El 20 de agosto de 1952 se estrenó la película estadounidense El mensaje de Fátima (The Miracle of Our Lady of Fatima), dirigida por John Brahm. Protagonizada por Susan Whitney, Sherry Jackson, Carl Milletaire, Sammy Ogg, Gilbert Roland, Angela Clarke, Frank Silvera, Jay Novello, Norman Rice, Frances Morris. Productora y distribuidora: Warner Bros. Pictures.
Sinopsis argumental: Portugal. El golpe de Estado de 1910, derrocó la Monarquía e instauró la República. El gobierno republicano, de carácter laico, tomó numerosas medidas para erradicar el catolicismo. En 1917, en la aldea de Fátima, tres niños pastores aseguraron haber visto a una "bella señora venida del cielo" que les había pedido que rezaran el Santo Rosario. Pese a la censura y a las medidas represivas, cada día eran más los peregrinos que acudían a Fátima para ver la aparición celestial. Las autoridades eclesiásticas, temiendo que se recrudeciera la persecución religiosa, intentaron controlar la situación.
Nominaciones y premios: Nominada al Oscar: Mejor banda sonora (drama o comedia).
Comentario: Película sobre las apariciones de la Virgen María en Fátima, Portugal, a tres pastorcillos, los niños Lucia, Francisco y Jacinta.
Resultaba lógico que, tras el éxito en 1942 de la película de Henry King, La canción de Bernadette (The Song of Bernadette, 1943), sobre las apariciones marianas de Lourdes, una película hollywoodiense acometiera las acontecidas en Fátima. Ocurriría en 1952, un año después de que el español Rafael Gil narrara los mismos hechos en La Señora de Fátima (1951). La película producida por Warner tiene detrás a un eficaz artesano, John Brahm, y el guión que maneja es fiel a los hechos, excepto en la introducción de un personaje ficticio, el pícaro Hugo, amigo de los niños y buen tipo, pero caradura y algo descreído, cautivado por la sencillez de los pequeños, y que será testigo de la señal prometida por la Virgen de su presencia en Cova da Iria. Hay pasajes conmovedores, bien conseguidos, como el del interrogatorio de los chicos por el gobernador, que literalmente los secuestra. Y la solución para mostrar las apariciones, como en transparencia, resulta muy elegante.
La excelente fotografía en Warnercolor, sistema que competía con el Technicolor y similares, y la partitura musical de Max Steiner lograría una merecida nominación al Oscar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario