El 20 de abril de 1949 se estrenó la película estadounidense Relato criminal (The Undercover Man), dirigida por Joseph H. Lewis. Protagonizada por Glenn Ford, Nina Foch, James Whitmore, Barry Kelley, Frank Tweddell, David Wolfe, Howard St. John, John Hamilton. Producción y distribución: Columbia Pictures Corporation.
Sinopsis argumental: El jefe de una importante organización criminal es sospechoso de fraude fiscal. El agente del Tesoro Frank Warren y su compañero necesitan apoderarse de sus libros de contabilidad para poder acusarlo de evasión de impuestos.
Comentario: La narración se desarrolla en un estilo documentalista y realista, que confiere al film una atractiva apariencia de verismo. Se basa en hechos reales convenientemente tamizados por el uso de la ficción, que evita referencias explícitas a personas. La violencia presente en el relato es tratada con contención y desde la distancia, sin perjuicio de mostrar en más de una ocasión los desgarros de dolor que produce en las personas del entorno familiar y de amistad de las víctimas. En ocasiones presenta referencias visuales simbólicas (cucurucho de palomitas), substitución de imágenes por explicaciones verbales y gestuales, refuerzo de los sentimientos de angustia mediante el manejo de las aglomeraciones humanas. En dos casos encuadra a las víctimas en posición íncuba, mostrando las suelas del calzado. Explica con claridad y contundencia la implacable crueldad con la que los mafiosos castigan a los que contravienen las reglas del silencio que impone el crimen organizado.
Los protagonistas del film son personas corrientes, de dimensiones y características humanas, que se fatigan, desmoralizan, sufren, son presa de temores, angustias y sentimientos contradictorios. Como es habitual en los trabajos de Rossen la mujer es más fuerte y resistente que el hombre, al que le da apoyo para superar los momentos de desánimo y fuerzas para seguir adelante. La descripción de la corrupción presente en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad (policía, jurados, judicatura, testigos, etc.) se presenta construida con acierto, riqueza de detalles y notable fuerza descriptiva. La atención que le dedica Rossen se inspira en su rechazo, la denuncia de su extensión, la glosa de la debilidad humana, la fuerza de la codicia de los seres humanos y la insuficiencia de los mecanismos públicos de defensa frente a ella.
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