El 9 de febrero de 1965 se estrenó El manuscrito encontrado en Zaragoza (Rekopis Znaleziony W Saragossie), dirigida por Wojciech Has. Protagonizada por Zbigniew Cybulski, Iga Cembrzynska, Elzbieta Czyzewska, Gustaw Holoubek, Stanislaw Igar, Joanna Jedryka, Janusz Klosinski. Productora: Zespol Filmowy Kamera. Distribuidora: POLArt Distribution.
Sinopsis argumental: El capitán de las tropas napoleónicas Alfonso van Worden, recién llegado a Madrid, descubre gracias a dos princesas moriscas que está destinado a grandes empresas, por las cuales deberá superar numerosas pruebas. Comenzará entonces una sucesión circular de aventuras, desarrolladas bajo la influencia de un cabalista y un matemático.
Comentario: Película basada en la novela de Jan Potocki, El manuscrito encontrado en Zaragoza, cuya trama combina las aventuras de capa y espada con cierto entorno sobrenatural.
Prólogo: En un pueblo español tiene lugar un combate durante las Guerras Napoleónicas. Tras algunas situaciones confusas, un oficial retrocede y se refugia en una vieja posada, donde su atención se vuelca hacia un libro que tiene grabados de dos hombres ahorcados y dos mujeres en una cama. Llega una patrulla enemiga que pretende arrestarlo, pero el oficial no puede dejar de observar el libro. El jefe de la patrulla se sienta a su lado, y mientras afuera continúan los disparos y los bombazos, reconoce al autor del libro como su propio abuelo. Ambos militares se dedican a leer la narración del libro cuyo contenido consistirá en el resto del filme.
Historia del manuscrito: Se inicia cuando el capitán de la Guardia Valona Alfonso Van Worden (Zbigniew Cybulski) se despierta bajo un patíbulo del que penden dos ahorcados, reiniciando su marcha rumbo a una posada llamada "Venta Quemada" junto a sus dos escuderos. Desaparecidos estos, Alfonso ingresa en una cámara secreta de la posada y conoce a dos hermosas princesas musulmanas (Iga Cembrzynska-Kondratiuk y Joanna Jedryka) que lo seducen y le proponen casarse ambas con él, simultáneamente. Luego de beber de un cáliz con forma de calavera, Alfonso cae desmayado y nuevamente despierta bajo un patíbulo, pero esta vez los ahorcados están en el suelo. Regresa a la posada y se encuentra con un ermitaño (Kazimierz Opalinski). A partir de este momento, varios de los personajes narrarán sus propias historias o las de otros personajes, que añadirán nuevas capas a la narración del manuscrito.
Historia del padre de Alfonso: Es la de un noble (Slawomir Lindner) que se dedica casi permanentemente a batirse a duelo.
Historia de Pacheco, un poseso: Pacheco (Franciszek Pieczka), un mozo poseso, cuenta sus amores clandestinos con Inezilla (Pola Raksa) y como fue que unos diablos le quitaron el ojo. A todo esto, Alfonso es secuestrado por la Inquisición y salvado por las princesas y los hermanos Zoto, unos bandidos, dado lo cual, le vuelven a dar a beber del cáliz con forma de calavera y... vuelta al patíbulo. Tras este episodio, se incorporan a la aventura un Cabalista (Adam Pawlikowski) y Don Pedro Velázquez (Gustaw Holoubek), y los tres marchan al castillo del Cabalista, donde da fin la primera parte de la historia del Manuscrito.
Segunda parte del manuscrito: Alfonso deambula por la biblioteca del Cabalista y observa un antiguo libro con grabados (¡es el mismo Manuscrito cuya historia los oficiales están leyendo!). Cuando el Cabalista oculta el libro y reprende a su hermana Rebeca (Beata Tyszkiewicz) por distraerse, llega el gitano Sr. Avadoro (Leon Niemczyk) que inicia una serie de narraciones encapsuladas que parecen obnubilar a Alfonso.
Historia del gitano Avadoro: Que se inicia cuando un caballero toma a su servicio al gitano para que investigue si su amante le es infiel, conociendo al supuesto amante, el Caballero Toledo (Bogumil Kobiela).
Historia del caballero Toledo: Arrepentido por sus pecados, su amigo Aguilar (Michal Gazda) le confirma post-mortem que existe el Purgatorio.
Historia de López Suárez: Avadoro conoce luego al joven López Suárez (Krzysztof Litwin), que le cuenta como se despidió de su padre Gaspar (Stanislaw Igar) antes de salir a buscar esposa.
Historia de Gaspar Suárez: El padre de López, le explica porque no debe tomar contacto con ningún integrante de la familia del banquero Moro.
Historia de Roque Busqueros: López se amiga con un aprovechador llamado Don Roque Busqueros (Zdzislaw Maklakiewicz), quien cuenta la historia de su romance con Doña Frasquita (Elzbieta Czyzewska).
Historia de Frasquita: Sobre su romance con un amante y como su marido (Janusz Klosinski) pagó 100 doblones para liquidar al Conde Peñaflor a quien creía amante de ella.
Conclusión: Luego que Avadoro relata la conjunción de todas estas historias y aventuras en un mismo cuadro, la trama vuelve a la casa del Cabalista, donde, antes de propiciar la ingeniosa resolución de la historia de Alfonso, tienen lugar algunos de los diálogos más significativos sobre el sentido de estas historias y de la película misma. Alfonso se ve casi perdido entre tantas capas de relatos y narradores (cada historia es contada por un narrador, pero según le fuera contada por un tercero, y este a su vez, por otro, hasta niveles insospechados). Velázquez afirma que "la mente humana está preparada para aceptar cualquier cosa, si se procede con sabiduría". "Una historia crea a otra historia", dice Rebeca dando la auténtica tónica de la película. El intento de narrar, diríamos, crea la historia, ya que requiere la existencia de un observador. El observador (que protagoniza parte de los hechos o al menos interactúa) interpreta lo que observa. Estas cuestiones, tal vez propias del campo de la psicología o la ciencia de la historia, son las que quedan postuladas en la inextricable estructura del "Manuscrito". De hecho, cuando Alfonso comienza a escribir su propio Manuscrito (que es el que leerán los oficiales al inicio de la película), es donde termina de quedar plasmada la infernal idea de fractal. El resultado, más que una mera broma intelectual, es una simétrica combinación de cábala, minimalismo narrativo (preferimos ese término a "cubismo narrativo"), parodia trivial y sentido de profundidad simultánea, relato moral gótico y cuentos de fantasmas y diablos. La música de época de Krzysztof Penderecki y una notable fotografía en blanco y negro (que permiten resaltar la magistral reconstrucción de vestuarios y decorados), aportan el elemento necesario para que el espectador pueda, durante las tres horas de duración del metraje, trasladarse realmente a la España de Carlos II "El Hechizado" y ser parte de este auténtico y único calidoscopio cinematográfico.
La película la calificó como excelente. Se convirtió en una obra de culto.
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