Salón Deutschland. Intelectuales, poder y nazismo en Alemania (1900-1945)
Wolfgang MartynKewiczTraducción de Silvia Villegas
EDHASA
Barcelona
2013
624 págs.
Un salón donde se dan cita intelectuales puede ser un espacio de erudita
circulación social, y también un microcosmos que permite entender la
cultura y la política de una época. El que funcionó durante poco más de
cuatro décadas en la casa del editor alemán Hugo Bruckmann pertenece a
esta segunda categoría. Y en un momento clave de la historia moderna:
desde fines del siglo XIX hasta 1941, en Berlín. Es decir, durante el
momento de la mayor y más dramática transformación alemana. Por allí
pasaron poetas, artistas y escritores (Stefan George, Thomas Mann,
Rilke, Hugo von Hofmannsthal, etc.), y allí se vivió con estupor y
desaliento la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, agravado
por las duras condiciones que impuso el Tratado de Versalles.
Tras eso nada sería igual. Unos años después, la política ingresó en el salón. En diciembre de 1924 lo visitó Hitler; se hará un habitué, acompañado por Rudolf Hess y Alfred Rosenberg. El salón pasará a ser el punto de encuentro de aquello que en teoría no podía reunirse: una refinada élite intelectual y los líderes del nazismo, el mayor régimen criminal del siglo XX. Traducido: arte, antisemitismo y genocidio, con el horizonte justificador del renacimiento de Alemania.
Gracias a una exhaustiva investigación, Wolfgang Martynkewicz ha escrito un libro fundamental. Que viene a llenar un vacío llamativo: el de la mutación del campo cultural alemán, con las urgentes preguntas que esto genera. ¿Hasta qué punto los intelectuales ayudaron a dar una entidad filosófica al nazismo? ¿Eran conscientes del riesgo que representaba el antisemitismo? ¿Lo entendieron como un mal menor, que había que tolerar por el bien de la nación? ¿O eran simplemente antisemitas y devotos de la Gran Germania y encontraron en el nazismo el camino adecuado? Salón Deutschland despeja con inteligencia y agudeza estos interrogantes. Y es también un prisma que permite entender las relaciones entre cultura y barbarie.
Tras eso nada sería igual. Unos años después, la política ingresó en el salón. En diciembre de 1924 lo visitó Hitler; se hará un habitué, acompañado por Rudolf Hess y Alfred Rosenberg. El salón pasará a ser el punto de encuentro de aquello que en teoría no podía reunirse: una refinada élite intelectual y los líderes del nazismo, el mayor régimen criminal del siglo XX. Traducido: arte, antisemitismo y genocidio, con el horizonte justificador del renacimiento de Alemania.
Gracias a una exhaustiva investigación, Wolfgang Martynkewicz ha escrito un libro fundamental. Que viene a llenar un vacío llamativo: el de la mutación del campo cultural alemán, con las urgentes preguntas que esto genera. ¿Hasta qué punto los intelectuales ayudaron a dar una entidad filosófica al nazismo? ¿Eran conscientes del riesgo que representaba el antisemitismo? ¿Lo entendieron como un mal menor, que había que tolerar por el bien de la nación? ¿O eran simplemente antisemitas y devotos de la Gran Germania y encontraron en el nazismo el camino adecuado? Salón Deutschland despeja con inteligencia y agudeza estos interrogantes. Y es también un prisma que permite entender las relaciones entre cultura y barbarie.
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