El 4 de enero de 1917 se estreno Juana de Arco (Joan The Woman), dirigida por Cecil B. DeMille y protagonizada por Geraldine Farrar, Raymond Hatton, Hobart Bosworth, Theodore Roberts, Wallace Reid, Charles Clary, James Neill, Tully Marshall. Producida por Paramount y distribuida por Famous Players-Lasky.
Sinopsis argumental: John Trent, un oficial británico de la Primera Guerra Mundial, encuentra una antigua espada en su trinchera justo antes de ser voluntario, al día siguiente, para lo que equivaldría a una misión suicida. Esa noche es visitado por el espíritu de Juana de Arco y es transportado de vuelta al siglo XV. La historia de Joan comienza cuando, siendo una campesina, conoce a los antepasados de Trent, también soldados ingleses, luchando por los borgoñones. Después de que Trent sea capturado, Joan se puso bajo las órdenes del Delfín, el heredero al trono de en conocimiento de la asediada Dauphin, heredero al trono de Francia, que no pueden ser coronado porque los ingleses se han apoderado de Orleans, la ciudad real. El débil Delfín, está impresionado por las visiones de Juana, en las que le otorgan el mando de los ejércitos franceses. Ella alcanza la vicaria, libera Orleans y el Delfín es coronado como el nuevo rey de Francia. Joan rechaza los requiebros amorosos de Trent y continúa su lucha para liberar el resto de su país de la ocupación Inglesa. Siniestras fuerza, tanto inglesas como francesas, conspiran contra ella...
Comentario: Filmada con fines propagandísticos, pues fue realizada durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), se postulaba claramente a favor de la participación de los Estados Unidos en la contienda.
El estilo Cecil B. de Mille se mostraba por primera vez en todo su esplendor: grandiosos decorados, millares de extras, erotismo misógino y cierto rigor histórico.
La gran estrella de la época, la cantante de ópera Geraldine Farrar, convence y por momentos maravilla, con una actuación que si bien no rompe con la corriente histriónica del cine mudo, es capaz de captar la naturaleza humana de un personaje tan complejo como Juana de Arco. DeMille, acentúa en esta cinta la imagen menos ascética, con ciertas cargas eróticas (para la época). Farrar implicada en el proyecto y bajo la batuta de un director que muchos definieron como tiránico, descubrió una nueva forma de depilarse. En las escenas finales, Farrar ordenada por el director, aguantó rodeada de llamas hasta los instantes finales donde fue sustituida por un muñeco que se quemó rápidamente. La cara de circunstancia de la actriz, unido al uso del color en las llamas conseguía que la escena ganara en realismo.
DeMille será uno de los primeros en usar el flashback en un largometraje. Consigue así solapar la historia de Juana de Arco con la Gran Guerra.
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