El último tren a la zona verde
Traducción de Mª Luisa Rodríguez Tapia
Alfaguara
Barcelona
Barcelona
2015
360 págs.
El último tren a la zona verde relata el viaje del autor por tierra por el sur de la costa oeste africana entre Ciudad del Cabo y Angola, un país que ha padecido una de las guerras más largas, salvajes y olvidadas del siglo XX. La desértica Namibia ocupa un lugar central en su viaje y, sobre todo, su encuentro con los bosquimanos, una tribu de cazadores recolectores que tienen un lazo directo con nuestros antepasados más remotos, ya que son el pueblo más antiguo de la tierra. Este libro es mucho más que un viaje. En cierta medida, Theroux lo utiliza para despedirse de África, ya que está escrito desde la sensación de que tal vez no le queden energías para realizar otro recorrido similar. Y, en ese sentido, trata de reflejar en él toda una vida de sabiduría viajera, de cruces de fronteras, de encuentros inesperados con el otro, de paisajes y ciudades que muestran la inagotable diversidad del mundo. El libro está lleno de historia, de referencias literarias —recuerda una maravillosa frase del gran libro de Rebecca West sobre los Balcanes, Cordero negro, halcón gris: “A veces es muy difícil saber la diferencia entre la historia y el olor de una mofeta”—. Pero, ante todo, ofrece una mirada sobre lo que significa viajar, escrita por un autor que ha recorrido prácticamente todo el mundo. Explica, por ejemplo, que no se puede conocer una ciudad desde su centro, que siempre hay que acudir a su periferia.
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