lunes, 14 de julio de 2014

Efemérides de cine: El límite es el cielo

El 13 de julio de 1943 se estrenó la película estadounidense El límite es el cielo (The Sky's the Limit), dirigida por Edward H. Griffith. protagonizada por Fred Astaire, Joan Leslie, Robert Benchley, Robert Ryan, Elizabeth Patterson, Marjorie Gateson, Freddie Slack. Productora y distribuidora: RKO Radio Pictures.
Sinopsis argumentalUn héroe de la Segunda Guerra Mundial decide desaparecer durante un tiempo de la vida pública. Para ello, se toma unos días de descanso en Nueva York, como un civil más. Allí conocerá a una fotógrafa, obsesionada con la idea de ir al frente, de la que se enamorará perdidamente. Como él no quiere desvelar su verdadera identidad, y la intrépida periodista no le hace ningún caso, tendrá que buscar la forma de que se fije en él... 
Nominaciones y premios: 2 nominaciones al Oscar: Mejor canción, bso (musical).
Comentario: Producido y estrenado en tiempos de la IIGM, está concebido como una pieza patriótica destinada a sostener la moral ciudadana y animar a la población civil a contribuir al esfuerzo de guerra con aportaciones económicas. La película censura a quienes viven, con egoísmo, al margen del conflicto. Ironiza sobre las grandes corporaciones industriales que se benefician del conflicto fabricando material bélico, del que desconocen todo lo que deberían saber, en especial en relación a sus deficiencias de diseño y fabricación.
Fred Astaire se convierte en la estrella central de la película, reclama que su compañera de baile sea menos experta que Ginger Rogers y que tenga una estatura menor que la de él. Joan Leslie, cuando baila a su lado, usa zapatos de tacón muy bajo y ocupa ante la cámara una posición secundaria. Gracias al empeño que ha puesto en los ensayos, Leslie compensa su falta de soltura en el baile. Son memorables las tres canciones del film, dos de las cuales se convierten en piezas clásicas One for my Baby y My Shinning Hour, nominada al Oscar. La coreografía de los números de baile es magnífica, especialmente la que acompaña a la primera canción, que evoca infelicidad y frustración. La obra refleja un ambiente más relajado y distendido que el de películas anteriores de Astaire. El guión elabora un relato sucinto y sencillo y dedica un simpático recuerdo a Ginger Rogers. La interpretación de Astair es excelente en el baile y correcta en la acción. Joan Leslie interviene con soltura, gracia y simpatía. La ocultación que Fred hace de su identidad es fuente de malentendidos y comicidad.
Está considerada uno de los mejores musicales de los años 1940.

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