El 21 de diciembre de 1962 se estrenó El proceso (Le procès), dirigida por Orson Welles e interpretada por Anthony Perkins, Jeanne Moreau, Romy Schneider, Elsa Martinelli, Suzanne Flon, Akim Tamiroff, Orson Welles. Producida por Hisa Films y distribuida por UFA-Cormacico.
Sinopsis argumental: Cuando un hombre se despierta por la mañana, se encuentra con que la policía ha entrado en su habitación y lo arresta, tras acusarlo de haber cometido un crimen.
Nominaciones y premios: Premio a la mejor película del French Syndicate Of Cinema Critics (FSCC).
Comentario:Dirigida y coescrita por Orson Welles, es l octava de sus once películas. Se inspira libremente en la obra homónima inacabada de Kafka, publicada (1925) tras su muerte. Los productores fueron Ilya y Michael Salkind, que hicieron al autor elegir entre 15 obras literarias.
La acción tiene lugar en los primeros años 60, en una localidad no especificada. Narra la historia, el sueño o la pesadilla, de un empleado tímido y gris, que una madrugada ve interrumpido su descanso por unos policías desconocidos que le informan que está sometido a proceso judicial, sin acusación explícita, sin delito y sin arresto preventido. Con decisión Joseph K (Anthony Perkins) asume la tarea de desentrañar el misterio, pero la fatiga y el desánimo lentamente hacen mella en su ánimo. La película conserva la esencia kafkiana de la lucha perdida entre el protagonista inocente y un ser superior que domina su destino. A ello Welles añade su habitual crítica del poder y de las instituciones que lo representan. El estilo narrativo es barroco, exhuberante, ampuloso, expresionista y manierista, que el autor adereza con tenebrismo, espacios claustrofóbicos y surrealistas (laberínticos y sin límites), diálogos con palabras inexistentes (pornógrafo, ovalar). Visualiza la insignificancia de K ante un poder caprichoso, caótico e impune: lo sitúa ante decorados enormes y en espacios inmensos. Crea una atmósfera de pesadilla, misterio, inseguridad y desesperanza. Son momentos memorables, la visión de más de 600 empleados silenciosos en un espacio único, las dimensiones del ordenador central con información de todos los ciudadanos y de los hechos que les afectan, el despacho surrealista del abogado Hastler donde esconde a un magistrado y custodia bajo llave a un acusado, la escena de amor entre Leni y K (que no agradó al público, acostumbrado a los papeles dulzones de Romy Schneider) y la secuencia final.
La música repite reiterativamente el adagio de Albinoni. La fotografía hace uso de múltiples recursos: primeros y primerísimos planos (el ojo que mira por una rendija), picados y contrapicados, planos-secuencia (la visita de la policía a K), imágenes de gran angular y la sucesión frenética de las escenas finales. Hace gala de su virtuosismo visual y no oculta la admiración por Lang. El guión hilvana una sucesión de escenas separadas y poco conexas, que incrementan el clima de pesadilla, incertidumbre, desconcierto y tragedia. Es emotivo el alegato de K ante el Tribunal. La interpretación de Perkins es excelente y soberbia la de Welles. Son impecables y gratas las intervenciones de una espléndida Romy Schneider (Leni), Elsa Martinelli (Hilda) y Akim Tamiroff (Block). La dirección construye una obra sólida y conmovedora, que resume un año de vida profundamente trágica.
Película inpresionante, de gran fuerza, de narración visual magnífica, de interpretación excelente y de toque magistral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario