El 22 de diciembre de 1808, Ludwig van Beethoven estrena en Viena (Imperio Austro-Hungaro), la Sinfonía nº 5 y 6, Fantasía coral y el Concierto para piano nº 4.
La primera página autógrafa de la Quinta Sinfonía deBeethoven, con el famoso "motivo del destino". |
La Sinfonía nº 5 en do menor, op. 67, de Ludwig van Beethoven fue compuesta entre 1804 y 1808. Esta sinfonía es una de las composiciones más populares y conocidas de la música del Romanticismo (es erróneo considerar esta obra como clásica, ya que clasicismo se aplica a las obras comprendidas en el siglo XVIII cuyos máximos exponentes fueron Mozart y Haydn)y una de las sinfonías más interpretadas. Consta de cuatro movimientos: empieza con un allegro de sonata, continúa con un andante y finaliza con un scherzo ininterrumpido, que comprende las dos últimas partes. Desde su estreno en el Theater an der Wiende de Viena, dirigida por el compositor, la obra adquirió un notorio prestigio, que aún continúa en la actualidad. E. T. A. Hoffmann describió la sinfonía como "una de las obras más importantes de todos los tiempos". En España se estrenó la noche del 19 de diciembre de 1838, en el Teatro de Madrid, y un mes más tarde en el Liceo de Barcelona.
Manuscrito original de la sinfonía. |
La Sinfonía n.º 6 en fa mayor, op. 68, "Pastoral", fue terminada por Ludwig van Beethoven en 1808. Es una de las pocas obras de música programática de Beethoven, y el compositor la subtituló Recuerdos de la vida campestre. La Sexta Sinfonía fue compuesta simultáneamente con la más famosa de Beethoven —y la más potente—Quinta Sinfonía. Fue estrenada junto a ésta en un exageradamente largo concierto en el Theater an der Wien de Viena. Fue recibida fríamente, sobre todo debido a su más brillante contraparte, la Quinta. Si bien la Sexta contiene algunos de los pasajes más hermosos del músico de Bonn, la gente deseaba otra obra cargada y aventurera, y la obra relativamente calmada e introspectiva no fue muy de su agrado. A pesar de su estreno poco auspicioso, la pieza se ha convertido poco a poco en una de las obras centrales del repertorio sinfónico. Es la favorita de muchos oyentes y es muy frecuentemente interpretada y grabada en la actualidad. La obra dura alrededor de 40 minutos.
La Fantasía para piano, orquesta y coro en Do menor, Op. 80, es una de las obras más singulares de Ludwig van Beethoven. Se estren, en un maratónico concierto, que fue la última aparición pública de Beethoven como solista, con las citadas al principio, el aria Ah, pérfido! y tres movimientos de la Misa latina en sol bemol Op. 86. Tres semanas antes del estreno, Beethoven consideró darle un final grandioso a la Op. 80 y compuso la parte del coro. La pieza completa fue escrita en muy poco tiempo; pero la introducción, sólo de piano, no estaba todavía en papel para el estreno, sino que Beethoven la improvisó. Antes de comenzar, el maestro olvidó decirle al coro que se saltara la segunda repetición —para ahorrar tiempo y porque, como la tinta todavía estaba fresca, no se sentía seguro de la obra—; pero, llegado el momento, siguió tocando. Reconoció que el error había sido suyo y empezaron de nuevo, desde el principio. Del extenuante concierto, ésta es sólo una anécdota famosa. El concierto de estreno debió ser algo desastroso; de acuerdo con el secretario del compositor, Anton Felix Schindler, "fracasó, simplemente", un resultado atribuible al poco ensayo. Sólo Ralph Vaughan Williams ha escrito otra pieza para piano, orquesta y coro.
El Concierto para piano y orquesta n° 4 en sol mayor, Opus 58 de fue compuesto entre in 1805 y 1806; de él no existen copias autógrafas. La obra está escrita para un piano solo y una orquesta que contiene: 1 flauta, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagots, 2 cornos, 2 trompetas, timbales y cuerdas. Como es usual en el concierto clásico, tiene tres movimientos: Primer movimiento: Allegro moderato; Segundo movimiento: Andante con moto y Tercer movimiento: Rondo (Vivace) El cuarto concierto fue estrenado por Beethoven como solista en un concierto privado dado en marzo de 1807 en el palacio de su patrón, el príncipe Lobkowitz. Sin embargo, el estreno público no fue hasta el 22 de diciembre de 1808 en el Theater an der Wien de Viena de nuevo con Beethoven al piano. Beethoven dedicó el concierto a su amigo, alumno y patrón el Archiduque Rudolf de Austria. Un comentario en el Allgemeine Musikalische Zeitung de mayo de 1809 dice que "[este concierto] es el más admirable, singular, artístico y complejo concierto que Beethoven haya escrito». Empero, después de su estreno la obra fue olvidada hasta 1836, cuando fue reflotada por Félix Mendelssohn. El primer movimiento comienza con un solo de piano, que toca acordes simples en la tónica principal antes de modular a la dominante. Sorprendentemente, la orquesta entra entonces en si mayor, lo que crea un cambio a un acorde de tercera que se revela en sí como un motivo del primer movimiento. Franz Liszt caracterizó el segundo movimiento como un diálogo entre el piano (Orfeo) y las Furias, representada por las cuerdas al unísono. Su quieto final en mi menor se enlaza sin pausa con los acordes de do mayor que comienzan el finale. El tercer movimiento es un Rondo con un tema muy rítmico, diferente en su carácter de aquél del primer movimiento, más en tono de diálogo y calmado. Emil Ludwig, el más importante biógrafo de Beethoven, lo considera también el "más perfecto concierto para solo instrumento jamás compuesto".
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