El 28 de diciembre de 1945 se estrenó Perversidad (Scarlet Street), dirigida por Fritz Lang y protagonizada por Edward G. Robinson, Joan Bennett, Dan Duryea, Jess Baker, Margaret Lindsay, Rosalind Ivan, Samuel S. Hinds, Vladimir Sokoloff. Producción y distribución: Universal Pictures.
Sinopsis argumental: Christopher Cross es un simple cajero infelizmente casado, pero tiene un raro talento para la pintura. En cierta ocasión, conoce a una aventurera de la que se enamora y le hace creer que es un pintor de éxito. La chica y su novio, un individuo sin escrúpulos, aprovechan la ocasión para explotar al pobre hombre, que llegará incluso a cometer un desfalco en su empresa para que ella siga creyendo que es un artista de éxito.
Comentario: Décimo largometraje norteamericano del realizador de origen austriaco Fritz Lang, basado en la novela del escritor y novelista francés Georges de La Fouchardière titulada La Chienne (La golfa), que sirvió para que el cineasta galo Jean Renoir la llevara a la gran pantalla por primera vez en 1931 bajo el título original homónimo en francés de la novela, y traducida como Isn't Life a Bitch?, es homenajeada a su vez por Lang en esta especie de remake del original francés sacando si cabe mayor tajada del trasunto, y con la colaboración en las lides de guionista de Dudley Nichols.
El relato es mucho más pesimista, desgarrador y sombrío que en la versión de 1931. Hace uso de un estilo que da gran importancia a la sugerencia y a las indicaciones rápidas y sutiles. Los caracteres se definen con precisiones nuevas, que ahondan los trazos de fragilidad, frustración y desolación de los personajes. Lang desarrolla un relato denso, angustioso y claustrofóbico, sin dar un momento de respiro al espectador. El resultado es un drama agobiante, pesimista, melancólico y desgarrador, que penetra en el alma y deja en ella huellas que pueden durar semanas o años. Crea una atmósfera agobiante, de pesadilla, que se apodera del público y de la que éste no puede escapar. No faltan abusos, violencia de género, violencia emocional, humillaciones, manipulaciones turbias y actos de sumisión. En la mayoría de los casos estas incidencias se presentan desde la distancia o desde posiciones que dificultan la visión directa y clara. Las elipsis y los sobreentendidos dejan en manos de la imaginación cruel del espectador la definición de sugerencias cortadas antes de tiempo en fundidos que equivalen a puntos suspensivos. Es uno de los trabajos más personales de Lang.
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