Vivien Mary Hartley, conocida artísticamente
como Vivien Leigh, (nació en
Darjeeling, India, el 5 de noviembre de 1913. De familia acomodada asentada en
India, era hija del actor Ernest Hartley y de su esposa, Gertrude Mary Frances
Yackjee. En 1917, Ernest Hartley se trasladó a Bangalore, mientras que Gertrude
y Vivien se quedaron en Ootacamund. Recibió una espléndida educación e hizo su
aparición en escena a los tres años y cuatro meses, recitando Little Bo Peep para un grupo de
aficionados de teatro ingleses amigos de su madre. Gertrude Hartley la
introdujo en la literatura con obras de Hans Christian Andersen, Lewis Carroll
y Rudyard Kipling, así como historias de la mitología griega y las leyendas de
la India. Hija única, su madre la envió al colegio de monjas del Convento del
Sagrado Corazón en Roehampton, Inglaterra en 1920 a la edad de seis años.
Aprendió, sobre todo, las maneras de la alta sociedad, el inglés con buen
acento oxfordiano, francés e italiano. En el colegio de monjas se hizo amiga
con la futura Maureen O'Sullivan, algo mayor que ella, a quien expresó una vez
su deseo de ser actriz. Sus padres consiguieron que ingresara en la Royal
Academy of Dramatic Art (RADA) de Londres. Debutó en el teatro en 1934 con la
obra The Green Sash. También trabajó
como modelo aprendiendo a ocultar un gran defecto: sus grandes manos.
Se
casó con el abogado Herbert Leigh Holman, el 20 de diciembre de 1932 en St.
James, una iglesia católica inglesa, de quien tomó su apellido marital y
posteriormente artístico. Tras su matrimonio, terminó sus estudios en la Royal
Academy y el 12 de octubre de 1933 dio a luz a una hija, Suzanne; Vivien se vio
abrumada por la vida doméstica, por lo que la niña vivió parte de su vida con
su padre; la actriz padecía un trastorno bipolar, nunca asumido, que, andando
el tiempo, obligó a someterla ocasionalmente a terapia electroconvulsiva. Sus
amigos la recomendaron para un pequeño papel en la película Things Are Looking Up (1935), dirigida por Albert de Courville [con
anterioridad había tenido dos pequeños papeles en dos producciones británicas: la
comedia Look Up and Laugh (1935), de Basil
Dean, y The Village Squire (1935), de
Reginald Denham].
Empezó
a destacar en el teatro en el Ambassadors Theatre de Londres con la obra de
Henriette Duqesnoy, La Máscara de la
Virtud (The Mask of Virtue, 1935)
y su agente John Gliddon la recomendó al productor Alexander Korda.
También
en 1935 tuvo su primer papel destacado en la película Gentlemen's Agreement (1935), de George Pearson. Según el British
Film Institute, no existe ninguna copia conocida, por lo que estaría perdida.
Sus
trabajos escénicos se vieron enriquecidos con su llegada al conocido teatro Old
Vic, en donde coincidió por primera vez con el actor shakesperiano Laurence
Olivier. A pesar de su relativa inexperiencia, Leigh fue
elegida para interpretar a Ofelia en la adaptación teatral de la obra escrita
por William Shakespeare Hamlet, la cual se presentó en Elsinor, Dinamarca.
Los
dos formaron pareja en la vida real y en varias producciones del legendario autor y terminaron
enamorándose. En el cine también coincidieron en Inglaterra en llamas (Fire
Over England, 1937), un film de aventuras dirigido por William K. Howard y
producido por Alexander Korda y Erich Pommer.
En
cuanto a su carrera cinematográfica, Vivien siguió apareciendo en buenas
películas británicas como:
La mujer
enigma [Dark Journey (The Anxious Years), 1937)], de Victor
Saville. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), un espía alemán y una
espía británica se conocen y no pueden evitar enamorarse.
Tormenta
a la vista (Storm in a Teacup, 1937), de Ian Dalrymple, Victor Saville. El
despótico alcalde de un pequeño pueblo británico maltrata a una pobre vendedora
ambulante, cuya perrita le ha sido confiscada por no haber pagado las tasas
municipales. Un periodista que presencia la escena la publica en su periódico,
razón por la cual será llamado a declarar en el juicio como testigo.
Un yanqui en Oxford (A Yank at Oxford, 1938), de Jack Conway, junto con Robert Taylor,
Lionel Barrymore y Maureen O'Sullivan. Un atleta del Medio Oeste americano
recibe una beca para estudiar en Oxford, pero allí tendrá que adaptarse a las
tradiciones inglesas.
Callejón
sin salida (St. Martin's
Lane AKA Sidewalks of London, 938),
de Tim Whelan. Charles
Saggers, un artista callejero algo pícaro y poco agraciado físicamente,
contrata como ayudante a la bella Libby, una muchacha que sobrevive a duras
penas, bailando y robando carteras a los transeúntes. Juntos, crean números
originales y consiguen atraer a numerosos viandantes, entre los que se
encuentra un avispado productor teatral llamado Harley, que decide contratar a
Libby para su espectáculo. Así, mientras la carrera de ella avanza hacia el
estrellato, Saggers queda relegado al olvido, teniendo, además, que superar el
amor imposible que siente por Libby.
Estas
películas ayudaron al incremento de su popularidad, sobre todo en Estados
Unidos.
La
fama mundial le llegó cuando David O. Selznick se fijó en ella para que protagonizara
la versión cinematográfica de la novela de Margaret Mitchell Lo que el viento
se llevó (Gone with the Wind, 1939). Inicialmente
Leigh no fue barajada para el papel de Scarlett O'Hara pues no era una actriz
popular en los Estados Unidos. Hizo una audición en Hollywood y fue elegida de
entre un grupo de grandes estrellas como Lucille Ball, Carole Lombard (la
esposa de Clark Gable), Paulette Goddard (quien ya tenía el papel casi seguro),
Jean Arthur, Joan Bennett, Bette Davis (quien rechazó el papel por haber hecho
un año antes Jezabel) y Katharine Hepburn. Parece que Vivien obtuvo el papel
gracias a George Cukor, quien iba a dirigir la película hasta que fue
sustituido por Victor Fleming. Se
cuenta que Cukor fue apartado del proyecto por orden de Clark Gable, quien se
sentía incómodo porque Cukor conocía ciertos detalles comprometedores de su
pasado.Durante años corrió el falso rumor de que en el set
Vivien no se sentía cómoda ya que Clark Gable y ella no se llevaban bien y
siempre discutían por la halitosis que este se propiciaba para desagradar a la
actriz. Olivia de Havilland, la única actriz que aún vive de
los actores principales, la recuerda como “una mujer muy dulce y profesional”
refiriéndose a que Vivien que era inglesa tuvo que aprender el acento sureño. Su actuación inolvidable como
Scarlett O'Hara la catapultó a la fama mundial haciendo de ella una de las
actrices más reconocidas de todos los tiempos tras Bette Davis y Katharine
Hepburn. Esa interpretación le valió un premio Oscar de la Academia.
A pesar del éxito que le proporcionó este título,
Vivien seguiría prefiriendo el teatro al cine, y en las posteriores décadas
sólo participó en contadas películas.
(cont.)
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