El 20 de marzo
de 1972 se estreno la película soviética Solaris (Solyaris), dirigida por Andrei
Tarkovsky. Protagonizada por Donatas Banionis, Natalya Bondarchuk, Yuri Jarvet,
Vladislav Dvorzhetsky, Anatoly Solonitsyn. Productora: Mosfilm Studios.
Sinopsis argumental: Una épica metafísica acerca de un psicólogo que es enviado a una estación espacial para investigar unas extrañas muertes, descubriendo la presencia de una fuerza sobrenatural proveniente del planeta Solaris, que es capaz de ingresar en la mente de los astronautas y corporizar sus pasados culpables.
Nominaciones y premios:
Festival de Cannes: Gran Premio del Jurado, Premio FIPRESCI.
Comentario: Película
basada en la novela de Stanislaw Lem que fue tomado por muchos críticos como
una respuesta soviética a 2001: A Space
Oddysey (2001: Odisea del Espacio, 1968), película con la que en realidad
no tiene muchos vínculos.
La estética de la película es sombría pero de gran belleza en los decorados, minimalistas.
Solaris trata sobre las relaciones entre los seres humanos cuando se materializan los deseos más íntimos a la vista de los demás, como así también la inabordable tarea de relacionarse con lo desconocido. Es un lento y meditativo psicodrama que se desarrolla en su mayoría en una estación espacial; la mayor divergencia con la novela es el hecho de que Kelvin nunca llega a viajar a la superficie de Solaris.
La película salió a la luz acortada en media hora, ya que su duración original era de unos 165 minutos.
Estilísticamente, tiene similitudes con otras películas de este realizador, como es el caso de El espejo (Zérkalo, 1975), haciendo uso de simbolismos con el agua y la naturaleza en general.
La estética de la película es sombría pero de gran belleza en los decorados, minimalistas.
Solaris trata sobre las relaciones entre los seres humanos cuando se materializan los deseos más íntimos a la vista de los demás, como así también la inabordable tarea de relacionarse con lo desconocido. Es un lento y meditativo psicodrama que se desarrolla en su mayoría en una estación espacial; la mayor divergencia con la novela es el hecho de que Kelvin nunca llega a viajar a la superficie de Solaris.
La película salió a la luz acortada en media hora, ya que su duración original era de unos 165 minutos.
Estilísticamente, tiene similitudes con otras películas de este realizador, como es el caso de El espejo (Zérkalo, 1975), haciendo uso de simbolismos con el agua y la naturaleza en general.
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