El 23 de junio de 1950 se estrenó la película estadounidense El pistolero (The Gunfighter), dirigida por Henry King. Protagonizada por Gregory Peck, Helen Westcott, Millard Mitchell, Jean Parker, Karl Malden, Mae Marsh, Richard Jaeckel, Skip Homeier. Productora y distribuidora: 20th Century Fox.
Sinopsis argumental: Jimmie Ringo, un legendario pistolero, se siente tan viejo y cansado que está decidido a retirarse y llevar una vida más tranquila como granjero. Sin embargo, sus propósitos tropiezan con la incomprensión y la intolerancia de la sociedad. Aunque ya no será perseguido por la ley, la región está llena de jóvenes pistoleros que desean demostrar que son más rápidos que él para ocupar su lugar y heredar su fama.
Nominaciones premios: Nominada al Oscar: Mejor historia. WGA: mejor guión.
Comentario:La película opta por un relato dramático, que enfrenta al mejor pistolero del Oeste con su propio destino. Famoso, reconocido y respetado, la leyenda que rodea su figura y que exagera sus gestas, se convierte en un lastre mortal, proque muchos jóvenes pistoleros desean matarle para ocupar su lugar y heredar su fama. Los propósitos de abandonar la vida de forajido y los deseos de retirarse como granjero pacífico topan con la incomprensión de la sociedad y la intolerancia de muchos que quieren verle "muerto como un perro", pese a que no existen cargos contra él en Cayenne ni constan órdenes de búsqueda y captura en su contra. La ayuda que recibe del sheriff, antiguo compañero de fechorías, se limita a un plazo de 2 horas para visitar a la esposa y conocer al hijo, porque no puede garantizarle ni la vida ni la integridad física. La presencia de Ringo en el pueblo levanta una expectación inusitada, que llena las calles de curiosos, envidiosos y de personajes ávidos de venganza. Además, le persiguen tres pistoleros de otra localidad. La exclusión social de que es objeto, las dificultades para reunir a la familia y la desolación que siente por su pasado, le sumen en la desesperación.
Película del Oeste clásica, de gran sobriedad, sugestiva profundidad y gran dramatismo. Los encuadres de relojes (péndulo y bolsillo) en el plazo de las 2 últimas horas introducen un eficaz elemento de tensión, que Zinnemann recoge y amplía en Solo ante el peligro (1952).
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