El 16 de febrero de 1957 se estrenó El séptimo sello (Det sjunde inseglet), escrita y dirigida por Ingmar Bergman. Protagonizada por Max von Sydow, Gunnar Björnstrand, Nils Poppe, Bibi Andersson, Bengt Ekerot, Gunnel Lindblom, Maud Hansson, Ake Fridell. Productora: Svensk Filmindustri.
Sinopsis argumental: Suecia, mediados del siglo XIV. La Peste Negra asola Europa. Tras diez años de inútiles combates en las Cruzadas, el caballero sueco Antonius Blovk y su leal escudero regresan de Tierra Santa. Blovk es un hombre atormentado y lleno de dudas. En el camino se encuentra con la Muerte que lo reclama. Entonces él le propone jugar una partida de ajedrez, con la esperanza de obtener de Ella respuestas a las grandes cuestiones de la vida: la muerte y la existencia de Dios.
Nominaciones y premios: Cannes: Premio Especial del Jurado (Ex aequo con Kanal). Seminci: Espiga de Oro: mejor película.
Comentario: Película número 18 del director. Basada en en su obra de teatro en un acto Trämalning (Pintura en madera), de 1955.
La desolación y la muerte hacen que el mundo se vea estremecido por estallidos de crueldad y violencia, abandono de las normas sociales, fanatismos, penitencias exageradas y egoísmos sin límite. La iconografía que emplea el relato está tomada de retablos y figuras medievales que Bergman conoce a raíz de haber acompañado al padre (pastor luterano) a predicar en lugares diferentes. La iconografía incluye juglares, brujas, flagelantes, cruzados, frailes, pesebres, ángeles e imágenes de la muerte (la del film). Glosa sus obsesiones religiosas: existencia de Dios, ausencia de Dios, más allá, pecado, confesión, perdón. Se refiere, también, a temas terrenales que le preocupan: adulterio, crueldad, fanatismo. Hace uso de símbolos: fresas (juventud y erotismo), águila en vuelo estático (muerte), familia de Jof y Mia (inocencia). Da tangibilidad a elementos etéreos (viento), invisibles (demonio), íntimos (deseo) e inmateriales (maldad). Presta atención a temas que le complacen: feminidad, sensualidad, maternidad, infancia, teatro. Enmarca el relato en imágenes de gran belleza plástica, que parecen inspiradas en Durero. Muestra playas solitarias, rocas erosionadas, parajes desnudos y árboles sin hojas, que refuerzan el sentido de la acción. Celebra el deseo, el amor, la comida, la belleza (paisaje) y el arte. Rechaza el sufrimiento, la crueldad, la pena de muerte. Ofrece un discurso conceptualmente denso y fascinante. La reflexión que propone no está cerrada a toda esperanza. Parece querer decir que en el mundo, enfermo y desquiciado, dominado por la codicia y la crueldad, subsisten casos aislados de inocencia y de no inocentes dispuestos a apoyarla. El film confirma la proyección internacional de Bergman.
La música, de Erik Nordgen, aporta una partitura compleja, de instrumentos medievales. Crea melodías conmovedoras, ajustadas para no perjudicar los diálogos. Incorpora 5 canciones originales y añade un fragmento del Dies irae. La fotografía, de Gunnar Fischer, hace uso de trucos efectistas y de un trabajo de cámara pausado, variado y rico en recursos. Hacia el final yuxtapone emotivos planos a cámara fija.
Está considerada una obra maestra absoluta del cine.
Es una de las películas favoritas de Woody Allen, que declaró sobre ella: "Desde el momento en que comienza te deja sin aliento hasta que termina.
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