente la actuación de Jean Simmons como la desequilibrada
protagonista, recibiendo una nominación al Globo de Oro y el premio como mejor
actriz por los críticos de Nueva York. No menos estupenda está Rhonda Fleming
como su lasciva hermanastra.
(cont.)
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