El 30 de mayo de 1941 se estrenó la película estadounidense Sangre y arena (Blood and Sand), dirigida por Rouben Mamoulian. Protagonizada por Tyrone Power, Linda Darnell, Rita Hayworth, Alla Nazimova, Anthony Quinn, J. Carrol Naish, John Carradine. Producción y distribución: 20th Century Fox.
Sinopsis argumental: Después de muchas dificultades, Juan Gallardo (Tyrone Power) se convierte en la primera figura del toreo. A continuación se casa con Carmen (Darnell), su novia de toda la vida. Pero, cuando todo parecía ir bien, Juan conoce a Sol (Hayworth), una joven, bella y frivola aristócrata con la que mantiene una apasionada relación. A partir de entonces comenzará su declive.
Nominaciones y premios: Oscar: Mejor fotografía color. 2 nominaciones.
Comentario: Remake de la película del mismo título (1922) de Fred Niblo, protagonizada por Rodolfo Valentino. Se basa en la novela homónima de Vicente Blasco Ibáñez.
La película se apoya en una estética pictórica, inspirada en grandes pintores, estudiada para captar sus cromatismos, composiciones y formas. La capilla se inspira en El Cristo de El Greco, el joven Juanillo en El joven mendigo de Murillo, Carmen vestida de negro en el retrato La reina María Luisa con mantilla de Goya, Garabato arruinado en las figuras negras de Goya, los salones del palacio de doña Sol en los cuadros de Corte de Velázquez, el plano del vestidor del torero en el cromatismo de Veronese, el cuadro de Juanillo y su hermana en el mercado en el luminismo de Sorolla, etc. El centro de gravedad del drama original se basa en el triángulo amoroso de Juan, Carmen y Sol, que en el film por razones de censura queda algo desdibujado, por lo que el realizador introduce el episodio en el que Sol trata al torero como si de un toro se tratara. La obra homenajea a Rodolfo Valentino, al que Tyron Power imita. Budd Boeticher, de 21 años, fue el asesor taurino. La ostentación del torso desnudo de Tyrone Power es un antecedente del no más osado de William Holden en Picnic (1955).
La música, de Alfred Newman, recrea temas populares como la saeta acompañada de tambores, el cuadro flamenco de guitarras y melodías de aire español. Hace uso intensivo de la guitarra, a cargo de Vicente Gómez. La fotografía ofrece una narración fantasiosa y estilizada, de cuidada elaboración y de brillante estética. Se beneficia de un vestuario espléndido de Sol y Carmen. El guión impone un admirable tono trágico y perverso. La interpretación es notable, pese a la falta de vigor español de los personajes. Muy meritoria es la intervención de Fortunio Bonanova, español afincado en Hollywood.
La idea de la película fue del productor, que quiso aprovechar el tirón de la creciente comparación popular entre T. Power y R. Valentino.
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