El 3 de marzo de 1949 se estrenó la película italiana Fabiola, dirigida por Alessandro Blasetti. Protagonizada por Michèle Morgan, Henri Vidal, Michel Simon, Gino Cervi, Louis Salou, Elisa Cegani, Massimo Girotti, Sergio Tofano, Rina Morelli, Paolo Stoppa, Carlo Ninchi, Franco Interlenghi, Guglielmo Barnabò, Aldo Silvani, Silvana Jachino, Goliarda Sapienza, Virgilio Riento, Ludmilla Dudarova, Maurizio Di Nardo, Luca Cortese, Guido Celano, Gabriele Ferzetti, Walter Lazzaro. Productora: Coproducción Italia-Francia; Universalia Film. Distribución: Franco-London Film Export.
Sinopsis argumental: Entre Fabiola, hija de un senador romano, y Rhual, un gladiador galo, surge un poderoso romance. Pero cuando el padre de Fabiola es asesinado, los romanos acusan a los cristianos, desatándose una persecución sin piedad. Rhual se confiesa cristiano y es sentenciado a morir luchando en la arena.
Comentario: Basada en la novela homónima de 1854 de Nicholas Patrick Wiseman.
Fabiola está inspirado en Santa Fabia, una mujer cristiana de familia noble que se dedicaba a las obras de caridad, a crear hospitales para gente humilde.
La película comete un grave error al mostrar a Majencio en autor de una matanza de cristianos en el circo, la realidad no fue así. La última persecución fue la de Diocleciano en el año 303, llamada La Gran Persecución, la más dura de todas las habido y por haber. Muy diferente a la Nerón, éste lo hizo para tapar un crimen o un hecho fortuito como el incendio de Roma, en cambio Diocleciano quería evitar la expansión imparable del cristianismo. A pesar de la matanza que organizó no consiguió sus objetivos porque el cristianismo se expandía cada vez más y la religión pagana entraba ya en su declive.
El argumento de Fabiola presenta ciertos paralelismos históricos. Wiseman el autor de la novela era un católico que residía en un país anglicano donde los fieles al Papa de Roma son minoría maltratada y marginal. En cambio Alessandro Blasetti transforma el argumento en una metáfora sobre la Italia fascista dominada por un tirano (Benito Mussolini, cuya imagen planea sobre Majencio) y la llegada de la democracia (la invasión aliada, es decir Constantino). Son los últimos días de una Roma que durante siglos ha creído en los dioses paganos que iban cayendo en el olvido. Júpiter y el Olimpo empezaban a ser cosas del pasado, creencias de otros tiempos más primitivos.
Por lo tanto, Fabiola más que una película sobre el cristianismo es un relato sobre la muerte de un régimen, de una sociedad que se está quedando obsoleta.
De obligada visión en la Semana Santa española durante las primeras décadas terminada la Guerra Civil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario