El 2 de abril de 1949 se estrenó la película estadounidense Nadie puede vencerme AKA Combate trucado (The Set-Up), dirigida por Robert Wise. Protagonizada por Robert Ryan, Audrey Totter, George Tobias, Alan Baxter, James Edwards, Wallace Ford, Percy Helton, Darryl Hickman, Kenny O'Morrison, David Clarke, Phillip Pine, Edwin Max, Herbert Anderson, Burman Bodel. Producción y distribución: RKO Radio Pictures.
Sinopsis argumental: Un maduro boxeador en decadencia, para demostrarse a sí mismo que todavía no está acabado, decide seguir boxeando, a pesar de la desaprobación de su mujer. Incluso su propio mánager, convencido de su derrota, apuesta contra él.
Nominaciones y premios: Festival de Cannes: Premio FIPRESCI, mejor fotografía. Premios BAFTA: Nominada a mejor película.
Comentario: Dirigida por Robert Wise, es uno de los mejores films de su etapa de juventud. No se estrenó en España porque la censura rechazó mostrar los manejos de los bajos fondos del deporte. Rodada en estudio y en un estadio de boxeo, se basa en un poema de Joseph Moncure March, publicado (1928) en la prensa.
La película, a modo de documental, muestra el submundo del boxeo, en el que se mueven personajes turbios y corruptos, que amañan combates con la vista puesta en las apuestas, los beneficios y el interés propio. El colectivo de púgiles incorpora jóvenes promesas de barro, campeones de poca monta, veteranos derrotados y personas sumidas en la marginación y la exclusión social. Stoker es un hombre honesto, de trayectoria profesional mediocre, que nunca ha cedido ante la corrupción. Se halla en un momento especialmente dramático, que suma la soledad en la que se halla ante la esposa, la angustia de un combate difícil, la esperanza de poder ganarlo y su rebelión contra las sospechas del "tongo" convenido por el entrenador a sus espaldas. Todo ello se concentra sobre el que puede ser su último combate.
La música ofrece melodías de baile procedentes de los locales jóvenes de las calles que recorre Julie. Alcanza su punto culminante cuanto Stoker es víctima de una agresión y la cámara deja la escena fuera de campo para enfocar las sombras proyectadas sobre un muro de un grupo instrumental que interpreta una composición estridente y distorsionada. La fotografía desarrolla una narración visual de excelente factura, basada en planos próximos, combinaciones de tomas del combate y de espectadores ávidos de sangre, subrayados visuales efectistas, etc. Las escenas de lucha son de gran realismo. El guión crea un crescendo dramático absorbente y da a la figura de Stoker una densidad humana admirable. La interpretación de Ryan, en uno de sus escasos papeles protagonistas, es soberbia. La dirección construye un relato intenso, dotado de buen ritmo y gran vigor.
Una de las mejores películas de boxeo de la época clásica. De ella tomó numerosos elementos Martin Scorsese en "Toro salvaje" (1980). Obtuvo excelentes críticas por las escenas de boxeo y por la vibrante interpretación de Robert Ryan.
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