lunes, 1 de diciembre de 2014

Efemérides musicales: El cantar del arriero

El cantar del arriero

El 21 de noviembre de 1930 en el Teatro Victoria de Barcelona se estrenó la zarzuela en dos actos El cantar del arriero, libreto de Serafín Adame y Adolfo Torrado y música de Fernando Díaz Giles. Posteriormente se estreno en el Teatro Calderón de Madrid el 21 de mayo de 1931.
ArgumentoLa acción se desarrollo en una venta cercana a la Puebla de Sanabria (Zamora), a finales del siglo XIX.
Próximo a la vejez, Blas, es dueño de una Venta, situada en la carretera que conduce a Puebla de Sanabria, que es frecuentada por arrieros, y a los que Blas no ve con buenos ojos. El ventero, viudo y con una hija, tiene depositadas todas sus ilusiones en ella. La muchacha, llamada Mariblanca, es buena y cariñosa con su padre, a quien brinda total obediencia y cariño. Braulio, mozo de confianza del ventero, es el fiel criado que se siente orgulloso de servir a su amo. Gloria es otra muchacha que sirve en la Venta, y tiene Braulio a mal traer, por sus coqueteos con los demás mozos del lugar y con algún que otro arriero de los que de paso en la venta. Es Anselmo, entre los mozos del lugar, lo más serio y formal que pueda desearse, y quien se fijó en Mariblanca, con la que no pierde la ocasión de ser agradable. El cariño surge entre los dos jóvenes, y Anselmo adora a su novia. No son muy del agrado de Blas las relaciones de Anselmo con Mariblanca, ya que el muchacho no posee ningún bien de fortuna, pero incapaz de quitar un gusto a su hija, no llega a oponerse con resolución a que estas relaciones continúen. El día en que se celebra el santo de Mariblanca, la venta está de fiesta. Mozas y mozos, vienen con bailes y canciones a festejar a la hija del ventero. Blas ante la posibilidad de su viaje aquella misma noche, le hace la recomendación a Braulio, de que cierre la venta a todo arriero. Efectivamente, ante la ausencia del amo, la venta está cerrada. Se interrumpió la fiesta, con el anuncio de la próxima llegada de los arrieros, por el sonido de campanillas lejanas que se van acercando poco a poco. Cuando llegan Lorenzo, "Cigüeño" y Tomás con los demás arrieros frente a la puerta de la Venta, sólo un silencio sepulcral, como de lugar deshabitado, les recibe. Las intenciones del jefe de los arrieros no son muy buenas, ya que se desvió a propio intento de su ruta normal para hacer un alto en la venta. Tiene conocimiento de la belleza de Mariblanca, y como hombre de poco escrúpulo en cuestiones de faldas, y acostumbrado a hacer su voluntad, de grado o por la fuerza, no reparó en perder unas horas en su caminar para correr la aventura que se propone. Mariblanca quien ordena a sus criados que abran la puerta a los arrieros y les franqueen la entrada en la Venta, si así lo desean. Lorenzo, conseguido su primer propósito, trata con gran dulzura a la joven. Al poco de estar los arrieros saboreando el vino que les fue servido, se presenta Anselmo, al frente de otros mozos, a rondar a su novia. Esta sale a recibir a su prometido, quien, orgulloso, hace gala del cariño que profesa a Mariblanca. El despecho que siente Lorenzo es torpemente disimulado, retando a Anselmo a que haga con él un alarde de fuerza y destreza de pulso. Ante la osadía del arriero, y a pesar de la oposición de Mariblanca, que quiere evitar a Anselmo la reyerta con el pendenciero Lorenzo, el muchacho comienza a medir sus fuerzas con su rival, siendo vencido, ante el regocijo de los arrieros y la consternación de los mozos. Esta humillación, sufrida por Anselmo ante su novia, es lo que buscaba Lorenzo. Anselmo, dándose cuenta de las intenciones de su rival, le reta a una lucha a muerte para defender a su novia. El arriero amenaza lograr su propósito a pesar de toda oposición. La oportuna llegada de Blas, que no efectuó el viaje anunciado, corta la tirante situación. Blas pone en manos de Anselmo la custodia de Mariblanca. El mozo jura defenderla con su vida. A poco, se presenta en la Venta un fraile falso, ya que se trata de "Cigüeño", uno de los secuaces de Lorenzo, quien sigue en su propósito anterior de ultrajar a Mariblanca. El tal "Cigüeño" es el encargado de franquear la entrada en la casa de la muchacha a su jefe y demás gente arriera en un momento determinado. Lograda la primera fase del plan concebido por Lorenzo, y cuando incluso tiene en su poder a Anselmo aprisionado entre dos de sus hombres y a Mariblanca desmayada y a merced suya, la aparición del ventero le detiene en su intento. Blas hace saber a Lorenzo que la mujer que tiene ante él es su propia hija, fruto de la mala acción que años antes cometiera. Esta confesión final hace que Lorenzo desista de su propósito, y arrepentido de la mala acción que iba a cometer, haga votos por la felicidad de Anselmo y Mariblanca, abandonando la venta. 
Comentario: A destacar las dos romanzas, inmortalizadas por el barítono español Marcos Redondo, Soy arriero y Sólo una boca que se pueda besar.

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