¡Boom!
Traducción de Li Yifan
Kallas
Madrid
2013
509 págs.
El narrador es Luo Xiaotong, un joven de unos veinte años que en su “verborrea” hace posible que lo “irreal” se convierta en “real”. Este joven ha decidido hacerse monje budista a las órdenes del monje Lan, que habita en el Templo Wutong de una pequeña localidad campesina. Xiaotong necesita contar al monje su vida hasta ese momento, sobre todo su infancia hasta los doce años. En la narración se alternan el pasado, su vida con sus padres en el Pueblo de la Matanza, la parte más extensa de la novela, y el presente, con Xiaotong recluido en el Templo, con el monje como único oyente de su historia, a la vez que aparecen diferentes personajes que interrumpen su relato.
La historia de su infancia hasta que abandona el Pueblo de la Matanza es el argumento principal y lo más interesante de este libro. Se trata de un pueblo que ha abandonado todas las actividades agrícolas para transformarse en un ilegal matadero que hace negocio con la venta de carne. Xiaotong solo piensa en comer carne, la única meta en su vida. En el pueblo destaca el señor Lan, al alcalde, quien controla todas las actividades, tanto las legales como las ilegales. El padre de Xiatong, Luo Tong, siempre está enfrentado al señor Lan, con quien compite hasta por sus amantes. Pero el enfrentamiento latente de Tong con el señor Lan acabará por estallar.
¡Boom! es la primera novela del escritor chino Mo Yan que se publica en castellano desde que se le concediera en 2012 el Nobel de Literatura. La novela es de 2003 y se publica ahora en una traducción directa del chino. El año pasado, en Seix Barral, se publicó Cambios, un sencillo texto memorialístico donde Mo recordaba su iniciación como escritor.
¡Boom! contiene todos los rasgos que la Academia sueca resaltó de la literatura del autor de Sorgo rojo: “mezcla de fantasía y realidad, de perspectiva histórica y social”, inspirada en “la tradición literaria china y la cultura narrativa popular”. Como otras novelas, ¡Boom! está ambientadas en un mundo rural primitivo, aunque aquí se atisba ya algo de modernidad.
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