Tiempo después
José Luis CuerdaPepitas de calabaza
Logroño
2015
144 págs.
Como ya se sabe a estas alturas, el mundo entero se ha visto reducido a un solo edificio y unas afueras. Tal cual. Y se ha llegado al año 9177 tan a trancas y barrancas, que no es poco que, al menos tres o cuatro días a la semana, haya gente viva en el mundo y salga el sol, aunque sea por donde le dé la gana.
Como un alegre entomólogo y como un notario malhumorado a la vez, José Luis Cuerda ha recogido información —privilegiada— de los hechos y dichos propios de este mundo, con especial detenimiento en personajes como:
—José María, proletario, que va a cumplir pronto los cuarenta. Robusto y probablemente virgen, tiene aire voluntarioso, empuja un carrito de helados y se diría al verlo que no le debe nada a nadie;
—el rey, su adversario, que tiene el aire inconfundible y transitorio de ser hijo adulterino de un padre-rey infeliz; malhabla idiomas con acentos mezclados y es enredador, tramposo y prolijo;
—y Méndez, la secretaria del alcalde y heroína del relato, es una muchacha muy atractiva y zorreta, que parece que nació, sonríe, se nutre, se viste y se desnuda aposta.
Los demás personajes, por decenas, tejen una urdimbre, o población humana, en un mundo verificable y bipolar compuesto por quienes lo mangonean: una pareja de la Guardia Civil Mundial, tres marinos de guerra, algunos eclesiásticos, dos barberos… y por los que se joden irremediablemente: parados crónicos, mujeres, minorías étnicas…
José Luis Cuerda nació en Albacete en 1947. Ha dirigido una docena de películas, algunas de ellas fundamentales en la historia del cine español (Amanece, que no es poco, El bosque animado, La marrana o La lengua de las mariposas, por citar algunas) y ha producido los tres primeros largometrajes de Alejandro Amenábar. De un tiempo a esta parte elabora vino blanco con la devoción de un santo y recientemente ha amaestrado una cabra, con lo cual ya tiene mucho adelantado.
Aun así, en la actualidad, trabaja con Pepitas de calabaza en la edición de una buena cantidad de cuerderías.
Esta narración breve, que es la primera que publica en formato libro, sigue la estela de sus obras más celebradas (Total, Amanece, que no es poco, Así en el cielo como en la tierra, etc.).
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