Seguidos de once largos más en los cinco años comprendidos entre 1923 y 1928:
Las tres edades (Three Ages, 1923), de Buster Keaton y Edward F. Cline. En su primer largometraje en el cine, el genial Buster Keaton hace una parodia de Intolerancia, de D.W. Griffith, al tiempo que muestra sus dotes dramáticas y cómicas (siempre serio) mientras compite con Wallace Beery por conseguir el amor de Margaret Leahy en tres épocas diferentes: la prehistoria, la antigua Roma y la (entonces) edad moderna: los años veinte.
La ley de la hospitalidad (Our Hospitality, 1923), de Buster Keaton y John G, Blystone. Los Canfield y los McKay han heredado una enemistad que ha pasado de padres a hijos durante muchas generaciones. Pero, por caprichos del destino, Willie McKay (Buster Keaton) coge un tren en Nueva York, en el que conoce a Virginia Canfield (Natalie Talmadge)...
El moderno Sherlock Holmes (Sherlock Jr. AKA Sherlock Junior, 1924), de Buster Keaton. Película sobre el mundo del cine, Keaton es un proyeccionista que sueña con ser un detective cuando, milagrosamente, se encuentra dentro de la película que está proyectando. Allí intentará salvar a su amada de las garras del villano. Una de las más aclamadas cintas de cine mudo llena de gags visuales y con un portentoso Buster Keaton.
El navegante (The Navigator, 1924), de Donald Crisp y Buster Keaton. Un armador, de cuya hija está enamorado Buster Keaton, vende uno de sus barcos a un país que está en guerra con otro. Sin embargo, los agentes de este último país tienen la misión de dejar el barco a la deriva para que naufrague. En medio de esta trama, Buster y su enamorada se embarcan en el navío, sin saber que éste va a la deriva.
Siete ocasiones (Seven Chances, 1925), de Buster Keaton, considerada una obra maestra del cine. El agente de bolsa Jimmy Shannon está cercano a la bancarrota cuando un abogado le presenta el testamento de su abuelo legándole 7 millones de dólares. Pero para poder heredar ese dinero deberá casarse antes de las 7 de la tarde de su 27 cumpleaños... ¡Y eso es hoy!
El rey de los cowboys (Go West, 1925), de Buster Keaton. Un joven que no encuentra trabajo en su pueblo natal emigra a Nueva York en busca de un futuro mejor, pero nada más llegar se siente abrumado por la vida de la gran ciudad y decide probar suerte en cualquier otro sitio. Se cae de un tren cerca de un rancho y se convierte en un vaquero muy especial...
El boxeador (Battling Butler, 1926), de Buster Keaton. Un millonario de enamora de una joven y quiere casarse con ella, pero la familia de la chica le desprecia porque es un hombre debilucho y escuálido. Para ganarse su respeto, y a sugerencia de su fiel mayordomo, se hará pasar por un campeón de boxeo que tiene su mismo nombre, Alfred Butler. El plan le da resultado; sin embargo, cuando en los diarios se anuncia un combate del verdadero boxeador llegan los problemas. El millonario tiene que sacrificarse y empieza a entrenarse para que su farsa no sea descubierta...
El maquinista de la General (The General, 1926), de Buster Keaton y Clyde Bruckman. Está considerada la cima de la filmografía de Keaton. Johnny Gray (Buster Keaton) es maquinista en un estado del Sur y tiene dos grandes amores: una chica (Anabelle Lee) y una locomotora (La General). En 1861, al estallar la Guerra de Secesión, Johnny intenta alistarse, pero el ejército considera que será más útil trabajando en la retaguardia. Sin embargo, Anabelle cree que es un cobarde y lo rechaza. El maquinista sólo podrá demostrar su auténtico valor cuando un comando nordista infiltrado en las líneas confederadas le robe "La General" y rapte a Anabelle. Johnny no dudará un segundo en subirse a otra locomotora y perseguir a los yanquis para recuperar a sus dos amadas. El maquinista de la General es considerada hoy día como una obra maestra, pero en el momento de su estreno resultó un fracaso comercial.
El colegial (College, 1927), de James W. Horne. En un campus universitario, un estudiante modelo (Keaton) intenta destacar en las pruebas de atletismo para conseguir la atención de la chica que le gusta.
El héroe del río (Steamboat Bill, Jr., 1928), de Charles Reisner (AKA Charles Riesner), Buster Keaton. Los propietarios de dos barcos fluviales compiten por el control del transporte de mercancías por el río Mississippi. Bill, uno de ellos, espera la llegada de su hijo Willie (Buster Keaton), que ha estado estudiando en la ciudad, para que le ayude en el negocio. Pero Willie se ha convertido en un petimetre inexperto y, además, se enamora de la hija del rival de su padre, lo que agudiza las tensiones entre los dos propietarios.
El cameraman (The Cameraman, 1928), de Edward Sedgwick y Buster Keaton. Luke Shannon (Keaton) trabaja para un programa informativo como operador de cámara. Él sueña con que lo contrate la MGM, sobre todo para estar cerca de una guapa oficinista (Day). Un día, inesperadamente, se encuentra en medio de una noticia importantísima.
Fue en esta época cuando modeló su personaje, un joven tragicómico, que se enfrenta a las desgracias con una absoluta inexpresividad, que hizo que le bautizaran como stone face ("cara de piedra", pero en España fue conocido como "cara de palo"). Se encontraba en excelente forma física, era capaz de trabajar incesablemente a pesar de dormir menos de cinco horas dirías podía beber copiosamente sin que ello afectara a su salud; y, si necesitaba una locomotora antigua o transatlántico, Schenck se apresuraba a ponerlos a su disposición.
Mientras que otros actores cómicos recurrían a la mímica, para darles expresión a sus personajes, utilizaba las acrobacias, para las que, por lo general, se negaba a usar dobles o especialistas, y que realizaba en planos largos y sin interrupciones. Todas las proezas que realizó en El maquinista de la general (1926) (el tronco que rebota), ni la del salto al agua desde gran altura de El navegante (1924). Las hazañas en El héroe de río, fueron realizadas todas por él mismo. En El comparsa (1929) se le ve en un solo plano luchar desesperadamente con el "malo" desde un e extremo al otro de un lujoso yate, caerse al mar desde una gran altura, verse arrastrado por la corriente y trepar por una cuerda para continuar la pelea. En El rostro pálido, llegó a saltar desde una altura de 24 metros sobre una red; en La ley de la hospitalidad (1923), casi se ahoga filmando la escena de la cascada; y en la película El moderno Sherlock Holmes, se rompió el cuello en una escena de riesgo, aunque siguió rodando y realizando acrobacias a pesar de los terribles dolores de cabeza que el accidente le causó.
Buster Keaton en una secuencia de El maquinista de la General |
Fue en esta época cuando decidió cambiar de productor. Gracias a su cuñado (Schenck estaba casado con Norma Talmadge), no tuvo ninguna acción en su propia compañía, lo que le impulsó a cometer "el mayor error de mi vida", su traslado a la Metro Goldwin Mayer. Pero fue también gracias a Schenck que, durante los últimos años del cine mudo, ganó de una libertad aparentemente ilimitada para hacer lo que quería, sin restricciones presupuestarias ni concesiones a la taquilla.
(cont.)
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