viernes, 18 de abril de 2014

Efemérides de cine: Monsieur Verdoux

El 11 de abril de 1947 se estrenó la película estadounidense Monsieur Verdoux, dirigida y escrita por Charles Chaplin, basándose en una idea original de Orson Welles. La música también fue Charles Chaplin. Protagonizada por Charles Chaplin, Martha Raye, Marilyn Nash, Isobel Elsom, Robert Lewis, Mady Correll, Allison Rodell, Arthur Hohl. Producción y distribución: United Artists.
Sinopsis argumental: La acción tiene lugar en Francia entre 1932 y 1937. Henri Verdoux (Chaplin), tras 35 años de trabajo como cajero de una oficina bancaria, es despedido (1932) a causa de la Depresión. Para poder atender a su esposa paralítica, Mona (Correll), y a su hijo único, decide dedicarse a una ocupación que le obliga a viajar con frecuencia. 
Nominaciones y premios: Nominada al Oscar: Mejor guión original. National Board of Review: Mejor película.
Comentario: Octavo largometraje de Charles Chaplin, en el que interviene como guionista, director, productor, compositor de la música y protagonista. El guión desarrolla una idea de Orson Welles, basada en hechos reales.
Con motivo de su estreno obtiene una acogida fría por parte del público y suscita apasionadas descalificaciones de los sectores más conservadores de la sociedad americana. También la crítica le es adversa. Se convierte en la obra más discutida, criticada e incomprendida de Chaplin. El paso del tiempo y la superación de algunos prejuicios permiten descubrir la fuerza y solidez de la cinta.
La película critica la concepción matriarcal de la sociedad americana y la atribución que se establece de papel capital al dinero. Ganarlo es el objetivo principal de la vida humana, el primer centro de interés y el móvil de la acción individual y colectiva. El éxito y el fracaso se miden en términos del dinero ganado o perdido. La doble crítica de Chaplin no agrada a un público poco dado a la relativización y la autocrítica. Hacia el final, la película se convierte en un alegato pacifista: denuncia el belicismo, la guerra, los negocios de la guerra y los que se enriquecen con ella. La proximidad de la II Guerra Mundial (1939-45) y las heridas que el conflicto había dejado abiertas hacen que el gran público no se sienta cómodo con las propuestas del realizador. Chaplin destila amargas críticas contra la guerra con el famoso diálogo: "matar una persona te convierte en un villano, matar a millones en héroe. Los números santifican". Esta comparación fue vertida en el momento justo en que los Estados Unidos se lanzaban a la paranoica "caza de brujas" macarthysta bajo una reinterpretación de sus propósitos durante la Guerra (primero vencer al totalitarismo nazi-fascista y luego al comunismo). Lo que si es válido es el carácter polémico de las premisas de Verdoux que, vistas sin prejuicios ni anteojeras, plantean inquietudes en aquel entusiasmo bélico de antaño.
El relato se inspira en Henry Desiré Landrú (1869-1922), francés, que murió en la guillotina por el asesinato de 10 mujeres. Son escenas destacadas la de la oruga que Verdoux retira del camino para no pisarla, la de la barca en el lago con Annabelle Bonheur (Raye), el encuentro con la amiga de Thelma y los emotivos planos finales. La narración es sobria y fluida. Se sirve de una voz en "off", la del narrador, salida de la tumba de Verdoux (1880-1937).
La música, de Chaplin, corresponde a una partitura original desenfadada y festiva, que subraya con profundidad los momentos dramáticos. La fotografía, de Roland Totheroh, crea composiciones de excelente dibujo, mueve la cámara pausadamente y con precisión, hace uso frecuente de "zooms" de aproximación y deja la cámara inmóvil en el plano final. Notable interpretación de Chaplin y del cuadro principal de actores.
Como era previsible, la película cayó mal en los Estados Unidos y fue víctima de boicots. Claramente, la democracia más antigua del mundo aún no estaba preparada para semejante cuota de sarcasmo e ironía, y los comentaristas la rechazaron con cualquier pretexto. Chaplin respondió con una brillante cita: "Von Clausewitz dijo que la guerra es la lógica extensión de la democracia; M. Verdoux siente que el asesinato es la lógica extensión de los negocios". Años después, lejos de prejuicios y de polémicas, la crítica reconoce la película como una de las más logradas de Chaplin.

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