El 6 de octubre de 1600, la obra de Jacopo Peri Euridice, se estrena en Florencia. Es la
obra que indica el inicio del período barroco.
Eurídice es una ópera pastoral que
fue encargada al compositor Jacopo Peri (1561-1633) y al poeta Ottavio Rinuccini
(1562-1621) con ocasión del enlace matrimonial entre Enrique IV de Francia y
Maria de Medici, que tuvo lugar en Florencia en el año 1600.
Es
considerada por algunos como la primera ópera cuya música ha sido conservada
íntegramente (Dafne fue representada
en Florencia en la temporada de 1597-98, pero sólo se han conservado el libreto
y algunos fragmentos musicales), aunque otros colocan en su lugar a Rappresentatione di Anima e di Corpo de
Emilio de’ Cavalieri, estrenada en Roma unos meses antes. Las divergencias
surgen debido a que las características del nuevo género aún no estaban
definidas.
Como
anteriormente se ha señalado, la primera representación de Euridice se produjo en el contexto de las celebraciones en honor de
la boda entre Enrique IV de Francia y Maria de Medici. En un principio, dichas
celebraciones iban a haber tenido lugar en la ciudad de Marsella, pero, tras un
repentino cambio de planes probablemente en agosto del mismo año, éstas fueron
trasladadas a Florencia. Parece que la iniciativa de la producción de la ópera
fue de Jacopo Corsi, miembro de la intelectualidad y patrón de las artes en
Florencia, el cual le encargó la confección del libreto a Ottavio Rinuccini, y
la adaptación musical del mismo a Jacopo Peri. La dirección del espectáculo
estuvo a cargo de Emilio de’ Cavalieri.
Euridice ocupó un lugar casi
insignificante dentro de las celebraciones, que se extendieron entre los días 4
y 14 de octubre del año 1600. Al contrario que Il rapimento di Cefalo de Giulio Caccini y Gabriello Chiabrera, que
fue representada el día 9 en el gran teatro de la galería de los Uffici ante
una gran audiencia (y en la que se invirtieron grandes sumas de dinero), Euridice se estrenó en la tarde del día
6 en unas de las salas del piso superior del palacio Pitti ante una reducida
audiencia de unos 200 invitados, estando el acceso restringido a príncipes y
nobles. Además, la ópera tuvo que superar diversos problemas tanto internos
como externos, que hicieron que fuera mayoritariamente pasada por alto. En
primer lugar, el cambio de localidad de las festividades provocó que la
creación de la ópera tuviera que acelerase. Poco antes del estreno no se sabía
quiénes iban a ser los cantantes, e, incluso, la escenografía no estuvo plenamente
acabada para entonces.
Por
otro lado, las desavenencias entre Peri y Caccini llegaron hasta tal punto que
Caccini, maestro de algunos de los cantantes participantes, les obligó a que
cantaran música suya en lugar de la de Peri. La participación musical de
Caccini se limitó a aproximadamente un 25% del total: El papel de Euridice, algunas
arias del pastor y la ninfa del coro y los coros Al canto, al ballo, Sospirate
y Poi che gli eterni imperi.
Esta
competencia entre los dos compositores llegó a su punto culminante cuando
Caccini publicó su propia adaptación musical del libreto de Rinuccini unos
meses antes que Peri, cuya partitura fue publicada por Giorgio Marescotti en
Florencia en 1601. Fue dedicada a Maria de Medici, y en 1608 Alessandro Raveri imprimiría
una segunda edición.
Esta
ópera rara vez se representa en la actualidad; en las estadísticas de Operabase
aparece con sólo una representación en el período 2005-2010.
El
libreto escrito por Ottavio Rinuccini (1562-1621), está basado en el libro X de
Las Metamorfosis de Ovidio y, más
concretamente en el mito de Orfeo, aunque modificando su final. Aquí el poeta
recurrió a un género relativamente nuevo, el pastoral, probablemente debido a
que fuera uno de los géneros favoritos del propio Ferdinando de Medici (sin
duda porque representaba el hedonismo de la sociedad florentina de la época).
Aun así, no renunció a la división en cinco partes (en este caso escenas en vez
de actos) de la tragedia clásica. Rinuccini dio forma a su libreto a partir de
escenas independientes separadas por coros que sólo comentan la acción. Se
observa bastante poco diálogo, lo que deja paso a una mayor presencia del
monólogo. Como en cualquier libreto mitológico, se ha intentado buscar un
significado alegórico claro. Algunos ven en el personaje de Euridice una
alegoría de María de Medici, mientras que otros ven en ella un símbolo de la
propia ciudad de Florencia.
Sinopsis
Escena 1. En un prado. En el
Prólogo, la Tragedia promete despertar en los espectadores emociones cálidas.
Euridice es rodeada por ninfas y pastores para ayudarla a celebrar su inminente
boda con Orfeo. La escena termina con un coro de regocijo general.
Escena 2. En un prado. Orfeo invoca
a la Naturaleza mientras expresa su felicidad. Mientras conversa con Arcetro,
es interrumpido por Tirsi, que alaba el matrimonio. Aparece Dafne, que le
describe a Orfeo la muerte de su amada Euridice provocada por la mordedura de
una serpiente. Orfeo se queda abatido, y un coro de pastores y ninfas cierra la
escena.
Escena 3. En un prado. Arcetro
describe cómo acompañó a Orfeo al lugar donde Euridice murió, cómo éste lloró
sobre la hierba, y cómo vio descender del cielo un carruaje tirado por dos
palomas blancas. Una diosa sale del carruaje y eleva a Orfeo. El coro comenta
el cambio de los aconteceres.
Escena 4. A las puertas del
infierno. Venus acompaña a Orfeo a las puertas del infierno, y le insta a que
apiade a Plutón con su música. Orfeo canta su dolor, y Plutón le trae de vuelta
a Euridice. El coro de las sombras y deidades del infierno celebra la victoria
de la música sobre la muerte.
Escena 5. Un prado. Los pastores y
las ninfas están preocupados por no haber tenido noticias de Orfeo. Aminta les
informa de que ha visto a Euridice regresar de los muertos. Orfeo y Euridice
llegan, y la ópera termina con un regocijo general.
La
música
Es
difícil precisar hasta qué punto la ópera se sirvió de tradiciones anteriores
para formar un conjunto nuevo. Lo que está claro es que diversas prácticas
confluyeron en su nacimiento. Entre ellas podemos destacar:
Arias
estróficas basadas en la tradición de recitación poética italiana, que se
plasma con gran claridad en el Prólogo de esta ópera. Las estrofas están
enmarcadas por ritornelli instrumentales y presentan una estructura melódica
sencillas, normalmente acabando las frases con la misma fórmula de dos notas
más largas.
Arias
basadas en los ritmos de danza, como, por ejemplo, Tirsi viene en la segunda escena.
A
pesar de que no se pueda afirmar que Euridice
presenta los primeros ejemplos de una nueva manera de cantar (recordemos que
Dafne fue estrenada dos años antes), sí se puede decir que esta ópera es la
primera manifestación amplia del estilo recitativo, cuya característica poética
principal es la construcción sobre versi
sciolti (heptasílabos y endecasílabos sin patrón estrófico). Esta nueva
manera de cantar surgió como respuesta a las teorías sobre la necesidad de
trasladar la forma de hablar a la música, tan presentes en la Camerata
Florentina, para despertar emociones en el espectador (el mismo Prólogo de la
ópera declara que ésta es su intención). Incluso el mismo Peri dijo en el
prólogo a la primera edición de la obra: “Consideré
que los antiguos griegos y romanos (los cuales, según la opinión de muchos,
cantaban en escena sus tragedias de principio a fin) emplearon una armonía que,
yendo más allá del habla ordinaria, se acercaba tan poco a la melodía de la
canción que asumía una forma intermedia. (...) Y, por tanto, rechazando
cualquier otra manera de cantar que haya sido escuchada hasta ahora, me propuse
descubrir la imitación apropiada a estos poemas.”
Además,
Peri explica las bases musicales de este nuevo estilo, en el que la mayor parte
de la obra está compuesta: “Me di cuenta,
igualmente, de que en nuestro habla algunas palabras son entonadas de modo que
se puede encontrar armonía en ellas, y que al hablar se pasa por muchas otras
que no son entonadas, hasta que se vuelve a otra desde la que se puede llegar a
otra consonancia. Y tomando nota de estas maneras y esos acentos que nos sirven
en la tristeza, la alegría y en estados similares, hice que el bajo se moviera
a la vez que éstas, ora más rápido, ora más lento, según las emociones; y lo
mantuve firme a través de las disonancias y las consonancias hasta que la voz
del hablante, pasando por varias notas, llegaba a la que, siendo entonada en el
habla corriente, abre el camino hacia una nueva armonía. Y lo hice no sólo para
que el fluir de la melodía no ofendiera el oído (...), o para que no pareciera
que seguía el movimiento del bajo- particularmente en los temas tristes o
serios, ya que los temas alegres requieren por naturaleza movimientos más
frecuentes- sino también porque el uso de las disonancias disminuiría o
enmascararía lo así conseguido por la necesidad de entonar cada nota (...). Así
que (...) he creído que es el único tipo que nuestra música nos puede dar para
adaptarse a nuestra habla.”
Todo
ello se puede encontrar en Euridice.
Peri pretendió reflejar las inflexiones de la voz con los medios musicales que
tenía a su disposición:
Una
línea diastemática (melodía).
Un
ritmo armónico que varía su frecuencia de cambio según la expresión o el afecto
del texto. Parece que el ritmo armónico más lento es una innovación de Peri
para conseguir una mayor expresión dramática.10
Una
armonía que ayuda a enfatizar los acentos principales de la poesía.
Libertad
rítmica, como en el habla.
Frases
musicales que se adaptan a las poéticas.
Yuxtaposición
de zonas tonales alejadas como recurso expresivo.
Es
decir, melodía, ritmo y armonía están totalmente al servicio del texto.
Esto
no quiere decir, sin embargo, que su tratamiento del recitativo sea homogéneo a
lo largo de toda la obra. Unos años después, el teórico Giovanni Battista Doni
(c. 1593 - 1647) hablaría de tres tipos diferentes:
Recitativo
especial: lo que actualmente se suele considerar como aria basada en las
fórmulas de recitación poética italianas.
Recitativo
narrativo (también denominado neutral emocionalmente): aquel en el que hay
pocos saltos melódicos y predomina el movimiento conjunto. Presenta un estilo
bastante silábico, un registro vocal relativamente restringido y un empleo
escaso de las disonancias. La mayoría de Euridice
es clasificable dentro de este estilo.
Recitativo
expresivo: en comparación con el narrativo, presenta una mayor variedad
armónica y métrica, así como un mayor uso de los registros extremos, los saltos
y las disonancias melódicas. Se podría decir que deja entrever una concepción
más melódica, más cercana a lo que posteriormente se llamaría aria. Ejemplos de
ello son Non piango y Antri, ch’a mei lamenti en la escena 2ª,
y Funeste piagge en la 4ª escena.
En
el pasaje arriba citado de dicho prólogo, Peri también hace referencia a su
novedoso uso de las disonancias. Ya no son empleadas exclusivamente como
recurso expresivo, sino que en muchas ocasiones sirven para dar impulso a la
música, haciendo inestables a las sílabas no acentuadas para que se dirijan
hacia las consonantes acentuadas. Esto produce movimientos condenados por la
teoría contrapuntística tradicional. Así, al final del texto, Peri dice: “Y espero que el uso de las disonancias,
tocadas y cantadas sin miedo, con discreción y adecuadamente (habiendo agradado
a tantos y tan honorables hombres) no les cause irritación, especialmente en
las arias más tristes y serias de Orfeo, Arcetro y Dafne".
Este
prólogo asimismo ha provocado el surgimiento de debate en torno al
acompañamiento instrumental. Peri nombra a instrumentistas que participaron en
el estreno de la obra: Jacopo Corsi al clave, Grazia Montalvo al chitarrone,
Giovanbattista dal Violino a la lira y Giovanni Lapi al laúd. Por un lado,
algunos, como Howard Mayer Brown, afirman que la partitura es un mero
indicativo de las intenciones del compositor y que, además, en ningún momento
Peri dice que fueran los únicos instrumentistas en dicha representación.
Además, las partes para instrumentos melódicos agudos no especificados sugieren
que hubo una mayor participación instrumental. En el extremo contrario se
sitúan estudiosos que, como Tim Carter, afirman que no hubo instrumentos
melódicos en el continuo, lo que haría que las disonancias con la voz fueran
mucho menos marcadas.
Los
coros son mayoritariamente a cinco voces y homofónicos en su tratamiento,
aunque en ellos no se puede negar el reflejo de la educación contrapuntística
que Peri recibió de su maestro Malvezzi. Buen ejemplo de ello es Al canto, al ballo, que cierra la
primera escena.
Euridice ocupa un lugar prominente
en la Historia de la Música por ser la primera ópera conservada en su
integridad, pero ha sido menospreciada musicalmente al lado de obras
posteriores, como Orfeo (1607) de
Claudio Monteverdi. Sin embargo, si se estudia más concienzudamente, la
partitura muestra muchas de las características que serían desarrolladas en Orfeo, además de una gran variedad
musical puesta al servicio de la expresión del texto.
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