jueves, 17 de abril de 2014

Efemérides de cine: El castillo de Dragonwyck

El 10 de abril de 1946 se estrenó la película estadounidense El castillo de Dragonwyck (Dragonwyck), dirigida por Joseph L. Mankiewicz. Protagonizada por Gene Tierney, Walter Huston, Vincent Price, Glenn Langan, Spring Byington, Connie Marshall, Harry Morgan, Vivienne Osborne, Jessica Tandy, Trudy Marshall. Producción y distribución: 20th Century Fox.
Sinopsis argumental: Año 1844. Miranda, la frágil e inocente hija de unos granjeros, es invitada a pasar una temporada en el castillo de Dragonwyck, donde vive un primo lejano de su madre, Nicholas Van Ryn, su esposa enferma y su hija. Miranda se enamora de Van Ryn, quien, al poco de enviudar se casa con ella, pero entonces empiezan a salir a la luz turbios secretos.
Comentario: Basada en la novela homónima de Anya Seton, es la primera película que dirigió Joseph L. Mankiewicz, hasta entonces guionista y productor. Sustituyó a Lubitsch, de baja por enfermedad. 
La película plantea numerosos temas de reflexión, dentro de un conjunto prolijo. Destaca la inmensa ingenuidad y la inocencia de Miranda, derivada de la edad, la vida aislada en la granja y la propia idiosincrasia. La pacífica candidez de Miranda contrasta con el mundo de secretos interesados que guarda el castillo. Entra en conflicto con el egoismo desbordado de Vincent, que tiene arrendadas las tierras a pequeños granjeros en condiciones abusivas e inhumanas. Topa, además, con la atmósfera de despotismo y crueldad de Vincent. La trama dramática sitúa al espectador de parte de la chica y le hace sufrir por su indefensión, fragilidad y los riesgos que la rodean. Otra fuente de inquietud viene dada por las relaciones de tensión que mantiene Vincent con su esposa Johanna, que se ven exacerbadas a raíz de la presencia de Miranda en la casa. Por lo demás, la enfermiza soledad interior de Vincent le lleva a la ocultación de secretos personales, a despreciar a los sirvientes y a rechazar sin compasión la presencia de personas con discapacidad. En este contexto la inocencia de Miranda pone en peligro su integridad y su vida. Es muy interesante el retrato de la sociedad americana de origen holandés, presumida y cerrada sobre si misma, descendiente de los que colonizaron Manhattan en 1624.
La música se basa en una partitura de 39 minutos, con una obertura sobrecogedora, temas románticos y fragmentos dramáticos, que desarrollan un tema central. La fotografía recrea con elocuencia el clima de misterio y opresión de la mansión, proyecta sombras expresionistas, reitera encuadres de medio cuerpo y muestra preferencia por los grises oscuros y los negros intensos. El guión construye una narración fluida y coherente, define bien a los personajes y desgrana unos diálogos ágiles y contundentes. La historia es interesante, pero resulta poco sugestiva. La interpretación de Tierney es magnífica y Price borda el papel de villano. La dirección hace gala de una habilidad muy superior a la propia de un debutante.
Película de buena música, excelente fotografía, grandes interpretaciones e intenso dramatismo, pese a la falta de fascinación de la historia.

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