jueves, 7 de noviembre de 2013

Biografías de cine: Vivien Leigh (centenario de su nacimiento) (I)

Vivien Mary Hartley, conocida artísticamente como Vivien Leigh, (nació en Darjeeling, India, el 5 de noviembre de 1913. De familia acomodada asentada en India, era hija del actor Ernest Hartley y de su esposa, Gertrude Mary Frances Yackjee. En 1917, Ernest Hartley se trasladó a Bangalore, mientras que Gertrude y Vivien se quedaron en Ootacamund. Recibió una espléndida educación e hizo su aparición en escena a los tres años y cuatro meses, recitando Little Bo Peep para un grupo de aficionados de teatro ingleses amigos de su madre. Gertrude Hartley la introdujo en la literatura con obras de Hans Christian Andersen, Lewis Carroll y Rudyard Kipling, así como historias de la mitología griega y las leyendas de la India. Hija única, su madre la envió al colegio de monjas del Convento del Sagrado Corazón en Roehampton, Inglaterra en 1920 a la edad de seis años. Aprendió, sobre todo, las maneras de la alta sociedad, el inglés con buen acento oxfordiano, francés e italiano. En el colegio de monjas se hizo amiga con la futura Maureen O'Sullivan, algo mayor que ella, a quien expresó una vez su deseo de ser actriz. Sus padres consiguieron que ingresara en la Royal Academy of Dramatic Art (RADA) de Londres. Debutó en el teatro en 1934 con la obra The Green Sash. También trabajó como modelo aprendiendo a ocultar un gran defecto: sus grandes manos.
Se casó con el abogado Herbert Leigh Holman, el 20 de diciembre de 1932 en St. James, una iglesia católica inglesa, de quien tomó su apellido marital y posteriormente artístico. Tras su matrimonio, terminó sus estudios en la Royal Academy y el 12 de octubre de 1933 dio a luz a una hija, Suzanne; Vivien se vio abrumada por la vida doméstica, por lo que la niña vivió parte de su vida con su padre; la actriz padecía un trastorno bipolar, nunca asumido, que, andando el tiempo, obligó a someterla ocasionalmente a terapia electroconvulsiva. Sus amigos la recomendaron para un pequeño papel en la película Things Are Looking Up (1935), dirigida por Albert de Courville [con anterioridad había tenido dos pequeños papeles en dos producciones británicas: la comedia Look Up and Laugh (1935), de Basil Dean, y The Village Squire (1935), de Reginald Denham].


Empezó a destacar en el teatro en el Ambassadors Theatre de Londres con la obra de Henriette Duqesnoy, La Máscara de la Virtud (The Mask of Virtue, 1935) y su agente John Gliddon la recomendó al productor Alexander Korda.
También en 1935 tuvo su primer papel destacado en la película Gentlemen's Agreement (1935), de George Pearson. Según el British Film Institute, no existe ninguna copia conocida, por lo que estaría perdida.
Sus trabajos escénicos se vieron enriquecidos con su llegada al conocido teatro Old Vic, en donde coincidió por primera vez con el actor shakesperiano Laurence Olivier. A pesar de su relativa inexperiencia, Leigh fue elegida para interpretar a Ofelia en la adaptación teatral de la obra escrita por William Shakespeare Hamlet, la cual se presentó en Elsinor, Dinamarca.
 Los dos formaron pareja en la vida real y en varias producciones del legendario autor y terminaron enamorándose. En el cine también coincidieron en Inglaterra en llamas (Fire Over England, 1937), un film de aventuras dirigido por William K. Howard y producido por Alexander Korda y Erich Pommer.
En cuanto a su carrera cinematográfica, Vivien siguió apareciendo en buenas películas británicas como:
La mujer enigma [Dark Journey (The Anxious Years), 1937)], de Victor Saville. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), un espía alemán y una espía británica se conocen y no pueden evitar enamorarse.
Tormenta a la vista (Storm in a Teacup, 1937), de Ian Dalrymple, Victor Saville. El despótico alcalde de un pequeño pueblo británico maltrata a una pobre vendedora ambulante, cuya perrita le ha sido confiscada por no haber pagado las tasas municipales. Un periodista que presencia la escena la publica en su periódico, razón por la cual será llamado a declarar en el juicio como testigo.
Un yanqui en Oxford (A Yank at Oxford, 1938), de Jack Conway, junto con Robert Taylor, Lionel Barrymore y Maureen O'Sullivan. Un atleta del Medio Oeste americano recibe una beca para estudiar en Oxford, pero allí tendrá que adaptarse a las tradiciones inglesas.
Callejón sin salida (St. Martin's Lane AKA Sidewalks of London, 938), de Tim Whelan. Charles Saggers, un artista callejero algo pícaro y poco agraciado físicamente, contrata como ayudante a la bella Libby, una muchacha que sobrevive a duras penas, bailando y robando carteras a los transeúntes. Juntos, crean números originales y consiguen atraer a numerosos viandantes, entre los que se encuentra un avispado productor teatral llamado Harley, que decide contratar a Libby para su espectáculo. Así, mientras la carrera de ella avanza hacia el estrellato, Saggers queda relegado al olvido, teniendo, además, que superar el amor imposible que siente por Libby.
Estas películas ayudaron al incremento de su popularidad, sobre todo en Estados Unidos.
La fama mundial le llegó cuando David O. Selznick se fijó en ella para que protagonizara la versión cinematográfica de la novela de Margaret Mitchell Lo que el viento se llevó (Gone with the Wind, 1939). Inicialmente Leigh no fue barajada para el papel de Scarlett O'Hara pues no era una actriz popular en los Estados Unidos. Hizo una audición en Hollywood y fue elegida de entre un grupo de grandes estrellas como Lucille Ball, Carole Lombard (la esposa de Clark Gable), Paulette Goddard (quien ya tenía el papel casi seguro), Jean Arthur, Joan Bennett, Bette Davis (quien rechazó el papel por haber hecho un año antes Jezabel) y Katharine Hepburn. Parece que Vivien obtuvo el papel gracias a George Cukor, quien iba a dirigir la película hasta que fue sustituido por Victor Fleming. Se cuenta que Cukor fue apartado del proyecto por orden de Clark Gable, quien se sentía incómodo porque Cukor conocía ciertos detalles comprometedores de su pasado.Durante años corrió el falso rumor de que en el set Vivien no se sentía cómoda ya que Clark Gable y ella no se llevaban bien y siempre discutían por la halitosis que este se propiciaba para desagradar a la actriz. Olivia de Havilland, la única actriz que aún vive de los actores principales, la recuerda como “una mujer muy dulce y profesional” refiriéndose a que Vivien que era inglesa tuvo que aprender el acento sureño.  Su actuación inolvidable como Scarlett O'Hara la catapultó a la fama mundial haciendo de ella una de las actrices más reconocidas de todos los tiempos tras Bette Davis y Katharine Hepburn. Esa interpretación le valió un premio Oscar de la Academia.
A pesar del éxito que le proporcionó este título, Vivien seguiría prefiriendo el teatro al cine, y en las posteriores décadas sólo participó en contadas películas. 
(cont.)

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