El 3 de marzo de 1943 se estrenó la película alemana Las aventuras del barón Münchhausen (Münchhausen), dirigida por Josef von Baky. Protagonizada por Hans Albers, Wilhelm Bendow, Ilse Werner, Brigitte Horney, Michael Bohnen, Ferdinand Marian, Hans Brausewetter, Hermann Speelmans, Marina von Ditmar, Andrews Engelmann, Käthe Haack, Waldemar Leitgeb, Hubert von Meyerinck, Leo Slezak, Jaspar von Oertzen, Armin Scweizer, Werner Scharf, Eduard von Winterstein. Productora: Universum Film (UFA).
Sinopsis argumental: Después de años de largos viajes, el barón Munchhausen y su criado Kuchenreutter regresan a la mansión familiar, pero por poco tiempo. Pronto emprenden viaje a San Petersburgo, donde el barón conoce a la zarina Katharina, y se bate en duelo con el celoso Potemkim; además, el diabólico Cagliostro le concede el don de la eterna juventud. Después, parte a luchar contra los turcos, rescata a la princesa Isabella, cautiva en la corte de Abdul-Hamid, y huye con ella a Venecia, desde donde viajará a la Luna.
Comentario: Basada en la novela de Gottfried August Bürger. Cuarta película alemana en colores. Goebbels, ministro de Propaganda del III Reich, encargó esta película en AGFA color, para festejar el 25º aniversario de los estudios UFA, fue la única película alemana filmada en ese año, en plena segunda guerra mundial.
Desde 1938 la UFA y los laboratorios AGFA habían concluido un acuerdo para hacer películas en color, Las mujeres son mejores diplomáticas de Georg Jacoby fue en 1941 la primera película en color de la industria del cine alemana.
Para realizar Münchhausen, 2 años después, la UFA escogió a Josef Von Baky, cineasta de origen húngaro afincado en Alemania desde 1927, así nació la aventura fantástica del Barón de Münchhausen, para cuyo guión la UFA pidió la autorización especial de recurrir al escritor Erich Kästner, autor cuyos libros habían sido quemados por los nazis en 1933, propuesta aceptada pero a condición de que figurase con seudónimo en los títulos de crédito.
Un presupuesto millonario y un reparto de lujo fue puesto a su servicio. Hans Albers, destacada estrella del cine alemán, en le papel del Barón aventurero y seductor que recorre el mundo y el espacio, de Moscú a Turquía y de Venecia a la luna. Ferdinand Marian en el papel de Cagliostro y Brigitte Horney en el de Catarina de Rusia. Los efectos especiales estaban a cargo de Konstantin Irmen-Tschet, un lejano pariente del actor ruso Stalivnasky, que había llegado a la UFA en los años 20 y se había destacado por su conocimiento de los efectos ópticos, a él se debe por ejemplo la filmación de las maquetas de la película Metropolis (1927) o también de La mujer en la luna (Frau in Mond, 1929), ambas de Fritz Lang. Más de 800 extras participaron en la realización de esta costosa producción, que incluía no sólo efectos especiales, lujosos vestuarios y decorados, sino también el rodaje de exteriores durante varias semanas en Venecia.
El guión es sin duda ingenioso, pues desde el comienzo tiende una trampa al espectador al hacer pasar por reconstrucción histórica lo que es tan sólo un baile de disfraces en la Alemania de los años 40, cuando el Barón de Münchhausen relata lo que fueron sus aventuras fantásticas en una serie de flashbacks. Aventuras románticas, ilusión y fantasía, con cuidados e ingenuos efectos especiales, inspirados tanto en Méliès como en Walt Disney, o en El ladrón de Bagdad que había producido en 1940 el británico Alexander Korda, acompañan este relato con sorprendentes hallazgos visuales y que hacen de Münchhausen un clásico entre los primitivos del cine fantástico.
Sinopsis argumental: Después de años de largos viajes, el barón Munchhausen y su criado Kuchenreutter regresan a la mansión familiar, pero por poco tiempo. Pronto emprenden viaje a San Petersburgo, donde el barón conoce a la zarina Katharina, y se bate en duelo con el celoso Potemkim; además, el diabólico Cagliostro le concede el don de la eterna juventud. Después, parte a luchar contra los turcos, rescata a la princesa Isabella, cautiva en la corte de Abdul-Hamid, y huye con ella a Venecia, desde donde viajará a la Luna.
Comentario: Basada en la novela de Gottfried August Bürger. Cuarta película alemana en colores. Goebbels, ministro de Propaganda del III Reich, encargó esta película en AGFA color, para festejar el 25º aniversario de los estudios UFA, fue la única película alemana filmada en ese año, en plena segunda guerra mundial.
Desde 1938 la UFA y los laboratorios AGFA habían concluido un acuerdo para hacer películas en color, Las mujeres son mejores diplomáticas de Georg Jacoby fue en 1941 la primera película en color de la industria del cine alemana.
Para realizar Münchhausen, 2 años después, la UFA escogió a Josef Von Baky, cineasta de origen húngaro afincado en Alemania desde 1927, así nació la aventura fantástica del Barón de Münchhausen, para cuyo guión la UFA pidió la autorización especial de recurrir al escritor Erich Kästner, autor cuyos libros habían sido quemados por los nazis en 1933, propuesta aceptada pero a condición de que figurase con seudónimo en los títulos de crédito.
Un presupuesto millonario y un reparto de lujo fue puesto a su servicio. Hans Albers, destacada estrella del cine alemán, en le papel del Barón aventurero y seductor que recorre el mundo y el espacio, de Moscú a Turquía y de Venecia a la luna. Ferdinand Marian en el papel de Cagliostro y Brigitte Horney en el de Catarina de Rusia. Los efectos especiales estaban a cargo de Konstantin Irmen-Tschet, un lejano pariente del actor ruso Stalivnasky, que había llegado a la UFA en los años 20 y se había destacado por su conocimiento de los efectos ópticos, a él se debe por ejemplo la filmación de las maquetas de la película Metropolis (1927) o también de La mujer en la luna (Frau in Mond, 1929), ambas de Fritz Lang. Más de 800 extras participaron en la realización de esta costosa producción, que incluía no sólo efectos especiales, lujosos vestuarios y decorados, sino también el rodaje de exteriores durante varias semanas en Venecia.
El guión es sin duda ingenioso, pues desde el comienzo tiende una trampa al espectador al hacer pasar por reconstrucción histórica lo que es tan sólo un baile de disfraces en la Alemania de los años 40, cuando el Barón de Münchhausen relata lo que fueron sus aventuras fantásticas en una serie de flashbacks. Aventuras románticas, ilusión y fantasía, con cuidados e ingenuos efectos especiales, inspirados tanto en Méliès como en Walt Disney, o en El ladrón de Bagdad que había producido en 1940 el británico Alexander Korda, acompañan este relato con sorprendentes hallazgos visuales y que hacen de Münchhausen un clásico entre los primitivos del cine fantástico.
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