El 27 de octubre de 1965 se estrenó la película británica A merced del odio (The Nanny), dirigida por Seth Holt. Protagonizada por Bette Davis, Jill Bennett, William Dix, James Villiers, Wendy Craig, Pamela Franklin, Maurice Denham, Jack Watling, Alfred Burke, Nora Gordon. Productora: Hammer Films.
Sinopsis argumental: Joey Fane, un niño de diez años, regresa a casa después de haber pasado una temporada en un colegio especial, al que fue enviado tras matar a su hermana pequeña. Desde su llegada, se dedica a hacer la vida imposible a su familia, en especial a su niñera, a quien llega a acusar de intentar matarlo. Todo indica que Joey sigue gravemente perturbado.
Comentario: Basada en la novela homónima de Evelyn Piper.
La película trata de aprovechar el tirón de Bette Davis a raíz del éxito de sus intervenciones en ¿Qué fue de Baby Jane? (What Ever Happened to Baby Jane?, 1962) y Canción de cuna para un cadáver (Hush... Hush, Sweet Charlotte, 1964), ambas de Robert Aldrich. La película, concebida como una obra de horror, se resuelve en términos de thriller psicológico, que se desarrolla en un clima de misterio, incertidumbre y suspense creciente. El padre se comporta con rigor, falta de comprensión y autoritarismo, por lo que se gana la antipatía del espectador y levanta sus sospechas. La madre, Virginia, es una enferma mental, cuyos desequilibrios se ven agravados por la irritación que provocan en Bill, su marido. La figura de la madre conmueve al espectador, pero suscita desconfianza y temor. La tía Pen, enferma del corazón a causa de una fiebres infantiles, es un personaje frágil, cuya presencia en la casa incrementa la incertidumbre. La gobernanta sirve en la familia desde hace más de 20 años y es disciplinada, dulce, diligente y eficaz, pero reservada. El niño siente aversión por la gobernanta, a la que culpa de todas las desgracias. Travieso, le gusta gastar al prójimo bromas terroríficas. Mientras avanza la acción, aumenta el suspense y la atención se centra en dos personajes, sometidos a una tensión tan elevada, que resulta insostenible para ambos.
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