El 5 de agosto de 1983 se estrenó la película estadounidense Los jueces de la ley (The Star Chamber), dirigida por Peter Hyams. Protagonizada por Michael Douglas, Hal Holbrook, Yaphet Kotto, Sharon Gless, James B. Sikking, Joe Regalbuto, Don Calfa, John DiSanti, Diana Douglas, Frances Bergen. Productora y distribuidora: 20th Century Fox.
Sinopsis argumental: Un reducido grupo de jueces, cansados de que la aplicación estricta de las leyes deje en libertad en numerosas ocasiones a muchos y peligrosos delincuentes, decide por su cuenta ejecutar sentencias al margen de la ley y castigar así a los criminales.
Comentario:La película aborda el tema de la justicia aplicada al margen del sistema judicial. En este caso, los que toman la justicia por la mano, no lo hacen por venganza, sino al amparo del falso pretexto de complementar el funcionamiento de los Tribunales con acciones expeditivas de castigo extrajudicial. En un Estado de derecho es un delito gravísimo castigar al margen de la ley. Los delitos sólo se pueden juzgar por los Tribunales, sin excepciones, en beneficio de la garantía de derechos que asiste a los ciudadanos. Actuar de otro modo no sólo es punible, sino que sobre todo es fuente de errores graves, como ocurre en la película. A partir de un supuesto inverosímil, la existencia del grupo clandestino "Los jueces de la ley", se desarrolla un thriller de acción y suspense que contiene todos los tópicos del género: persecuciones a pie, coches a la carrera, explosiones incendiarias, peleas a puñetazos, ambientes sórdidos, escenas de venganza, enfrentamientos a tiros y las peripecias espectaculares del héroe.
La música refuerza el clima de tensión de las escenas culminantes con juegos de percusión y notas graves y profundas, exentas de melodía. La fotografía muestra una inusual preferencia por los tonos claros y los colores fríos, los fondos de madera, las luces filtradas, los ambientes brumosos y movimientos pausados de la cámara. Es destacable el sorprendente travelling final que aleja la cámara de la imagen hasta que entra en pantalla el coche del detective Harry Lowes (Jophet Kotta). El guión elabora una historia de intriga convencional y efectista, pese a la absurda existencia del grupo secreto. Hacia el final hace varios giros imprevistos, bastante tramposos. Las interpretaciones son discretas. Sobresale Douglas en la secuencia del alucinante almacén de desechos, dividido en tres plantas. La dirección, a cargo de un profesional modesto, crea una obra de pasatiempo, visualmente elegante y a ratos entretenida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario