viernes, 10 de enero de 2014

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) en el cine (III)

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Para el cine, el mundo de la posguerra había cambiado enormemente. Las industrias británica y francesa sufrieron mucho, como consecuencia del conflicto y de la depresión financiera que siguió. La producción británica en general disminuyo en la primera mitad de la década de 1920, pero en los dos últimos años del período mudo se produjo una especia de resurrección y el cine bélico volvió a ponerse de moda según la población iba olvidándose de los horrores de la guerra:
  • Blighty (1927), de Adrian Brunel, sobre un chófer que se convierte en oficial y a cuida a la viuda y a su hijo de se anterior jefe, fue una de las porteras producciones de Michael Benton.

  • Dawn (1928), de Herbert Wilcox, interpretada por Sybil Thorndike, como Edith Cavell, la valiente enfermera ejecutada por los alemanes en 1914 por ayudar a huir a un grupo de hombres desde Bélgica a Inglaterra, fue prohibida por la censura tras una serie de protestas del embajador alemán al secretario del Foreing Office, y sólo pudo exhibirse después de que el London County concediera de mala gana su permiso.

  • La patrulla perdida (The Lost Patrol, 1929), de Walter Summers, fue una película basada en la novela de 1927, Patrol de Philip MacDonald. En 1934 John Ford realizaría un remake.
Junto con el productor H. Bruce Woolfe y el operador, Geoffrey Barkas, Walter Summers fue el responsable de una serie de películas semidocumentales sobre batallas en la Gran Guerra, realizadas entre 1921 y 1928. La primera de ellas fue La batalla de Jutlandia (The Battle of Jutland, 1921), utilizaba los dibujos animados y el material de archivo. En las restantes predominaban inevitablemente las escenas reconstruidas. El tono era de patriotismo estridente, inspirado por Woolfe, un acérrimo defensor del Imperio británico.
El cine inglés del período mudo no respondió con demasiado entusiasmo a la Gran Guerra y perdió en muchos casos algunas de sus mejores oportunidades.
Hollywood, por el contrario, había florecido, alcanzando una posición internacional a la que no estaba dispuesto a renunciar. En Rusia, la década que siguió a la revolución de 1917 dio lugar a algunas de las mejores obras de los primeros realizadores soviéticos. Aunque abordaban por lo general temas contemporáneos y recientes, rara vez estudiaron la guerra, que se había visto ensombrecida por la mayor importancia de los acontecimientos de 1917. En Alemania, el movimiento expresionista de la década de 1920 demostró ser efímero, viéndose pronto superado por las películas que imitaban a las de Hollywood y a las de la propaganda nazi. La I Guerra Mundial apenas mereció la atención del cine alemán , ya que para la población staba asociada con las ideas de derrota y traición. Sin embargo:
  • Morgenrot (1933), de Vernon Sewell y Gustav Uciicky, exaltó el autosacrificio de la tripulación de un submarino.

  • Stosstrupp 1917 (1934), dirigida por Hans Zöberlein, glorificaba las hazañas de las tropas de choque de las trincheras. Basado en la novela Der Glaube an Deutschland del propio director.  

En Estados Unidos, la disposición del cine hacia la guerra reflejaba sutilmente los cambios en las actitudes públicas hacia el militarismo. Una vez superado el espejismo inicial, la guerra volvió a ponerse de moda y la mayoría de las películas la atacaban por destructiva y cruel, aunque con cierto tono de nostalgia. En la vanguardia de esa nueva ola de películas sobre la I Guerra Mundial se encontraba Los cuatro jinetes del Apocalipsis (The Four Horsemen of the Apocalypse, 1921), de Rex Ingram, ilustro perfectamente esta ambigüedad. Aunque la apostilla de la película es aparentemente pacifista, presenta un retrato tan negativo del enemigo, y ofrece unas imágenes tan emocionantes de las batallas que su tono global es claramente marcial. La película ofreció su primer papel protagonista a Rodolfo Valentino, cuya fama se disparó desde el momento en el que, en la película, salía a bailar un apasionado tango con Beatrice Dominguez.
Se basó en la novela de Vicente Blasco Ibáñez Los cuatro jinetes del Apocalipsis, que fue adaptada por June Mathis. La película narra la historia de Madariaga, español emigrado a la Argentina, sus hijas y sus yernos, un francés y un alemán, que regresan a Europa poco antes de que estalle la Primera Guerra Mundial. Allí verán cómo se destruyen sus naciones y su familia, enfrentada en el campo de batalla.
Rodolfo Valentino en un fotograma
de la película
Isn’t Lfe Wondeful? (1924), dirigida por D.W. Griffith y protagonizada por Carol Dempster, Neil Hamilton, Erville Alderson, Helen Lowell, Marcia Harris, Frank Puglia Era un conmovedor estudio de las dificultades de la Alemania de posguerra y contrastaba de manera refrescante con el tono épico de las otras películas sobre la guerra. Cuenta la historia de una familia de refugiados polacos en Alemania, en los duros tiempos posteriores a la I Guerra Mundial. Tendrán que lidiar contra el hambre, la inflación y la falta de trabajo.
El gran desfile (The Big Parade, 1925), de King Vidor, es la película más vigorosa sobre la guerra rodada durante este período. Por débil y sentimental que resulte su historia de amor, la reconstrucción que realiza de la experiencia bélica de Estados Unidos, vista a través de los ojos de su protagonista,  es al mismo tiempo vívida y contundente. Rodada con la ayuda del ejército norteamericano y empleando docenas de veteranos como extras y asesores, El gran desfile culmina con una recreación a gran escala del ataque a Belleau Wood en junio de 1918. En ella, Vidor reflejaba la tensión y el miedo al combate a través de su acertado ritmo y montaje.
La película cuenta la historia de un chico de familia acomodada que se alista al ejército para luchar en la I Guerra Mundial, haciéndose amigos de clase media, viviendo experiencias y horrores que tan solo puede ofrecer la guerra y enamorándose de una chica francesa. La película rompe con cualquier intento de glorificación de la guerra sino que se centra en el coste humano, sus víctimas. Influenció a posteriores realizaciones, como por ejemplo Sin novedad en el frente (1930).
Fotograma de El gran desfile
El precio de la gloria (What Price Glory, 1926), dirigida por Raoul Walsh y protagonizada por Edmund Lowe, August Tollaire, Mathilde Comont, Sammy Cohn, Barry Norton, Pat Roone, Elena Jurado, Phyllis Haver, William V. Mong, Victor McLaglen, Dolores Del Rio, Leslie Fenton, Sammy Cohen, Ted McNamara, era una película de acción igualmente vigorosa, pero su postura antibélica se vio disminuida por el evidente deleite de sus dos protagonistas, interpretados Edmund Lowe y Victor McLaglen, se dedicaban a combatir contra los alemanes. La película narra como durante la I Guerra Mundial (1914-1918), una compañía de marines estadounidenses se encuentra destacada en Francia bajo el mando del Capitán Flagg. Como los refuerzos que les llegan están formados por muchachos sin experiencia, Flagg solicita al alto mando un sargento mayor que se encargue de adiestrarlos antes de entrar en combate. Llega, entonces, el Sargento Quirt, un viejo rival de Flagg.
Alas (Wings, 1927), de William Wellman con Clara Bow, fue una de las primeras películas que supo comprender el valor de la guerra aérea como espectáculo. Los ases del aire eran los último combatientes individuales, enfrentados a conflictos de igual a igual, muy alejados de las carnicerías anónimas e impersonales, propias de la guerra de trincheras. Mientras era de mal gusto presentar de manera idealizada la guerra en las trincheras, las batallas aérea ofrecían un amplio campo para el heroísmo como el de otros tiempos. Aunque la recreación que realiza Alas resulta dura y sombría y su historia es trágica, el público se quedó fundamentalmente con las espectaculares escenas de combates aéreos. Ha pasado a la historia por ser el primer film que ganó el Oscar a la mejor película, el año de la creación de los premios de la Academia americana (años 1927-1928). También gano el de los mejores efectos especiales.
Los ángeles del infierno (Hell's Angels, 1930), dirigida y producida por Howard Hughes. Protagonizada por Jean Harlow, Ben Lyon, y James Hall en los papeles principales. La película se jactaba de contener algunos de los mejores documentales sobre batallas aérea jamás filmado, utilizados también posteriormente en varias películas de menor presupuesto (Howard Hughes invirtió 4 millones de dólares de su propia fortuna para su realización. Hasta ese momento, la mayor inversión en una producción cinematográfica había ascendido a 1 millón de dólares). Relata como Dos hermanos ingleses se alistan en las fuerzas aéreas británicas durante la I Guerra Mundial. El objetivo de sus proezas será conquistar el corazón de una hermosa joven.
Mientras que La escuadrilla del amanecer (The Dawn Patrol), rodada ese mismo año (en 1938 el director Edmund Goulding realizó un remake protagonizado por Errol Flynn en el que se usaron algunas escenas aéreas de esta primera versión), intentaba desinflar esa imagen heroica narrando la destrucción de un escuadrón del Royal Flying Corps por un enemigo  más enciente. Fue la primera película sonora de Howard Hawks. Consiguió el Oscar al mejor guión original.
El Pacto de Locarno de 1925, por el que se readmitía a Alemania en la Sociedad de Naciones, se ció seguido de un período de revaluación de finales de esa década., que culminó en tres películas antibélicas más importantes hasta ese momento jamás rodadas:
Sin novedad en el frente (All Quiet en Western Front, 1930), de Lewis Milestone (de la que se realizó un remake en 1979, dirigido por Delbert Mann, con Ernest Borgnine, Richar Thomas y Donald Pleasence), basada en la novela homónima de Eric Marie Remarque, es quizás la película más conocida y admirada de todas las rodadas sobre la I Guerra Mundial, cuenta la destrucción gradual de un grupo de jóvenes reclutas, y despoja a la guerra de todo atractivo, poniendo el acento en sus intenciones pacifistas y yendo en contra de los prejuicios de los espectadores, invitgándoles a simpatizar más con los personajes alemanes que con los norteamericanos. Su estreno en Alemania, provocó enfrentamientos entre nazis y comunistas. Gano dos Oscar: a la mejor película y al mejor director. National Board of Review (NBR): 10 mejores films de ese año.
Cuatro de infantería (Westfront 1918, 1930), de George Willhem Pabst. Narra también el embrutecimiento y eliminación de un grupo de soldados alemanes, mostrando la miseria y el dolor de la vida en las trincheras con un realismo en muchos casos superior a Sin novedad en el frente. Fue prohibida por el régimen nazi por fomentar el derrotismo. National Board of Review (NBR): Top 5 películas extranjeras.
The Battle of Gallipolli AKA Tell England (!931)(2), de Anthony Asquiyh y Geoffrey Barkas, es la más débil de las tres y perjudicada por idealización nostálgica del sistema de clases británico. Se salva sin embargo gracias a su humanidad,Sus dos jóvenes protagonistas se ven enviados  a Gallipolli, donde los anticuados conceptos de honor y lealtad que les empujaron a alistarse se van viendo erosionados, hasta que uno de ellos muere en un ataque a las trincheras turcas. National Board of Review (NBR): Top películas extranjeras.
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(2) La película australiana de 1981 y dirigida por Peter Weir, Gallipolli, posee un argumento curiosamente parecido, aunque resulta mucho más realista y cuenta la historia desde un punto de vista nacional completamente diferente.

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