El 22 de marzo de 1911 se estrenó la película
italiana L’Inferno, dirigida por Giuseppe
De Liguoro, Francesco Bertolini, Adolfo Padovan. Protagonizada por Salvatore
Papa, Arturo Pirovano, Augusto Milla, Giuseppe
De Liguoro, Attilio Motta. Producción: Milano Films.
Sinopsis argumental: Adaptación libre
del poema de Dante Alighieri La divina
comedia", e inspirado en las ilustraciones de Gustav Doré. Fue una de
las primeras películas surrealistas.
Comentario: Así como en la actualidad los comics trasplantados al cine tratan de distinguirse por su cada vez más alto compromiso visual con las obras originales, en la década 1910, el más importante país productor de películas, Italia, redobló la apuesta llevando a la pantalla al Padre de las Letras Dante Alighieri, con la primera parte de la "Divina Comedia", tomando como influencias visuales las ilustraciones maestras de Gustavo Doré. Dividida en tres partes, fue la película más larga jamás vista hasta 1912 y fue más allá del típico filme de tableaux - tal como era la categoría genérica de los montajes de Pasiones de Cristo - ampliando un poco la dinámica narrativa y ofreciendo una realmente apasionante batería de efectos especiales. Ubicados en su época, algunos cuadros son más atractivos que otros. Son de destacar el plano de Dante y Virgilio observando el cielo surcado por las almas de los pecadores llevadas por vientos arremolinados (un concepto complejo pero lúcidamente puesto en pantalla por los realizadores), la secuencia de Francesca da Rimini (simple pero significativa), Caifás crucificado en tierra y siendo apisonado por las almas en pena de los hipócritas y las clásicas imágenes de Lucifer mascando al traidor máximo Bruto. A diferencia del planteamiento posterior que seguiría la narrativa cinematográfica, este filme presenta cartones que anticipan los diálogos y acciones que se verán acto seguido. Esta dificultad no habrá impedido a los espectadores de 1911 salir de la sala de exhibición con una fuerte y agradable sensación de alienación inspirada tras más de una hora de alucinante metraje, mérito que, creemos, la obra aún conserva.
Comentario: Así como en la actualidad los comics trasplantados al cine tratan de distinguirse por su cada vez más alto compromiso visual con las obras originales, en la década 1910, el más importante país productor de películas, Italia, redobló la apuesta llevando a la pantalla al Padre de las Letras Dante Alighieri, con la primera parte de la "Divina Comedia", tomando como influencias visuales las ilustraciones maestras de Gustavo Doré. Dividida en tres partes, fue la película más larga jamás vista hasta 1912 y fue más allá del típico filme de tableaux - tal como era la categoría genérica de los montajes de Pasiones de Cristo - ampliando un poco la dinámica narrativa y ofreciendo una realmente apasionante batería de efectos especiales. Ubicados en su época, algunos cuadros son más atractivos que otros. Son de destacar el plano de Dante y Virgilio observando el cielo surcado por las almas de los pecadores llevadas por vientos arremolinados (un concepto complejo pero lúcidamente puesto en pantalla por los realizadores), la secuencia de Francesca da Rimini (simple pero significativa), Caifás crucificado en tierra y siendo apisonado por las almas en pena de los hipócritas y las clásicas imágenes de Lucifer mascando al traidor máximo Bruto. A diferencia del planteamiento posterior que seguiría la narrativa cinematográfica, este filme presenta cartones que anticipan los diálogos y acciones que se verán acto seguido. Esta dificultad no habrá impedido a los espectadores de 1911 salir de la sala de exhibición con una fuerte y agradable sensación de alienación inspirada tras más de una hora de alucinante metraje, mérito que, creemos, la obra aún conserva.
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