El 13 de noviembre de 1924 se estrenó la película de
terror, El gabinete de las figuras de cera AKA El hombre de las figuras de cera
(Das Wachsfigurenkabinett), dirigida por Paul Leni y Leo Birinsky, protagonizada por Emil Jannings,
Werner
Krauss, Conrad Veidt, William Dieterle, Olga Belajeff. Producida por Neptuno.
Sinopsis argumental: Casi desconocida película alemán, que atraviesa los géneros de terror y fantástico al mostrar a tres villanos históricos como figuras de un museo de cera. Conrad Veidt interpreta a Iván el Terrible, Emil Jannings a Harún-Al-Raschid y Werner Krauss a Jack el Destripador. La película se estructura en tres episodios. En el primero, un poeta (William Dieterle, más adelante uno de los más importantes artesanos del cine de Hollywood) coge un empleo en un Museo de Cera, para escribir historias sobre ciertas figuras. El primer bloque (el más extenso) está dedicado al inmenso sultán musulmán, que, mientras juega tranquilamente al ajedrez se ve molestado por el humo que asciende de la chimenea de una panadería. Iracundo, ordena a su visir que vaya a la panadería y decapite al dueño (William Dieterle). El cortesano intenta cumplir la orden, pero se detiene al conocer a la esposa del panadero (Olga Belajeff), quedándose prendado de su belleza. Cuando el Sultán se entera del hecho, decide él mismo salir del palacio y conocer a la mujer, al mismo tiempo que el panadero, en muestra de su amor, trata de introducirse en el Palacio y robar la sortija mágica del Sultán. La historia resultante es tan oriental como cualquier cuento de las Mil y Una noches, y, a pesar de ser la más extensa, ofrece un apreciable climax en la persecusión del pobre panadero. El segundo episodio (de menor duración), ofrece una evocación muy particular de Iván el Terrible y su corte, en ocasión de la partida del Zar a una boda. Temiendo por su vida, toma cierta precaución que burla a unos conspiradores, aunque no logra zafarse de sus propios miedos, y termina perdiendo el sano juicio (si es que alguna vez tuvo uno). El tercer segmento que, con su duración de 8 minutos, es el más breve de todos, se inicia con el escritor quedándose dormido luego de febril labor, y soñando que Jack el Destripador lo persigue a él y a la hija del dueño del Museo. Entre las secuencias del asesino acercándose a la cámara a través de una ventana y las de Iván el Terrible descendiendo por la escalera de su sótano de torturas, residen algunas de las más terroríficas imágenes surgidas del cine expresionista alemán.
Sinopsis argumental: Casi desconocida película alemán, que atraviesa los géneros de terror y fantástico al mostrar a tres villanos históricos como figuras de un museo de cera. Conrad Veidt interpreta a Iván el Terrible, Emil Jannings a Harún-Al-Raschid y Werner Krauss a Jack el Destripador. La película se estructura en tres episodios. En el primero, un poeta (William Dieterle, más adelante uno de los más importantes artesanos del cine de Hollywood) coge un empleo en un Museo de Cera, para escribir historias sobre ciertas figuras. El primer bloque (el más extenso) está dedicado al inmenso sultán musulmán, que, mientras juega tranquilamente al ajedrez se ve molestado por el humo que asciende de la chimenea de una panadería. Iracundo, ordena a su visir que vaya a la panadería y decapite al dueño (William Dieterle). El cortesano intenta cumplir la orden, pero se detiene al conocer a la esposa del panadero (Olga Belajeff), quedándose prendado de su belleza. Cuando el Sultán se entera del hecho, decide él mismo salir del palacio y conocer a la mujer, al mismo tiempo que el panadero, en muestra de su amor, trata de introducirse en el Palacio y robar la sortija mágica del Sultán. La historia resultante es tan oriental como cualquier cuento de las Mil y Una noches, y, a pesar de ser la más extensa, ofrece un apreciable climax en la persecusión del pobre panadero. El segundo episodio (de menor duración), ofrece una evocación muy particular de Iván el Terrible y su corte, en ocasión de la partida del Zar a una boda. Temiendo por su vida, toma cierta precaución que burla a unos conspiradores, aunque no logra zafarse de sus propios miedos, y termina perdiendo el sano juicio (si es que alguna vez tuvo uno). El tercer segmento que, con su duración de 8 minutos, es el más breve de todos, se inicia con el escritor quedándose dormido luego de febril labor, y soñando que Jack el Destripador lo persigue a él y a la hija del dueño del Museo. Entre las secuencias del asesino acercándose a la cámara a través de una ventana y las de Iván el Terrible descendiendo por la escalera de su sótano de torturas, residen algunas de las más terroríficas imágenes surgidas del cine expresionista alemán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario