El 1 de febrero de 1946 se estrenó La muerte se vista de blanco AKA El susto (Shock), dirigida por:Alfred Werker. Protagonizada por Vincent Price, Lynn Bari, Frank Latimore, Anabel Shaw, Stephen Dunne. Producción y distribución: 20th Century-Fox.
Sinopsis argumental: Una joven mujer (Anabel Shaw) se traumatiza luego de presenciar un asesinato. El psiquiatra (Vincent Price) que atiende el caso es justamente el asesino.
Comentario:
Cuando una película se toma solo 8 minutos para plantearnos su tónica, estamos en presencia de un director que no subestima el tiempo del espectador. En este caso, una vez que la joven protagonista pasa a la clínica del doctor Price, la cámara nos da alguna que otra sorpresa, por ejemplo, el descubrimiento del paciente nervioso interpretado por John Davidson, aunque termina cayendo en una espiral de repetición en la que las continuas visitas del joven novio militar (Frank Latimore) de la chica aletargan ese inicial ritmo narrativo. A medida que se desarrolla la trama y se postula la conspiración urdida por Price y su cómplice (la enfermera Lynn Bari), la aparición del detective de turno (Reed Hadley) y las paulatinas dudas sobre las intenciones de Price para con la paciente generan la sensación del cliché, del que se intenta vanamente despegar con los intentos de Price por dotar a su personaje de remordimientos, inseguridad y, bueno, todas aquellas patologías que estaba acostumbrado a tratar en sus pacientes. Quedan algunos momentos brillantes, como los diálogos entre Price y Bari a la luz de la chimenea o la reacción de la chica ante los continuos shocks insulínicos (realmente polémicos en su época, por ser considerados completamente opuestos a la práctica real de psiquiatras y matasanos), pero no alcanzan a sugerir el clima de tensión pretendido.
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