El 29 de mayo de 1953 se estrenó la película estadounidense Manos peligrosas (Pickup on South Street), dirigida por Samuel Fuller. Protagonizada por Richard Widmark, Jean Peters, Thelma Ritter, Richard Kiley, Murvyn Vye, Willis Bouchey, Milburn Stone. Producción y distribución: 20th Century Fox.
Sinopsis argumental: Skip McCoy (Richard Widmark), un ratero de poca monta, atraca a una mujer llamada Candy (Jean Peters) y se apodera de un valioso microfilm que contiene secretos de estado. Pero Candy estaba bajo la vigilancia de agentes del gobierno, por lo que Skip se convertirá en sospechoso.
Nominaciones y premios: Nominada al Oscar: Mejor actriz de reparto (Thelma Ritter). Nominada al León de Oro del Festival de Venecia.
Comentario: Una de las pocas películas de Fuller financiada por un Estudio (Fox). Escrita y dirigida por el autor, se rodó en Nueva York en 20 días con un bajo presupuesto.
La película se mueve en ambientes sombríos y subterráneos: metro, vivienda de madera suspendida sobre el mar, apartamento de Joey, etc. Habla de asesinatos, ladrones, espías, agentes del FBI y, sobre todo, de la Guerra Fría que enfrentó a EEUU y a la URSS, las dos mayores potencias del mundo, entre la finalización de la II GM y la disolución de la URSS en 1990. La acción se enmarca en el contexto de esta guerra, cuyos mayores exponentes fueron la carrera armamentista convencional y nuclear y las acciones de espionaje y contraespionaje. El robo de la cartera de Candy, que realiza un último favor a su antiguo novio, espía a favor de la URSS, circustancia que ella ignora, provoca un incidente en el que intervienen espías soviéticos y agentes del FBI contra un ratero movido por pretensiones económicas e indiferente a las apelaciones al patriotismo. La película habla con elocuencia de la violencia criminal como parte integrante de la sociedad y de amor sincero, inspirador de acciones generosas.
La música aporta una contribución decisiva a la creación del clima de tensión en el que tiene lugar la acción. La fotografía es espléndida. Incluye tomas largas, un constante movimiento de la cámara, escenarios de espacios limitados, primerísimos planos expresivos de los sentimientos de los protagonistas. La escena inicial, del robo en el metro, está narrada de modo soberbio. Las interpretaciones de Widmark, Peters y Thelma Ritter son espléndidas. El guión está elaborado con un agudo sentido de la síntesis y la elipsis y se basa en una hisotira de Dwight Taylor. La dirección crea una obra emocionante, vibrante e intensa, que en su momento obtuvo gran éxito de púbico y de crítica.
Cine negro clásico, situado en un momento histórico superado. Es la obra más accesible y más comercial del autor y, a la vez, una de las mejores películas del cine negro norteamericano de los años 50 del siglo pasado.
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