El 17 de abril de 1967 se estrenó la película francesa La novia vestía de negro (La Mariee était en Noir), dirigida por François Truffaut. Protagonizada por Jeanne Moreau, Claude Rich, Jean-Claude Brialy, Michel Bouquet, Michel Lonsdale, Charles Denner, Daniel Boulanger, Alexandra Stewart. Coproducción Francia-Italia; Les Films du Carrosse/Les Productions Artistes Asocies/Dino de Laurentiis Cinematografica.
Sinopsis argumental: La acción tiene lugar en Francia en 1966/67. El film se divide en cinco apartados, que corresponden a cada uno de los amigos que, accidentalmente y absurdamente, han colaborado en la muerte de David Kholer, marido de Julie (Jeanne Moreau), a la salida del templo en el que habían contraído matrimonio. El grupo de amigos, lo forman personajes muy diversos (político, pintor, ferrallista, etc.), que viven en lugares diferentes, por lo que Julie viaja en tren, avión, taxi, etc. Truffaut se inspira en Hitchcock, del que toma algunos recursos característicos, como los edificios de gran altura, el sospechoso acusado erróneamente.
Nominaciones y premios: Globos de oro: Nominada Mejor película de habla no inglesa.
Comentario: Sexto largo de Truffaut, escrito por él en colaboración con Jean-Louis Richard. Se basa en la novela The Bride Wore Black (1940), de William Irish, uno de los dos sobrenombres del escritor neoyorquino Cornell Woolrich (1903-1968).
La protagonista es un personaje enigmático, distante y frío, movido hacia la venganza por una fuerza que supera su capacidad de control. Es una mujer enferma y vulnerable, que no se somete al orden de la razón. Es fría y, a la vez, cálida y humana cuando le conviene (con el niño). Desarrolla conductas autodestructivas y es despiadada e implacable. Es una heroína dura, como lo será la Julie de La sirena del Mississippi (La sirene du Mississippi, 1969), también de Truffaut. La envuelve una atmósfera densa, sombría y maléfica, de buena factura. La sencillez de la narración pone al descubierto inverosimilitudes e ingenuidades propias de un cuento o fábula, que el realizador no rehuye. Más bien las busca. Truffaut ofrece algunas de sus fijaciones, como encuadres de pies (calzados y descalzos), piernas, zapatos, niños, juegos, etc.
La música es de Bernard Herrmann colaborador habitual de Hitchcock. Reitera variaciones sombrías de la Marcha nupcial, de Mendelsohnn, y asocia a los crímenes variaciones inquietantes del Concierto de mandolina, de Vivaldi. Añade pasajes que describen la sed de venganza y el tormento interior de Julie, que enmarca en música melódica y grata. La fotografía, de Raoul Coutard es de colores suaves y realistas. Emplea una iluminación de luces dispersas, que reduce los efectos de sombra. Ofrece tomas largas, planos cortos y encuadres de detalle (teléfono, copas). Se recrea en los espacios abiertos, amplios y de rica vegetación, a la manera de Jean Renoir. Mediante unos pocos "flashbacks" explica las claves del pasado. Es la segunda colaboración de Truffaut con Moreau, de la que extrae un gran papel.
Es una de las fuentes de inspiración de Quentin Tarantino para Kill Bill.
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